El Museo Episcopal de Vic reabre sus puertas el s¨¢bado en un nuevo edificio de Correa y Mil¨¤
La arquitectura se pone al servicio de una de las mejores colecciones espa?olas de arte medieval
Pasear por el centro hist¨®rico de Vic (Osona) es hacerlo por callejuelas medievales estrechas y entre un sinf¨ªn de edificios e iglesias vestigios de diferentes ¨¦pocas y estilos que entra?an un gran valor arquitect¨®nico. Entre ellos se alza un nuevo inmueble contempor¨¢neo, obra de Frederic Correa y Alfons Mil¨¤, de formas angulosas, austeras y per¨ªmetro irregular. A partir del 18 de mayo, ser¨¢ la nueva sede del Museo Episcopal de Vic. Ayer, el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, presidi¨® la presentaci¨®n del nuevo equipamiento, que defini¨® como 'el segundo museo en importancia de Catalu?a'.
A simple vista, la visi¨®n de este edificio de 6.300 metros cuadrados -2.500 de ellos destinados a exposici¨®n- y l¨ªneas contempor¨¢neas, choca con su entorno. Pese a las voces cr¨ªticas en la poblaci¨®n, sus creadores, los arquitectos Frederic Correa y Alfons Mil¨¤, niegan que las formas del nuevo museo sean desacordes, ya que su principal objetivo ha sido respetar el entorno medieval. 'S¨ª, es un edifico contempor¨¢neo', afirma Correa. 'Nunca nos planteamos hacer un edificio historicista, pero dentro de lo contempor¨¢neo hay varias opciones y hemos tenido en cuenta elementos arquitect¨®nicos propios de Vic'. Correa destaca la no correspondencia vertical de las ventanas, el tejado, el revestimiento con piedra natural de la fachada o la disposici¨®n irregular de ¨¦sta, que responde a la voluntad de seguir el perfil de las calles y alinearse con los edificios del alrededor.
Al servicio de las obras
Pero si el exterior ha sido dise?ado con la intenci¨®n de integrarse en su entorno, el interior revela una aut¨¦ntica supeditaci¨®n a la obra de arte. Se nota ya en el vest¨ªbulo, de nueve metros de altura. Una ventana lateral permite contemplar, como una pieza m¨¢s de la importante colecci¨®n que alberga el museo, el campanario de la catedral de Vic. Las escasas aperturas que tiene el museo dejan entrever rincones de gran valor visual y arquitect¨®nico del exterior, entre ellos el Templo Romano de la ciudad o la reformada plaza del Bisbe Oliva.
Frederic Correa no escatima elogios a la hora de destacar las valiosas piezas del museo y reconoce que trabajar con una colecci¨®n cerrada ha permitido 'hacer el espacio que precisa cada una de ellas'. Por ejemplo, en la planta baja se ha habilitado un espacio de doble altura, una sala que recuerda un patio g¨®tico que permite ver al completo el Retablo de Santa Clara, pintado en 1415 por Llu¨ªs Borrass¨¤. En el anterior museo esta pieza se expon¨ªa desmontada al no tener un espacio suficientemente alto donde colocarlo.
As¨ª pues, se ha creado un recorrido cronol¨®gico en el que se ha tenido en cuenta la mejor perspectiva visual e iluminaci¨®n para las obras. El Servicio de Museos de la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural se ha encargado de restaurar las piezas y ha aplicado las ¨²ltimas t¨¦cnicas en instalaciones museol¨®gicas y climatizaci¨®n para la correcta conservaci¨®n de las obras.
El Museo Episcopal de Vic, recientemente declarado Museo de Inter¨¦s Nacional por la Generalitat, conserva unas 25.000 piezas de gran valor. Seg¨²n el itinerario cronol¨®gico, la primera colecci¨®n es la de arqueolog¨ªa -en la planta subterr¨¢nea del edificio-, que abarca desde la prehistoria hasta la antig¨¹edad tard¨ªa y la ¨¦poca alto medieval. En la planta baja se ha habilitado la colecci¨®n de pintura y escultura rom¨¢nica, que contiene piezas como el Davallament d'Erill de Vall.
La colecci¨®n de arte g¨®tico estar¨¢ repartida entre la planta baja y la primera planta, unidas mediante una escala interior que evita romper el recorrido. Entre la obra g¨®tica se podr¨¢n apreciar piezas escult¨®ricas como la Maraded¨¦u de Boixadors, el Retablo de Bernat Saulet o las esculturas de alabastro de Sant Joan de les Abadesses. En pintura g¨®tica, la colecci¨®n contiene una representaci¨®n de la mayor¨ªa de pintores catalanes de los siglos XIV y XV como Arnau y Ferrer Bassa, Pere Serra, Llu¨ªs Borrass¨¤, Ramon de Mur, Bernat Martorell o Jaume Ferrer II. Otras de las colecciones destacadas del museo son la de indumentaria lit¨²rgica, la de vidrio, orfebrer¨ªa, cuero y cer¨¢mica. Adem¨¢s, el edificio dispone de sala de actos, talleres pedag¨®gicos y una sala para exposiciones temporales de 250 metros cuadrados.
Pol¨¦mica olvidada
El nuevo museo es ya una realidad aunque la pol¨¦mica le acompa?¨® sus primeros pasos. En 1995 se firm¨® el convenio de colaboraci¨®n entre el Obispado de Vic, titular de las colecciones y del nuevo edificio, el Ayuntamiento de Vic y la Generalitat, que ha pagado las obras del museo, que ascienden a 13,65 millones de euros.
En un principio, se tuvo en cuenta la posibilidad de mantener el antiguo edificio, La Panissa, del siglo XIX y sede del museo desde 1967. El avanzado estado de deterioro del inmueble plante¨® la necesidad de demolerlo. Los defensores de La Panissa se constituyeron en plataforma y llegaron a presentar un contencioso administrativo contra la demolici¨®n del edificio. Finalmente, en 1998 se empezaron las obras que ahora se inauguran.
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