Sin ton ni son
Los sindicatos UGT y CC OO han convocado huelga general para el 20 de junio, v¨ªspera de la cumbre europea de Sevilla, en protesta por la reforma del sistema de protecci¨®n del desempleo propuesto por el Gobierno y que, en s¨ªntesis, endurece las condiciones que se exigen a los parados para percibir el subsidio. La convocatoria no es una sorpresa. Gobierno y sindicatos han venido cruzando amenazas, el uno para asegurar que la reforma se aprobar¨¢ pase lo que pase y los otros para exigir que se retire sin condiciones. La primera consideraci¨®n es que la voluntad de negociaci¨®n ha brillado por su ausencia y la factura se pagar¨¢, si nadie lo remedia, el mes pr¨®ximo.
El recurso a la huelga general es el ¨²ltimo al que se debe recurrir en un conflicto de intereses. Un gesto tan extremado debe reservarse para actuar frente a un cataclismo pol¨ªtico o medidas hostiles continuadas durante a?os. Dicho lo anterior, lo cierto es que gran parte de los da?os que puedan producirse el 20 de junio son imputables a la inoportuna estrategia del Gobierno. Durante m¨¢s de una legislatura, ha exhibido con demasiada grandilocuencia como uno de sus grandes activos el entendimiento con las fuerzas sindicales; pol¨ªtica que, entre otras cosas, ha rendido el beneficio de la moderaci¨®n salarial. De repente, quiz¨¢ para reforzar la idea de que se impulsa alguna reforma estructural, el Ministerio de Trabajo se descolg¨® con una propuesta de reforma del seguro de desempleo que no ven¨ªa urgida por crisis presupuestaria alguna -al contrario, el INEM presenta un fuerte super¨¢vit- ni exigida por imperativos legales.
Ni hay raz¨®n alguna para que el contenido de la reforma no sea pactado con los sindicatos, ni tiene sentido romper una estrategia de buen entendimiento, ni est¨¢ claro que todas las situaciones de percepci¨®n del desempleo generen fraude o desidia en la b¨²squeda activa de puestos de trabajo. Las ¨²ltimas cifras conocidas parecen indicar m¨¢s bien que las resistencias a aceptar empleos se producen cuando el parado debe desplazar su lugar de residencia. Ese problema no se resuelve s¨®lo oblig¨¢ndole a aceptar cualquier puesto, sino aplicando reformas en el mercado de la vivienda para abaratar su compra o bajar el alquiler.
Si la huelga se mantiene y el pr¨®ximo 20 de junio los ciudadanos se encuentran frente al pulso Gobierno-sindicatos, estaremos ante un desprop¨®sito descomunal. No rebaja su tama?o el que los sindicatos puedan arg¨¹ir que tienen m¨¢s raz¨®n que el Gobierno. Ser¨¢ un desprop¨®sito cometido sin ton ni son.
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