Ni?os malos
Hay ni?os en Catalu?a que son un 'alto riesgo social'. No una vida desgraciada para ellos mismos: no, 'alto' riesgo para los dem¨¢s. Pujol los va a encerrar, en 'centros de reeducaci¨®n' que no existen: ser¨¢n c¨¢rceles. Recuerdo la 'ley de peligrosidad social' de Franco -para adultos- donde se los encerraba sin sentencia: por seis meses, prorrogables por otros seis, y luego por otros seis, a juicio del director. Se dispon¨ªa que fuesen a 'casas de templanza', y se los mandaba a la c¨¢rcel. A la de Zamora fui a visitar a mi hijo Eduardo y a Leopoldo Panero, que nunca se templaron, pero que fueron -Leopoldo vive y es- poetas malditos. Pregunt¨¦ si le¨ªan peri¨®dicos, y me contestaron que s¨ª: el Ya, recortadas las partes er¨®ticas. El director me explic¨® que los recluidos hac¨ªan muebles chinos. No Leopoldo y Eduardo, que fueron maestro y bibliotecario, respectivamente: hab¨ªa un dise?ador de Estados Unidos que los dise?aba, y cuya estancia de seis meses se renovaba continuamente porque era imprescindible. Siempre que veo muebles chinos pienso que son de la c¨¢rcel de Zamora.
Salimos, dicen, del franquismo: pero Pujol reinventa la ley de peligrosidad social. Ah, estos ni?os malos son extranjeros. No van a tener 'reeducaci¨®n'; no s¨®lo porque el 're' no existe en estos casos, sino porque no se sabe lo que es educaci¨®n, y para qu¨¦, en estos casos; y porque los centros no existen. Van simplemente a carcelitas. Sin sentencia. Con los de Melilla es peor: contra todas las leyes espa?olas y europeas, no se los acoge y 'reeduca', porque no hay d¨®nde, sino que se los devuelve a Marruecos.
Oigo y veo la desesperaci¨®n de la se?ora que lleva estos asuntos: ?qu¨¦ hace con ellos, si no los puede enviar a la Pen¨ªnsula y tampoco le caben en su ciudad? Tiene raz¨®n: pero viola leyes y moral. No soy partidario del uso de ni?os, o de la invenci¨®n moral del ni?o, para implantar reglas generales, como la censura de espect¨¢culos o su negaci¨®n de trabajo. Los ni?os forman parte de lo que estas personas decentes llaman la familia: no comen, roban o se prostituyen al mismo tiempo que su familia marginada. Pero veo ahora una retracci¨®n de estos Gobiernos decentes al encarcelar -que no se llama as¨ª- a estos ni?os que deben proteger. Ah, y el Jefe prepara otra ley de extranjer¨ªa: ¨¦sta es blanda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.