Piqu¨¦ y Straw admiten 'importantes dificultades' para pactar sobre el Pe?¨®n
Conf¨ªan en lograr 'en el curso del verano' un acuerdo sobre la soberan¨ªa compartida
Las negociaciones sobre Gibraltar pasan por el momento m¨¢s delicado desde que comenzaron hace 10 meses. Tras la reuni¨®n que mantuvieron ayer en Londres, los ministros de Asuntos Exteriores Jack Straw y Josep Piqu¨¦ difundieron un breve comunicado en el que admiten que existen 'importantes dificultades' y conf¨ªan en lograr un acuerdo 'en el curso del verano'. Ya no dicen 'antes'.
La nota parece tener el principal objetivo de aliviar la presi¨®n medi¨¢tica que existe en ambos pa¨ªses en torno a la negociaci¨®n. El primer efecto de ese ritmo m¨¢s pausado al que parecen encaminarse las negociaciones es deshacer la impresi¨®n de que ¨¦stas est¨¢n a punto de llegar a su final, bien con ¨¦xito o bien con un sonoro fracaso. Y quitar as¨ª presi¨®n a la reuni¨®n que mantendr¨¢n el pr¨®ximo lunes en Londres los jefes del Gobierno brit¨¢nico y del Ejecutivo espa?ol, Tony Blair y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, respectivamente.
El asunto de Gibraltar seguir¨¢ en la agenda de la reuni¨®n, que consistir¨¢ en un almuerzo en Downing Street antes de que Aznar acuda a Oxford para pronunciar una conferencia. Pero ya nadie esperar¨¢ un acuerdo tras ese encuentro, y por tanto desaparece el riesgo de que la falta de acuerdo se interprete como un fracaso.
En todo caso, el almuerzo que mantuvieron ayer Piqu¨¦ y Straw confirm¨® que las negociaciones se han encallado. Tanto el lenguaje corporal, al que los brit¨¢nicos otorgan una singular importancia, como el comunicado final de los ministros confirman que hay dificultades serias. Ambos se pusieron de acuerdo para que las c¨¢maras recogieran la sonriente acogida dispensada a Piqu¨¦ por su colega Straw, que pr¨¢cticamente se lanz¨® sobre ¨¦l para darle cuanto antes la mano, frente a la puerta de su residencia oficial de Carlton House Terrace, en el centro de Londres. Pero ni uno ni otro hicieron ning¨²n comentario a los medios de comunicaci¨®n. Se despidieron con similar cordialidad, aunque dando ya menos facilidades a las c¨¢maras y con el mismo mutismo hacia los periodistas.
Todos sus comentarios quedaron sintetizados en un comunicado conjunto de seis l¨ªneas en el que describen el ambiente de las conversaciones con el t¨®pico de 'amistoso y constructivo'. 'Hemos avanzado mucho desde julio de 2001 y mantenemos en pie el compromiso de llegar a un acuerdo en el curso del verano', relataron por escrito. Al hacer hincapi¨¦ en que siguen teniendo la voluntad de llegar a un acuerdo no hacen m¨¢s que admitir que hab¨ªa posibilidades de que no fuera as¨ª; que ya no hubiera voluntad de acuerdo. Y al fijarse ahora como fecha de referencia 'el transcurso del verano' y no el tradicional 'antes del verano', ambos pa¨ªses se est¨¢n dando dos meses m¨¢s de tiempo para negociar.
La primera prueba de que el di¨¢logo a¨²n va para largo y aliviar as¨ª toda la presi¨®n sobre la inminencia de una decisi¨®n definitiva es que ambos ministros decidieron convocar 'una nueva reuni¨®n formal del Proceso de Bruselas a finales de junio o comienzos de julio pr¨®ximo', sin especificar d¨®nde.
Los conservadores siguen oponi¨¦ndose ferozmente a un acuerdo. Uno de sus diarios m¨¢s pr¨®ximos, The Times, que el lunes revel¨® una supuesta batalla interna en el Gabinete de Blair entre Exteriores y Defensa, que ha perdido verosimilutd, lanz¨® ayer otro torpedo contra la negociaci¨®n al afirmar que est¨¢ 'a punto de fracasar' por la negativa espa?ola a que el acuerdo cierre el contencioso para siempre. Es decir, por la negativa espa?ola a renunciar a la soberan¨ªa toral sobre el Pe?¨®n.
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