Bufonada de Ferrari en Austria
Barrichello se deja ganar por su compa?ero de equipo Schumacher a pocos metros de la llegada
La f¨®rmula 1, como deporte, sufri¨® ayer un varapalo considerable. Sabido era que todos los intereses que la rodean, el dinero que la cubre, el glamour que la adorna ten¨ªan poco o nada que ver con la competici¨®n. Pero, al fin y al cabo, la historia acababa con 22 pilotos y 22 coches colocados en la parrilla de salida. Y el mejor sol¨ªa ganar. O sea, Michael Schumacher. Pero no siempre es as¨ª. Ayer gan¨® Schumacher, cierto, pero no gan¨® el mejor. Ayer, el equipo Ferrari, en una burda e innecesaria demostraci¨®n de mal gusto, orden¨® frenar a Rubens Barrichello en la misma recta de meta, a pocos metros del final, priv¨¢ndole del segundo triunfo de su vida para que su compa?ero Schumacher consiguiera el 58? de la suya. Y no ocurri¨® este suceso en ninguna prueba decisiva, con el t¨ªtulo en juego, al final del campeonato, cuando ser¨ªa l¨®gico que las necesidades del equipo, de Ferrari o de cualquier otro, obligaran a que ganara el que m¨¢s cerca estuviera del ¨¦xito final. Ocurri¨® en la sexta carrera de la temporada, cuando quedan 11 por disputarse.
Barrichello ha firmado esta pasada semana un nuevo contrato de renovaci¨®n con Ferrari y, visto lo visto, no es descartable que en ¨¦l figure una cl¨¢usula que le obligue a bajarse los pantalones cuando as¨ª se lo exijan. El p¨²blico, que acudi¨® al circuito de A1 Ring (Austria) con la esperanza de ver una carrera y no una farsa, salud¨® con una catarata de silbidos la llegada de Schumacher a un podio donde el ¨²nico piloto que ocupaba su puesto de forma honrosa era Juan Pablo Montoya.
All¨ª, en el podio, se fragu¨® el ¨²ltimo acto de lo que fue una bufonada, cuando Barrichello march¨® hacia el segundo caj¨®n, el que le correspond¨ªa, y Schumacher, agradecido ¨¦l, se lo impidi¨® y le llev¨® al primero, en un gesto para la galer¨ªa que no amain¨® la indignaci¨®n del p¨²blico. Barrichello no era el ganador. Que desde lo m¨¢s alto del podio oyera sin inmutarse un himno, el alem¨¢n, que no sonaba en su honor pone en duda todas sus cualidades excepto la de la obediencia. A su derecha, pegadito a ¨¦l, estaba Schumacher, que ayer emborron¨® su hoja de servicios. 'No me gust¨®, pero fueron las ¨®rdenes del equipo'. Con tan peregrino argumento se justific¨® el deportista mejor pagado del planeta, un tipo que va a ganar el Mundial con la gorra, con o sin el triunfo de ayer.
Pero he aqu¨ª a un se?or capaz de triunfar en todos los sitios excepto en uno: Austria, donde sigue sin ganar en buena lid. Cinco veces hab¨ªa corrido all¨ª y en ninguna consigui¨® la victoria, algo que no le ocurre en ning¨²n otro territorio. Ayer, desde el primer aceler¨®n y hasta los ¨²ltimos 10 metros de carrera, la primera plaza tuvo un solo due?o, Barrichello, que al final grit¨® a los cuatro vientos por qu¨¦ es el segundo de a bordo. Pese a todo, la carrera certific¨® que Ferrari se est¨¢ dando un fest¨ªn a costa de unos rivales que no saben y no contestan, con la excepci¨®n de Montoya, que de cuando en vez se rebela ante una dictadura que ha convertido cada gran premio en un mon¨®logo de color rojo.
Por lo dem¨¢s, la participaci¨®n de Pedro Mart¨ªnez de la Rosa fue tan breve como de costumbre. Una vuelta tard¨® el Jaguar en dejarle tirado. Por entonces nada hac¨ªa presagiar que en la recta final Ferrari prohibir¨ªa ganar a uno de sus pilotos, Barrichello, que ¨¦ste lo aceptar¨ªa sin rechistar y que al beneficiado, a Schumacher, cuatro veces campe¨®n del mundo, no se le caer¨ªa la cara de verg¨¹enza.
Sato sale ileso de un choque brutal
Ocurri¨® en la 28? vuelta y result¨® espectacular. El Sauber del alem¨¢n Nick Heidfeld sali¨® derrapando fuera de la pista -probablemente por un fallo en la suspensi¨®n-, atraves¨® una chicane por encima de la hierba y regres¨® luego al asfalto llev¨¢ndose por delante al Jordan del japon¨¦s Takuma Sato y casi rozando el Williams del colombiano Montoya, que no result¨® afectado. La imagen fue brutal: un b¨®lido arrastrando a otro fuera de la pista, ante la perplejidad del piloto agredido, que no sab¨ªa de d¨®nde hab¨ªa salido su verdugo. La carrera fue neutralizada con el coche de seguridad durante ocho vueltas.
Tras el fragor del impacto, los dos pilotos levantaron el brazo, pero Sato, que qued¨® encajado en el habit¨¢culo de su veh¨ªculo, precis¨® de asistencia m¨¦dica y tuvo que ser trasladado al hospital en helic¨®ptero. 'Con los dedos cruzados', indic¨® horas despu¨¦s Eddie Jordan, patr¨®n de la escuder¨ªa que lleva su nombre, 'puedo decir que no se ha detectado ninguna lesi¨®n importante en mi piloto'.
El propio Jordan desvel¨® que el doctor Sid Watkins, jefe del servicio m¨¦dico de la f¨®rmula 1, calific¨® de 'milagro' que Sato, de 25 a?os, escapara ileso de aquel accidente. Heidfeld no sufri¨® da?os.
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