La visita de Carter a Cuba abre una t¨ªmida esperanza de reformas
Los cubanos se preguntan si los aires de cambio perdurar¨¢n o ser¨¢n otro par¨¦ntesis
Hace siete d¨ªas, Fidel Castro recibi¨® a James Carter en el aeropuerto Jos¨¦ Mart¨ª, de La Habana, de traje y corbata. Este viernes lo despidi¨® vestido de verde oliva. Este cambio de imagen pudiera parecer un s¨ªmbolo de que la hist¨®rica visita del ex presidente estadounidense ha sido s¨®lo un par¨¦ntesis, y que ahora la revoluci¨®n volver¨¢ a ocupar todo el espacio pol¨ªtico, como ocurri¨® en 1998 tras el viaje del Papa. Pero algo se ha movido en Cuba en estos d¨ªas.
'?Se le ha escapado a Fidel Castro la visita de Carter de las manos o estaba todo previsto?'
'S¨ª, de pronto estamos asistiendo a una especie de peque?a gl¨¢snost tropical, que en el caso de Cuba no suele ser un fen¨®meno duradero. Ojal¨¢ se estabilice esto y el Gobierno se d¨¦ cuenta de que Cuba debe incorporarse a las grandes corrientes democr¨¢ticas', dice el veterano disidente Elizardo S¨¢nchez, uno de los interlocutores de Carter estos d¨ªas. Horas antes, el diario comunista Granma sali¨® a la calle con un contenido sin precedentes en cuatro d¨¦cadas de revoluci¨®n: el texto completo del discurso de un ex presidente estadounidense que criticaba con dureza el sistema socialista cubano y ped¨ªa abiertamente democracia, libertad de expresi¨®n y espacio para el movimiento opositor.
Las palabras de Carter en la Universidad de La Habana y el debate posterior que sostuvo con un grupo de estudiantes en torno al denominado Proyecto Varela fueron difundidas en directo por la televisi¨®n, causando el estupor de no pocos cubanos. El mensaje no alter¨® las convicciones revolucionarias del profesor Orlando Pedroso, de 30 a?os, pero incorpor¨® al debate familiar nuevas reflexiones: 'Me gusta lo nuestro, pero lo que me molesta es enterarme de esta forma de las cosas que suceden en mi pa¨ªs'.
'?Qu¨¦ esta pasando? ?Estamos asistiendo al inicio de una nueva estrategia del Gobierno?', se preguntaba un embajador latinoamericano en uno de los muchos cen¨¢culos celebrados esta semana en La Habana. Nadie acertaba a componer el rompecabezas. '?Por qu¨¦ el Gobierno ha permitido ahora que un grupo disidente recoja 11.000 firmas solicitando un refer¨¦ndum, y por qu¨¦ el Parlamento las ha aceptado? ?Se le ha escapado a Fidel Castro la visita de Carter de las manos, o estaba todo previsto?'. Las interrogantes no s¨®lo eran del diplom¨¢tico, entre muchos cubanos exist¨ªan las mismas inquietudes.
Hasta el momento, los cambios introducidos por la revoluci¨®n tras la desaparici¨®n del campo socialista se han traducido s¨®lo en reformas econ¨®micas, no en transformaciones pol¨ªticas. Pero incluso la apertura limitada al sector privado y a la inversi¨®n extranjera ha sufrido vaivenes en estos a?os. 'En 1995 hab¨ªa en Cuba 200.000 trabajadores por cuenta propia, hoy hay 150.000, en una poblaci¨®n de 11 millones de personas', se?ala un economista cubano de 35 a?os.
Como otros compatriotas suyos cuya ¨²nica referencia es la revoluci¨®n -el 50% de la poblaci¨®n cubana tiene menos de 30 a?os-, este profesional piensa que aunque las reformas econ¨®micas han sido t¨ªmidas y han ido demasiado despacio, aun as¨ª est¨¢n cambiando el pa¨ªs. 'La crisis econ¨®mica que atraviesa Cuba, agravada por el embargo y la falta de financiaci¨®n internacional, puede estar obligando a que el Gobierno cubano ensaye nuevas t¨¢cticas, incluso pol¨ªticas, para salir del atolladero', es la lectura de un empresario extranjero.
C¨¢balas son ahora lo que sobran en Cuba. Las del Gobierno van en una l¨ªnea diferente: 'Si algo se mueve en Cuba, tambi¨¦n se mueve en Estados Unidos', dicen las autoridades. La normalizaci¨®n de las relaciones con Washington y el levantamiento del embargo son para la isla desde hace una d¨¦cada objetivos prioritarios. Tambi¨¦n para Carter, y los grupos de presi¨®n pol¨ªticos y econ¨®micos que apoyan sus gestiones. 'El pasado 28 de marzo', revela un funcionario cubano, 'se constituy¨® en el Congreso de Estados Unidos el llamado Cuban Working Group [integrado por 36 legisladores de ambos partidos], cuyo prop¨®sito es conseguir que la Administraci¨®n del presidente George W. Bush revise su pol¨ªtica hacia Cuba'. 'Entre sus objetivos inmediatos, el grupo trabaja para que se levante la prohibici¨®n de que bancos privados financien las compras de Cuba de alimentos estadounidenses y que se permita a los turistas de EE UU viajar libremente en nuestro pa¨ªs', explica el funcionario, para quien hay otro dato a¨²n m¨¢s revelador: 'En la actualidad hay cuarenta iniciativas legislativas en el Congreso que de una u otra forma conciernen a Cuba. La mitad de ellas son a favor de la flexibilizaci¨®n del embargo'.
Los hilos que se tejen tras bambalinas en el Congreso de EE UU son tan numerosos e indescifrables como los entretelones de la revoluci¨®n. Pero los hechos son los hechos; y hoy lo que ha sucedido es que un ex presidente norteamericano ha viajado a Cuba, ha pedido el fin del embargo y la prensa oficial cubana ha divulgado, queri¨¦ndolo o no, una iniciativa disidente que pide cambios pol¨ªticos en la isla.
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