Una volea y dos guantes
El golazo de Zidane y los pies y manos de Casillas enfilan al Madrid hacia la cumbre
El d¨ªa D a la hora H apareci¨® Zinedine Zidane. Hac¨ªa tiempo que no hab¨ªa noticias de ¨¦l y en el primer tramo de la final pas¨® de puntillas. No se hab¨ªa dejado ver en exceso, pero un detalle t¨¦cnico exquisito puso al Madrid al borde de la novena. Del resto se encarg¨® Casillas. Roberto Carlos se fug¨® por su orilla tras un magn¨ªfico servicio de Solari, el brasile?o solt¨® un globo como pudo, con un defensa encima y el bal¨®n lleg¨® llovido al ¨¢rea. Zidane acomod¨® su corpach¨®n, hizo palanca con su pie derecho bien anclado al c¨¦sped y con un golpe de cadera revent¨® la pelota con la pierna izquierda, que describi¨® un arco preciso y sutil a una altura imposible. El franc¨¦s pudo amortiguar el bal¨®n con el pecho; o picarla con la coronilla de fray que le distingue. Como t¨¦cnicamente es un superdotado tir¨® por la v¨ªa m¨¢s complicada, pero m¨¢s resolutiva.
'Makelele supo barrer los ataques del Bayer donde realmente hab¨ªa que meter la escoba'
El tanto le encumbr¨® definitivamente y en el segundo tiempo se enchuf¨® al partido con todo. Fue entonces cuando apareci¨® ese jugador con aires de mariscal capaz de poner orden donde reina el caos, de adivinar la velocidad exacta que requiere cada jugada. Grande de verdad en el d¨ªa m¨¢s grande.
Casillas. C¨¦sar se encontr¨® con un gol en contra en la primera llegada del Bayer. Temeroso, se qued¨® a la intemperie, a media salida. Luego, una buena mano frente a Brdaric le dio firmeza hasta que se lastim¨® en un choque con Lucio. Casillas, su relevo, tuvo un intenso trabajo en los momentos finales, en una situaci¨®n realmente diab¨®lica para un portero rescatado desde el banquillo con la noche ardiendo. Primero desvi¨® con ¨¦xito un remate de Basturk y, a rengl¨®n seguido, escupi¨® bajo palos dos remates a bocajarro de los alemanes, ambos repelidos con los pies. Tres acciones en cuesti¨®n de segundos que dejaron a salvo la novena e inundaron los ojos de Iker de l¨¢grimas. Ayer, quiz¨¢, se jugaba un poco m¨¢s que algunos.
Ra¨²l. Picante como siempre. Una avispa para toda la defensa del Bayer. Les busc¨® las cosquillas desde el principio, con derrapes constantes a espaldas de Lucio y Zivkovic. Exprimi¨® su conexi¨®n con Roberto Carlos, otro pill¨ªn, en un saque de banda lejan¨ªsimo del ¨¢rea del Leverkusen. De una jugada a la que casi nadie concede demasiado valor, y por tanto desatienden los rivales, Ra¨²l sac¨® petr¨®leo. Ayudado, eso s¨ª, por el canguelo de Butt, el torpe portero alem¨¢n. Nadie como ¨¦l para aprovechar los detalles que tantas veces conducen a la gloria. Al margen del gol, su coraje supuso un alivio para el Madrid, que siempre encontr¨® en Ra¨²l una v¨¢lvula de escape para sacudirse al Bayer. A cada despeje defensivo acud¨ªa Ra¨²l para ara?ar una posesi¨®n donde parec¨ªa una quimera.
Makelele. El guardi¨¢n de todos. Siempre bien situado, se hart¨® de cortocircuitar ataques alemanes. A su poderoso f¨ªsico a?ade intuici¨®n, condici¨®n que no siempre distingue a estos medios defensivos. Muchos barren lo que pasa por su lado, Makelele sabe en qu¨¦ zonas hay que meter la escoba. El partido no era nada c¨®modo para el franc¨¦s, porque el Leverkusen, sin un delantero de referencia, vive del ingenio de dos enganches -Ballack y Basturk- que flotan entre el medio campo y el ataque. Y Makelele supo aguantar el tipo sin restar equilibrio al Madrid, lo que hubiera sucedido de haber dado un paso atr¨¢s para engullirse entre Hierro y Helguera. Se fue del campo por problemas f¨ªsicos.
Figo. Tan voluntarista como desacertado. Se alej¨® lo que pudo de Placente, un marcador implacable, y se refugi¨® sin ¨¦xito en el centro, donde ech¨® la cortina y se perdi¨® en el limbo. No est¨¢ para nada. No tiene desborde y su distinguida rosca es hoy un molinillo. Las secuelas de su latosa lesi¨®n a¨²n son evidentes. Del Bosque le concedi¨® la titularidad, pero le desterr¨® antes que a nadie.
Lucio. Sobresaliente en defensa y, especialmente, en ataque. Maquill¨® su despiste en el gol de Ra¨²l -que le cogi¨® con la caraja- con su cabezazo por encima de Hierro que igual¨® el partido. Se trag¨® a Morientes, le mantuvo la mirada a Ra¨²l y cada vez que dej¨® la cueva puso al Madrid en guardia. Tiene de todo, en un ¨¢rea y otro. A buen seguro que el pr¨®ximo curso cambiar¨¢ de escaparate. Acab¨® cojeando.
Ballack. Dio poco carrete a sus compa?eros, que esperaban mucho m¨¢s del l¨ªder natural del Bayer. Dej¨® algunos detalles, pero le falt¨® presencia y precisi¨®n, sobre todo en la segunda parte, cuando se borr¨® del mapa. Fall¨® todos sus remates desde el balc¨®n de C¨¦sar, primero, y Casillas, despu¨¦s. Alguno muy claro como un servicio en bandeja que le puso Neuville en el primer acto y que el nuevo jugador del Bayern de M¨²nich pifi¨® de forma estrepitosa.
Basturk. Junto a Lucio, este turco de pierna recortada que la pasada temporada jugaba en la segunda divisi¨®n alemana fue el mejor del Leverkusen. Certero en el pase, fue el mejor surtidor de sus compa?eros. Imaginativo y directo, le falt¨® dejarse caer por el ¨¢rea madridista con mayor frecuencia.
Butt. Un portero forrado de nervios, impreciso en todo, hasta con los saques de pie. Lo mejor, un remate de cabeza en el ¨¢rea de Casillas.
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