La fuerza del odio irrumpe en la galaxia

El ataque de los clones, segundo cap¨ªtulo de la saga de La guerra de las galaxias, se estren¨® ayer en Estados Unidos y el Reino Unido. Hoy lo har¨¢ en el resto del mundo. Su director y productor, George Lucas, eligi¨® ayer el Festival de Cannes para explicar lo que significan los avances digitales de su nuevo filme. En Madrid, casi simult¨¢neamente, dos de sus actores protagonistas, el joven Hayden Christensen y el veterano Samuel L. Jackson, hablaron de lo que necesita un actor para crecerse y no arrugarse ante dichos avances. La guerra y el poder del odio irrumpen en el espect¨¢culo digital del Episodio II. El ataque de los clones. La galaxia se pone a la altura del hombre.

'La famosa pantalla azul', dijo Samuel L. Jackson en referencia al fondo vac¨ªo sobre el que se ruedan la mayor¨ªa de las escenas digitales, 'exige algo muy simple: imaginaci¨®n, algo que cualquier actor necesita para su trabajo. De hecho, el trabajo de un int¨¦rprete consiste en eso, en imaginar lo que no hay. Es como cuando uno era ni?o y despu¨¦s de ver una pel¨ªcula volv¨ªa a casa y se encerraba en su cuarto para revivir lo que hab¨ªa visto. Yo saltaba en la cama, me encerraba en el armario, y eso me bastaba para estar en otro mundo. Rodar una pel¨ªcula as¨ª requiere el mismo ejercicio de imaginaci¨®n, est¨¢s solo con tu principal arma de trabajo: la mente. Frente a lo que muchos piensan, una pel¨ªcula como ¨¦sta te da mucha libertad a la hora de interpretar'. 'En la escuela de teatro', a?adi¨® Christensen, 'aprend¨ª a actuar en un escenario vac¨ªo, a imaginar cualquier situaci¨®n sin ayuda de decorados. En esta pel¨ªcula ha sido lo mismo'.

'Una pel¨ªcula como ¨¦sta da mucha libertad a la hora de interpretar'

En el Episodio II. El ataque de los clones, Hayden Christensen interpreta al joven Anakin Skywalker y Samuel L. Jackson al caballero jedi Mace Windu. Christesen, de 21 a?os, fue elegido entre una larga lista de aspirantes para interpretar al joven aprendiz jedi y futuro Darth Vader. De la mano de su maestro, Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor), y de su amada senadora, Padm¨¦ Amidala (Natalie Portman), el joven y superdotado caballero empieza a enfrentarse al lado tenebroso y oscuro, que le convertir¨¢ en el antih¨¦roe de la serie, en el hombre que, atrapado por su c¨®lera, su dolor, su soledad y sus tormentos, se traicionar¨¢ a s¨ª mismo y, en definitiva, a los suyos.

Christensen logr¨® arrebatarle el papel a estrellas como Leonardo di Caprio para convertirse en el rostro adolescente de un personaje del que todos los espectadores conocen su destino. 'No me preocupa qui¨¦nes podr¨ªan haber interpretado mi papel, me preocupa mi trabajo', asegura el joven actor canadiense. 'No estoy preparado para la fama, o como quieran llamar a eso que al parecer me espera ahora. Para m¨ª, todav¨ªa es extra?o ver mi cara en un paquete de cereales... ?Que si ha nacido un sex symbol? ?Yo? No', a?adi¨®.

Alto, guapo y muy p¨¢lido, Christensen acudi¨® a la cita con los periodistas espa?oles junto a un Samuel L. Jackson en pantal¨®n corto, gorra y chancletas. 'El Episodio II es una pel¨ªcula m¨¢s madura que el Episodio I, y lo es por l¨®gica narrativa', afirm¨® Jackson. 'Si all¨ª el h¨¦roe era un ni?o de nueve a?os, aqu¨ª ya no lo es'. 'Por esto mismo, el Episodio III ser¨¢ a¨²n m¨¢s oscuro, m¨¢s adulto y m¨¢s dif¨ªcil'.

En la cr¨ªtica publicada ayer por el diario franc¨¦s Lib¨¦ration se afirma que el refinamiento digital de El ataque de los clones -con espectaculares batallas gal¨¢cticas y duelos con espada l¨¢ser- viene acompa?ado por un gui¨®n de fondo freudiano, introspectivo, misterioso y complejo, en el que, por debajo de la moderna digitalizaci¨®n, se adivina una historia de amor imposible, de frustraciones ed¨ªpicas y de dolor. 'La semilla del lado oscuro ya est¨¢ presente en esta pel¨ªcula', afirma Samuel L. Jackson, 'Este episodio tiene el tono y el esp¨ªritu del original, el Episodio IV, aqu¨ª se maneja ya mucha informaci¨®n sobre lo que ocurrir¨¢ despu¨¦s, el lado oscuro de Anakin se palpa. En el Episodio I tan s¨®lo se preparaba el terreno para lo que va venir, por ello era una pel¨ªcula m¨¢s luminosa. Ahora el lado oscuro ya est¨¢ aqu¨ª, anuncia la tragedia del tercer episodio, empezamos a conocer la ira de Darth Vader'.

Samuel L. Jackson -que logr¨® convencer a George Lucas para que su espada l¨¢ser fuera p¨²rpura -'yo quer¨ªa un color diferente a la de los dem¨¢s, quer¨ªa que mi espada se viera bien'-, morir¨¢ en el Episodio III, cuyo estreno est¨¢ previsto para el a?o 2005. 'Bueno, al final s¨®lo quedan tres caballereos jedi, y est¨¢ claro que yo no soy uno de ellos. As¨ª que ya que me tengo que morir, s¨®lo me gustar¨ªa que fuera una muerte en condiciones, ¨¦pica, que pueda recordar, una muerte que pueda disfrutar con mis amigos. Me gustan las escenas de muerte, siempre me ha gustado morir en el cine; de peque?o, me gustaba interpretar largas agon¨ªas. Por eso quiero una despedida con lucha y espada, una muerte tiene que ser a lo grande'.

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