Arafat est¨¢ de gira
El presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, ha celebrado su recobrada libertad visitando los territorios ocupados con su usual optimismo. Ayer declaraba en Ramala a una televisi¨®n norteamericana que espera ver un Estado palestino codo con codo con el Estado de Israel, y el medio especulaba con lo dif¨ªcil que hab¨ªa sido 'arrancarle' semejantes palabras, aunque lo lleva diciendo desde hace m¨¢s de diez a?os. A su alrededor, sin embargo, nada autoriza el optimismo.
El Likud, en el poder en Israel, aprobaba el domingo una resoluci¨®n por la que descartaba la existencia de ese Estado y, en una escena digna del mejor teatro del absurdo, el ex primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu y el poseedor del t¨ªtulo, Ariel Sharon, se enzarzaban en una disputa sobre cu¨¢l de los dos era 'm¨¢s blando con los palestinos'. La resoluci¨®n, que la UE deplora, es, sin embargo, irrelevante porque ser¨¢ el Gobierno quien decida y no el partido; porque Sharon ha demostrado sobradamente que tampoco quiere un Estado palestino soberano, y porque el laborismo -en coalici¨®n con el Likud- jam¨¢s ha ofrecido un Estado viable cuando ha gobernado.
La UE dejaba ayer para el pr¨®ximo fin de semana la decisi¨®n sobre qu¨¦ pa¨ªses van a acoger a los 13 presuntos terroristas liberados el viernes, junto a un centenar de civiles palestinos, en la iglesia de la Natividad de Bel¨¦n, aunque Espa?a, Portugal y Grecia parecen ser los m¨¢s implicados, a falta de alg¨²n otro voluntario para resolver el problema.
Finalmente, Israel ha recibido con una inocua 'muestra de inter¨¦s' la reiteraci¨®n de la oferta de paz y reconocimiento del mundo ¨¢rabe a cambio de la total retirada israel¨ª de los territorios ocupados. Arabia Saud¨ª, Siria y Egipto rubrican el plan, mientras que Sharon se mantiene en su tesitura de convocar una conferencia de paz en la que Jerusal¨¦n se reservar¨ªa el derecho de admisi¨®n, lo que excluir¨ªa al rais palestino del elenco de invitados.
El resumen de todo ello es que Sharon no tiene nada que ofrecer a los palestinos, y Arafat no controla al terror suicida en sus propias filas, con lo que todo avance negociador saltar¨¢ por los aires al pr¨®ximo atentado. ?ste es un caso mod¨¦lico para la intervenci¨®n internacional: conferencia de paz, s¨ª, pero dirigida por Estados Unidos, la UE y la ONU, e inevitable env¨ªo de tropas para la separaci¨®n de los contendientes con el objeto de que, al menos, se logre un alto el fuego duradero que permita volver a hablar de paz.
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