Mezcla explosiva
Cuando Mario Conde era Mario Conde y la Universidad Complutense de Madrid le invisti¨® como doctor honoris causa, Rodolfo Mart¨ªn Villa atribuy¨® la concesi¨®n de tal distinci¨®n a los ¨¦xitos deportivos de Indur¨¢in. 'Ser¨¢ por Indur¨¢in', fueron sus palabras. Nada en la gesti¨®n de Banesto, ven¨ªa a decir Mart¨ªn Villa, justificaba que la Universidad Complutense distinguiera de esa manera al presidente del banco. ?nicamente en los triunfos del ciclista navarro en el Tour se pod¨ªa encontrar la causa del honor que a Mario Conde se confer¨ªa. Poco tiempo despu¨¦s, como los lectores sin duda recuerdan, los tribunales de justicia confirmar¨ªan el an¨¢lisis de Mart¨ªn Villa. Los cinco Tours de Indur¨¢in con la camiseta de Banesto es lo ¨²nico positivo que queda de los a?os de gesti¨®n de dicha entidad bancaria por Mario Conde.
El alcalde har¨ªa bien en no mezclar al Huelva con su situaci¨®n penal. No le va a servir a ¨¦l judicialmente y s¨ª puede ser perjudicial para el Recre e indirectamente para la ciudad
Y es que la mezcla de deporte y pol¨ªtica suele ser explosiva y no es infrecuente que acabe ante los tribunales de justicia. En Espa?a y fuera de Espa?a. As¨ª le ocurri¨® a Bernard Tapi¨¦, presidente del Marsella, ¨²nico club franc¨¦s que ha ganado hasta la fecha la Copa de Europa, que intent¨® rentabilizar pol¨ªticamente su ¨¦xito como dirigente deportivo con una arrancada fulgurante y aparentemente irresistible, pero que acab¨® al poco tiempo con una condena penal en los tribunales de justicia y condena deportiva para el equipo que hab¨ªa presidido. As¨ª le ha ocurrido y le sigue ocurriendo a Jes¨²s Gil con el Atl¨¦tico de Madrid y el Ayuntamiento de Marbella, ya que los tribunales de justicia todav¨ªa no han terminado de examinar sus posibles conductas delictivas.
No quiero decir con ello que pol¨ªtica y deporte sean t¨¦rminos que est¨¦n re?idos. Hacer pol¨ªtica deportiva es una forma m¨¢s de hacer pol¨ªtica, que puede ser especialmente interesante como opci¨®n personal y particularmente rentable para la comunidad en la que se practica. Tener buenos pol¨ªticos al frente de la gesti¨®n del deporte es una suerte para cualquier sociedad.
Lo que suele ser una maldici¨®n es que se mezclen de mala manera pol¨ªtica y deporte, esto es, que se intente aprovechar la popularidad alcanzada al frente de un equipo para dar el salto a la pol¨ªtica o que se intente, una vez que se est¨¢ en pol¨ªtica, aprovechar la popularidad de una causa deportiva para reafirmar la propia posici¨®n. Lo primero es lo que hizo Jes¨²s Gil. Lo segundo es lo que ha hecho el alcalde de Huelva.
Es m¨¢s que probable que el mismo d¨ªa en que aparezca este art¨ªculo el Recre se convierta en equipo de primera divisi¨®n. Lo deseo fervientemente. Recuerdo perfectamente el estallido de j¨²bilo que provoc¨® no s¨®lo en Huelva, sino tambi¨¦n en Sevilla, el ¨²ltimo ascenso hace veinticuatro a?os. Recuerdo que se utiliz¨® la m¨²sica de una de las canciones de moda de entonces, Campanera, para, con la letra apropiada, celebrar el ascenso. Y en aquellos d¨ªas la o¨ª con mucha frecuencia en diversas emisoras. No menor va a ser el j¨²bilo esta vez, porque, adem¨¢s, la forma en que se ha conseguido, tras haber estado a punto de hacerlo el a?o pasado, permite aventurar una permanencia prolongada en la divisi¨®n de honor del f¨²tbol espa?ol.
Nada de ello justifica, sin embargo, el comportamiento del alcalde de Huelva en la gesti¨®n del asunto conocido como Isla Chica. El fin no puede justificar nunca los medios. 'Salvar al Recre' no puede convertirse en una coartada para que un alcalde pueda saltarse a la torera la legislaci¨®n y act¨²e de manera claramente antijur¨ªdica, con el informe en contra de todos los servicios jur¨ªdicos del Ayuntamiento o de la Gerencia Municipal de Urbanismo. El hecho de que el Recre vaya a estar en primera no puede ser utilizado para exonerarse de la responsabilidad que se le exige en este momento ante el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa por los delitos de prevaricaci¨®n administrativa y de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos.
El alcalde har¨ªa bien en no mezclar al Huelva con su situaci¨®n penal. No le va a servir a ¨¦l judicialmente para nada y s¨ª puede ser perjudicial directamente para el Recre e indirectamente para la ciudad. La suerte del Recre y el impacto positivo que su presencia en la divisi¨®n de honor del f¨²tbol espa?ol va a tener para la ciudad no deben verse empa?ados por el horizonte penal del alcalde. Tener un m¨ªnimo de dignidad en el ejercicio del cargo en este momento es lo menos que cabe exigirle.
Desgraciadamente, no parece que sea ese el camino que ha elegido. Al contrario. Parece, a tenor de su ataque el pasado jueves al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, delante del consejero de Turismo y Deporte, Antonio Ortega, que est¨¢ dispuesto a cabalgar el caballo del ascenso del Recre con la finalidad de extraer la m¨¢xima rentabilidad pol¨ªtica personal, al margen de cualquier consideraci¨®n por el coste que dicha rentabilizaci¨®n personal de un ¨¦xito deportivo pueda tener para el club y para la ciudad.
Mientras la direcci¨®n andaluza del PP se lo permita, podr¨¢ continuar haci¨¦ndolo. Pero los hechos son testarudos y nada de eso va modificar en lo m¨¢s m¨ªnimo la calificaci¨®n que de su conducta han hecho el fiscal y el juez de Instrucci¨®n. Lo que no se acaba de entender es que el consejero de Turismo y Deporte haya avalado t¨¢citamente la conducta del alcalde. ?De verdad cree Antonio Ortega que puede extraer alguna ventaja de su silencio c¨®mplice el jueves pasado ante el ataque del alcalde de Huelva al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa? Los electores nunca premian a quien no sabe estar en su sitio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.