Campa?a de Gibraltar en Londres contra el acuerdo hispano-brit¨¢nico

El Gobierno de Gibraltar redobl¨® ayer sus esfuerzos por impedir cualquier acuerdo entre Espa?a y el Reino Unido sobre el Pe?¨®n mediante la publicaci¨®n de un espectacular anuncio a toda p¨¢gina en la prensa brit¨¢nica. El anuncio es llamativamente tosco y con un inconfundible aire de proclama pol¨ªtica que le diferencia de la publicidad comercial. Est¨¢ encabezado por una petici¨®n a toda p¨¢gina dirigida a los ciudadanos brit¨¢nicos: 'Gibraltar busca tu apoyo...'. Y un subt¨ªtulo que aclara para qu¨¦: 'Ning¨²n acuerdo con Espa?a en contra de los deseos de la poblaci¨®n de Gibraltar'.

Una gran foto dominada por el rojo, blanco y azul de banderas brit¨¢nicas y gibraltare?as, con el Pe?¨®n al fondo en tonos grises, lleva un pie con una pregunta: '18 de marzo de 2002: pr¨¢cticamente toda la poblaci¨®n de Gibraltar se manifest¨®. ?Por qu¨¦?'. Y una respuesta: 'El Gobierno brit¨¢nico propone cerrar un acuerdo con Espa?a que afecta a la soberan¨ªa y los derechos pol¨ªticos de Gibraltar en contra de los deseos del Gobierno y el pueblo de Gibraltar, que incluso en el caso de que sea rechazado por la poblaci¨®n de Gibraltar en refer¨¦ndum seguir¨¢ encima de la mesa, con el consiguiente perjuicio pol¨ªtico para Gibraltar, como la posici¨®n acordada entre el Reino Unido y Espa?a'.

La p¨¢gina incluye una edulcorada definici¨®n de lo que es Gibraltar y la tremendista visi¨®n que su Ejecutivo tiene de las negociaciones en curso entre Londres y Madrid. La campa?a publicitaria es la m¨¢s agresiva demostraci¨®n p¨²blica de la oposici¨®n del Gobierno gibraltare?o a que se modifique el actual statu quo del Pe?¨®n y culmina meses de presi¨®n en los Comunes y en los c¨ªrculos pol¨ªticos brit¨¢nicos.

El ministro principal gibraltare?o, Peter Caruana, ha viajado innumerables veces a la metr¨®poli para pronunciar conferencias, intervenir en el Parlamento y alentar a la prensa en contra de las actuales negociaciones. La campa?a ha ido calando y parece haber mermado la inequ¨ªvoca vocaci¨®n de cambio demostrada por el Gobierno de Tony Blair al principio de las negociaciones.

En las ¨²ltimas semanas, Londres subraya m¨¢s los inconvenientes que las ventajas de la negociaci¨®n, en una actitud que a veces parece mera t¨¢ctica para conseguir un acuerdo m¨¢s favorable a sus intereses y a veces un desfallecimiento de su voluntad de acuerdo. El constante batallar en los Comunes no s¨®lo de los conservadores como partido, sino de bastantes diputados laboristas, en contra del acuerdo puede haber afectado esa voluntad.

La reciente filtraci¨®n sobre desavenencias entre el Foreign Office y el Ministerio de Defensa ha desviado el centro del debate en el Reino Unido: hace 10 meses lo importante era acabar con una situaci¨®n anacr¨®nica que afectaba de manera negativa a los intereses brit¨¢nicos; ahora, la cuesti¨®n vuelve a ser si es realmente del inter¨¦s del Reino Unido modificar la situaci¨®n del Pe?¨®n. Las dudas han crecido tanto que han obligado a Tony Blair a reafirmarse en los Comunes a favor de la negociaci¨®n, mientras los encargados de cerrarla, los ministros de Asuntos Exteriores Josep Piqu¨¦ y Jack Straw han tenido que reafirmarlo tambi¨¦n en su ¨²ltimo comunicado conjunto.