Arafat trota de nuevo
Cabalgar, quiz¨¢, es mucho decir, pero el presidente de la Autoridad Palestina por lo menos ha logrado salirse de la espesa madeja en la que ha pretendido encerrarle el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, para volver a lo que ¨²ltimamente mejor hace: sonre¨ªr, prodigar mensajes de optimismo, recorrer sus posesiones y reafirmar a sus partidarios en la creencia de que es inmortal. Pero todo tiene su precio.
El espeluznante artista del alambre fue derrotado por el Ej¨¦rcito del rey Hussein de Jordania, cuando ¨¦l personalmente hab¨ªa tomado el mando de las fuerzas de la OLP, en septiembre de 1970, pero supo salvar vida y posici¨®n; en 1982, Sharon, a la saz¨®n ministro de Defensa, lo embotell¨® en Beirut con intenci¨®n de acabarle, pero Arafat consigui¨® convencer a gran parte de su mesnada de que los 84 d¨ªas de sitio de la capital libanesa eran 'el Stalingrado victorioso de la resistencia guerrillera', adem¨¢s de zafarse del mortal abrazo en una retirada protegida por EE UU y Francia; al a?o siguiente se evadi¨® de similar a?agaza, pero esta vez ejecutada por las tropas del presidente Assad, de Siria, y pudo escapar de Tr¨ªpoli, en el sur de L¨ªbano, bajo los auspicios de la Liga ?rabe; establecido el cuartel general de la OLP en T¨²nez, regate¨® un atentado aerotransportado de Israel, y de nuevo Sharon lo encerraba en diciembre pasado en Ramala, para mantenerle recluido desde el 29 de marzo de este a?o en un par de piezas del compound presidencial, donde ha estado a pan y agua hasta su reciente liberaci¨®n. Pero al israel¨ª, aunque forzado a dolorosa moderaci¨®n por EE UU, con algo ha habido que pagarle.
Todo parece indicar que el precio en moneda de curso diplom¨¢tico legal ha sido enterrar la investigaci¨®n de la ONU sobre las presuntas atrocidades de Yen¨ªn, el campo de refugiados donde la resistencia palestina afirma que hubo cientos de muertos, y no precisamente en acciones de guerra, cuando lo ocup¨® el Tsahal israel¨ª. La ONU quer¨ªa investigar, Sharon accedi¨® cuando s¨®lo hab¨ªa hablado con generales, pero algo debieron decir comandantes y capitanes cuando s¨²bitamente descubri¨® que era intolerable semejante injerencia en los asuntos del Estado sionista. Por eso, Arafat s¨®lo ha visitado el campo a vista de helic¨®ptero, mientras derrama presencia en todo el pa¨ªs cisjordano.
Pero el segundo pago puede ser a¨²n m¨¢s importante. Tras mucho cabildeo, el rais va a convocar elecciones, as¨ª como ha anunciado un plan de reformas tan vago como poco deseado. Este pago, sin embargo, lo hace a EE UU, que es quien deber¨¢ vend¨¦rselo a Sharon, para el que reforma palestina s¨®lo significa eliminaci¨®n de Arafat y fabricaci¨®n de un coro mal apa?ado de quislings.
Celebrar elecciones en los territorios ocupados es algo bueno en s¨ª mismo, porque se ver¨¢ entonces qu¨¦ capacidad tiene la opini¨®n palestina, no ya de desbancar a Arafat, que eso no va a ocurrir, pero s¨ª de empezar a pensar el pos-Arafat, aunque sea con la inquietud bien fundada de que el interesado no piense que haga falta. Creer, sin embargo, que Arafat es capaz de reformar su Administraci¨®n ensancha hasta lo infinito la credulidad del personal.
Es posible que el l¨ªder palestino no sea ¨¦l corrupto a t¨ªtulo individual, pero su r¨¦gimen s¨ª lo es, y cong¨¦nito. El rais s¨®lo sabe gobernar como padrone de una vasta clientela que le sigue a donde vaya, y que se ha pasado 20 a?os de ocupaci¨®n y toda una primera Intifada como burocracia exterior. Pero si Washington se persuadiera de la necesidad de que hubiese una paralizaci¨®n real de los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania -condici¨®n indispensable para que haya alguna posibilidad de que cesen los atentados suicidas-, ser¨ªa tambi¨¦n posible una tregua, en cuyo contexto el pueblo palestino no deber¨ªa desaprovechar la oportunidad de elegir con su voto democracia e imponer limpieza de gobierno. Porque el gran aliado de la corrupci¨®n, lo que permite a Arafat presidir como lo hace, es la ocupaci¨®n, la colonizaci¨®n y la guerra, es decir, la destrucci¨®n de la Autoridad Palestina, ¨²nica pol¨ªtica del primer ministro Sharon de que se tiene conocimiento hasta la fecha.
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