Coulthard deja sin r¨¦cord a Schumacher

Michael Schumacher, el coleccionista de r¨¦cords, no consigui¨® ayer su prop¨®sito de igualar al llorado Ayrton Senna, que fue quien m¨¢s veces gan¨® en Montecarlo (seis). El alem¨¢n, que lleva cinco triunfos en las calles del Principado, no alcanz¨® al brasile?o. Lo habr¨ªa hecho seguramente de haber salido en la primera l¨ªnea de la parrilla de salida, un hecho habitualmente determinante y m¨¢s en un circuito como el monegasco, donde adelantar es algo m¨¢s que una proeza. Pero Schumacher no hizo los deberes como acostumbra en los entrenamientos y se tuvo que conformar con la segunda plaza. Que no es poco y que le acerca a¨²n m¨¢s a su quinto t¨ªtulo mundial.

Un adelantamiento dict¨® ayer sentencia. David Coulthard fue quien lo logr¨® y Juan Pablo Montoya la v¨ªctima. No sali¨® suficientemente r¨¢pido el colombiano, el m¨¢s veloz en los entrenamientos, y de ello se aprovech¨® el brit¨¢nico de McLaren, que le rebas¨® antes de llegar a la primera curva. A partir de ah¨ª se produjo el habitual desfile de veh¨ªculos por las estrechas calles, tan s¨®lo roto por los continuos abandonos: hasta diez.

Pero s¨®lo una de esas despedidas afect¨® a la cabeza de la carrera. En la vuelta 46? de las 78 de las que constaba la prueba, el motor del Williams de Montoya se rompi¨®. Coulthard, como hizo hasta el final, encabezaba la prueba y tras ¨¦l, a menos de un segundo, circulaba Michale Schumacher, a quien, a su vez, aunque desde la lejan¨ªa, persegu¨ªa su hermano Ralf (Williams).

Y as¨ª transcurri¨® el resto de las vueltas. A Coulthard, de 31 a?os, no le impresion¨® ver por el retrovisor, tan cerca siempre, el morro rojo del Ferrari de Schumacher. As¨ª que fue doblando pilotos mientras el tetracampe¨®n intentaba encontrar el hueco imposible en un circuito en el que, sencillamente, no hay huecos. Una carrera, la de Montecarlo en la que, a falta de adelantamientos en la parte delantera, se vio una bonita batalla en la retaguardia, donde Rubens Barrichello (Ferrari) fue protagonista negativo y recibi¨® dos sanciones.

En la lucha desarrollada atr¨¢s se vio a Pedro Mart¨ªnez de la Rosa, que acab¨® en el d¨¦cimo lugar, una digna clasificaci¨®n, aunque a la postre fuera el antepen¨²ltimo, si se tiene en cuenta que su Jaguar no est¨¢ para heroicidades. Y mucho menos en Montecarlo, donde se disputa una carrera hist¨®rica, repleta de simbolog¨ªa, con toda su parafernalia, pero donde la posibilidad de que un f¨®rmula uno adelante a otro es una quimera. Aunque sea el de Michael Schumacher.