Adi¨®s barreras, adi¨®s complejos
Una joven con s¨ªndrome de Down realiza pr¨¢cticas en la Corporaci¨®n municipal de Ja¨¦n
Montserrat Passolas Oya, una joven de 26 a?os con s¨ªndrome de Down, se ha convertido en el primer caso de integraci¨®n laboral en la Administraci¨®n p¨²blica en la provincia de Ja¨¦n. Esta semana ha empezado su trabajo en pr¨¢cticas como ordenanza en el Patronato de Asuntos Sociales. Transcurrido ese periodo, Montse optar¨¢ a un contrato laboral, algo impensable hasta ahora para un colectivo que lucha cada d¨ªa contra multitud de barreras sociales. De momento, la sombra de Montse es Eva Bocero, una mediadora social que le acompa?a para hacer m¨¢s f¨¢cil su acomodo en un organismo con cerca de 1.000 empleados. Pasadas unas semanas, Montse, que atraviesa sola cada ma?ana la ciudad para acudir a su lugar de trabajo, tendr¨¢ que valerse por s¨ª misma, aunque siempre podr¨¢ recurrir a Javier, el conserje que la est¨¢ ense?ando.
'El trabajo es f¨¢cil y los compa?eros son muy amables', comentaba Monts, poco despu¨¦s de recibir ¨¢nimos por parte del alcalde de Ja¨¦n, Miguel S¨¢nchez de Alc¨¢zar. El regidor municipal, que ayer oficializ¨® con la presidenta de la Asociaci¨®n Provincial de S¨ªndrome de Down, Mar¨ªa Dolores G¨®mez, esta colaboraci¨®n entre las dos instituciones, dej¨® incluso abierta la puerta para que m¨¢s personas con s¨ªndrome de Down hagan pr¨¢cticas en el Ayuntamiento.
El milagro laboral de Montse ha sido posible gracias al programa de formaci¨®n e integraci¨®n laboral que lleva a cabo la Federaci¨®n Espa?ola de Instituciones de S¨ªndrome de Down (FEISA) y que, en Andaluc¨ªa, s¨®lo se aplica en Ja¨¦n y Granada. Mar¨ªa Jos¨¦ Rom¨¢n y Auxiliadora Robles, trabajadora social y psic¨®loga, son las encargadas de coordinar este programa que, seg¨²n aseguran, choca con la 'sobreprotecci¨®n' y la 'falta de autonom¨ªa' que los familiares dan a las personas afectadas. 'Les cuesta creer en ellos', a?aden. En otras ocasiones, el obst¨¢culo es la legislaci¨®n espa?ola, 'muy avanzada pero con pocas ganas de cumplirla', explica la presidenta de la asociaci¨®n jiennense.
Aunque el caso de Montse es el primero en la Administraci¨®n, otros dos chicos llevan ya alg¨²n tiempo trabajando en dos empresas de ?beda. A los que todav¨ªa no les ha llegado esa oportunidad pueden seguir trabajando en el taller de artesan¨ªa promovido en el seno de la asociaci¨®n y que no encuentra demasiada receptividad ciudadana a la hora de comercializar sus productos. S¨®lo los que tienen una minusval¨ªa superior al 65% reciben alguna pensi¨®n, otro lastre social que a veces, incluso, sirve de coartada a los sindicatos para cuestionar el acceso al mercado de trabajo de este colectivo.
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