Y Puskas volvi¨® a levantar la Copa
Los veteranos campeones de 1960 se re¨²nen en Hampden Park con sus rivales del Eintracht
Egon Loy quer¨ªa reunirse con Di St¨¦fano y Puskas. '?Quiero verlos!', dec¨ªa el martes, en el hotel Hilton de Glasgow. El portero del Eintracht de Frankfurt que jug¨® la final de la Copa de Europa de 1960, quer¨ªa encontrarse una vez m¨¢s con aquel h¨²ngaro panz¨®n y aquel argentino medio calvo y desgarbado que le metieron siete goles, tres Di St¨¦fano y cuatro Puskas, en el partido que dio al Madrid su quinto trofeo continental hace 42 a?os. El tiempo no hab¨ªa borrado de su cara los ojos de gato con que Loy aparece en las fotos de la ¨¦poca. Estaba ansioso, y ayer en el Hampden Park, sobre la hierba, pudo ver cumplido su deseo. Al menos en un 50 %. Puskas, aunque enfermo, s¨ª acudi¨® al homenaje organizado por la UEFA por la ma?ana. Di St¨¦fano, con dolores de espalda, opt¨® por quedarse en su hotel.
Egon Loy, el portero del equipo alem¨¢n en la final de ese a?o, vio cumplido su sue?o
Ayer por la ma?ana, un peque?o grupo de veinte hombres cercanos a los 70 a?os, fueron homenajeados por la UEFA en el lugar de los hechos. No era para menos. En aquel partido que los enfrent¨® el 18 de mayo de 1960, esos jugadores del Madrid y el Eintracht hicieron grande a la Copa de Europa. Fue una especie de fundaci¨®n doble. Por un lado, la leyenda del Madrid. Por el otro, el nacimiento de la que se convirti¨® en el m¨¢s importante de los trofeos futbol¨ªsticos, despu¨¦s de la Copa del Mundo.
Marquitos, Santamar¨ªa, Pach¨ªn, Canario, Del Sol, Puskas, Ruiz, Pepillo, Manol¨ªn Bueno, Miche y Pantale¨®n por parte madridista se reunieron con lo que quedaba del Eintracht: el portero, Loy, el lateral derecho, Lutz, el interior derecha, Weilbacher, el extremo derecho, Lindner, el delantero centro, Stein, el extremo zurdo, Pfaff, el interior zurdo, Stinka, y los suplentes de aquella noche Baumler, y Bechtold.
Quienes conocen a Di St¨¦fano saben que cualquier cosa estimula su pesimismo. Y el homenaje de ayer no dejaba de ser una constataci¨®n de su vejez. Algo que le molesta sobremanera. Tanto como ver a su adorado Ferenc Pancho Puskas presa del deterioro que le provoca una enfermedad degenerativa. Puskas, que apenas recuerda qui¨¦n era Di St¨¦fano, tan s¨®lo habl¨® unas palabras en h¨²ngaro durante la sesi¨®n fotogr¨¢fica en el campo. Eso s¨ª, no dej¨® de sonre¨ªr ni se priv¨® de tocar con lejana ternura la r¨¦plica de la vieja Copa de Europa tra¨ªda para celebrar el encuentro.
Sonrientes, medio melanc¨®licos, medio aturdidos, los futbolistas se pasearon por los pasillos y el c¨¦sped de Hampden Park y repasaron con la mirada las dos porter¨ªas y las gradas, que en aquella noche de 1960 se llenaron con 130.000 espectadores. '?Esto estaba a rebosar de espectadores de pie! ?Y qu¨¦ ruido hac¨ªan!', record¨® Pach¨ªn, el marcador central del Madrid hasta 1966. Aquel partido hist¨®rico, rememorado anualmente por la BBC hasta hace muy poco, dej¨® una marca indeleble en la memoria de generaciones de brit¨¢nicos. Concluy¨® 7-3 y los goleadores fueron Puskas (4), Di St¨¦fano (3), Kreff (1) y Stein (2).
El lunes, Gento dijo que en esa ¨¦poca el Madrid invent¨® el f¨²tbol moderno. 'No jug¨¢bamos con delantero centro, ni con cinco delanteros, como se ha dicho', explic¨® el extremo c¨¢ntabro. 'Nos mov¨ªamos todos juntos, en bloque, r¨¢pido, por todo el frente. Y yo no era el ¨²nico que corr¨ªa r¨¢pido. Alfredo era muy r¨¢pido tambi¨¦n. Y ¨¦ramos muy precisos en los pases. Nada de regates ni cosas raras. Recib¨ªamos y jug¨¢bamos de primera y al pie. Eso nos hac¨ªa llegar r¨¢pido y todos juntos arriba. Rial era un especialista para eso, y no se le ha reconocido todo lo que hizo. Rial me daba los pases perfectos, sin mirarme. Tiraba paredes como nadie. Era elegante...'.
Ante tanta evocaci¨®n del pasado, Di St¨¦fano y su amigo Gento se escabulleron sin dejar rastro. Ambos permanecieron lejos de las c¨¢maras y prefirieron unirse a sus viejos camaradas y adversarios en la comida oficial organizada por la UEFA, en el monumental palacio de Cameron House.
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