Madridista 42 a?os despu¨¦s
Glasgow adora sentirse el centro del universo futbol¨ªstico al rememorar la final de la Copa de Europa de 1960
Largo y p¨¢lido, el hombre iba ataviado con un sombrero de copa blanco y una bandera del Real Madrid enroscada cuando entr¨® en el pub. Se hab¨ªa embarcado en uno de los 130 aviones que salieron del aeropuerto de Barajas ayer desde la madrugada, para llevar a los 17.000 hinchas madridistas en vuelos especiales, hacia la final. Despeg¨® a las 05.00 y aterriz¨® en el aeropuerto de Glasgow a las 7.30. As¨ª comenz¨® su San Isidro personal. 'Hoy no tengo trabajo en Madrid', explic¨®; 'no porque sea fiesta, sino porque estoy celebrando. Ayer firm¨¦ el finiquito en mi empresa. Trabajaba en el sector funerario y estaba harto. Cuando vuelva, quiero dedicarme a la fontaner¨ªa. Cogemos el avi¨®n esta madrugada, despu¨¦s del partido, a las 3.00'.
Glasgow adora sentirse el centro del universo futbol¨ªstico: la cuna una vez m¨¢s del beautiful game 42 a?os despu¨¦s de aquella final de 1960, todav¨ªa rememorada por muchos habitantes de esta ciudad. Por eso acogi¨® ayer con delectaci¨®n a los cerca de 20.000 hinchas del Madrid y el Bayer, con aplastante mayor¨ªa de madridistas (unos 17.000). Muchos de ellos, los m¨¢s atrevidos, se cubrieron la cabeza con una boina ladeada por la que se escapaba una divertida peluca rojiza que trataba de reproducir el estereotipo del escoc¨¦s t¨ªpico, como muestra de agradecimiento a la hospitalidad local.
La acogida fue realmente buena. Dos chicas vestidas de corto con el traje de la selecci¨®n escocesa repart¨ªan ayer por la ma?ana camisetas de algod¨®n conmemorativas de la final. Los aficionados espa?oles devoraron las zamarras regaladas en un par de minutos. A pocos metros, una mascota vestida de los colores blanquiazules escoceses invitaba a los hinchas a fotografiarse con ella en George Square, el centro neur¨¢lgico de Glasgow y de todos los preparativos para la final. Tras hacerse la foto, los espa?oles preguntaban el precio. 'Nada', respond¨ªa la mascota. M¨¢xima hospitalidad.
Los taxistas daban conversaci¨®n al cliente, de f¨²tbol, por supuesto, mostrando sus conocimientos y sus preferencias sobre el Real Madrid. 'Creo que al Madrid le pasa un poco como al Manchester United: gran ataque, pero flojea en defensa', dijo, a modo de experto, uno de ellos.
Glasgow, adem¨¢s, se puso guapa ayer ante los organismos oficiales para ofrecerse como candidata, junto a Irlanda, para organizar la Eurocopa 2008. Sus ventanales y balcones se engalanaron de banderas madridistas y, en menor medida, de los colores del Bayer Leverkusen. Claro que nunca se sabe sobre las predilecciones de una hinchada neutral: de hecho, ayer recordaba un peri¨®dico local que la ciudad se puso totalmente de parte del modesto Saint Etienne en la final que el conjunto franc¨¦s perdi¨® en Hampden Park, en 1976, ante el poderoso Bayern de M¨²nich. Y, en este caso, es evidente el equipo supuestamente perdedor era el Bayer.
Los peri¨®dicos escoceses amanecieron ayer con grandes fotos en portada de los protagonistas de la final. The Scotsman, por ejemplo, mostraba una foto gigantesca de un sonriente Zidane, el exponente m¨¢ximo del glamour madridista. The Herald, en cambio, optaba por una imagen vertical de dos j¨®venes seguidores de espaldas: el primero luciendo una camiseta con el n¨²mero 7 de Ra¨²l y su acompa?ante, una bandera de Espa?a y un gran escudo del Madrid en el centro.
La afici¨®n del Bayer
Como la temperatura era agradable, los autobuses descapotables hicieron su agosto, repletos de aficionados de uno y otro bando que entonaron sus c¨¢nticos: 'Reyes de Europa, somos los reyes de Europa', cantaban los del Madrid, o '?d¨®nde est¨¢n los del Bayer, los del Bayer d¨®nde est¨¢n?'. Y es que fue dif¨ªcil encontrarlos. No llegaron hasta bien entrada la ma?ana, con sus camisetas y simbolog¨ªa roja, parecida a la de su odiado Bayern de M¨²nich.
Claro que siempre hay lugar para la sorpresa. Y, entre la hinchada del Leverkusen, aparecieron dos personajes sumamente curiosos almorzando en un bar de St Vincent Street: Joe Gutberlet, enfundado en una camiseta del Schalke 04, y Joe Schulte, abrigado por una bufanda del Borussia Dortmund. ?Qu¨¦ pintan estos aqu¨ª? Las fuerzas ocultas del f¨²tbol. Estos dos hinchas no se pierden una final en directo de la Champions desde 1997, cuando el Borussia Dortmund derrot¨® al Juventus en M¨²nich (1-0). Y pese a tratarse de rivales declarados del Leverkusen (el Dortmund le ha arrebatado la liga, y el Schalke, el s¨¢bado pasado, la Copa), ayer estaban dispuestos a animar por esta vez a sus compatriotas del Bayer. Algo que nunca har¨ªan en caso de que el finalista hubiera sido el Bayern de M¨²nich, el club m¨¢s odiado y m¨¢s querido de Alemania. Sin embargo, ?por qu¨¦ hab¨ªa ayer tan pocos seguidores del Leverkusen? 'Pues porque el Leverkusen es un club artificial, sin tradici¨®n futbol¨ªstica ni un gran respaldo social', responde Gutberlet, que saluda a trav¨¦s de los ventanales del bar a unos cuantos seguidores del Leverkusen. ?stos, sin embargo, al verlo vestido con la zamarra del Schalke, le ense?an el pulgar hacia abajo.
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