Los mejores 'bikers' llegan a Madrid
Prueba mundial en la Casa de Campo
La Casa de Campo dejar¨¢ hoy por unas horas de ser un apacible lugar de paseo y merienda para convertirse en el escenario de una de las pruebas deportivas m¨¢s emocionantes que se pueden dar: una carrera de mountain bike. Y no una carrera cualquiera, sino toda una prueba de Copa del Mundo. Todos los cracks del mundo mundial, encabezados por los espa?oles Jos¨¦ Antonio Hermida, campe¨®n del mundo junior, cuarto en los Juegos de Sydney, ganador de varias carreras de Copa del Mundo; el joven de Puigcerd¨¤, que sue?a con ganar el oro ol¨ªmpico en Atenas, y Marga Fullana, bronce ol¨ªmpico y bicampeona mundial, invadir¨¢n el apacible recinto y convertir¨¢n parte de sus caminos en ruta de velocidad, en territorio donde el sudor, el esfuerzo, la inteligencia y la osad¨ªa ser¨¢n los reyes.
Hace ocho a?os, la otra vez que hubo Copa del Mundo en la Casa de Campo, unas 50.000 personas se agolparon en las cunetas para ver la competici¨®n. Este a?o, con la atracci¨®n de Hermida y Fullana, los organizadores esperan superar la marca, pese a las horas impuestas por la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) para las competiciones: 11.00 horas para la prueba femenina y 14.30 para la masculina.
El mountain bike no es s¨®lo esa bicicleta de 21, 24, 27 o 30 marchas, tres platos y 10 pi?ones, que la mayor¨ªa se compra para ir a buscar el pan los domingos en ch¨¢ndal; tampoco es un deporte de charlatanes domingueros. El mountain bike es una disciplina dura, muy dura. Las pruebas masculinas duran unas dos horas y media, es decir, la duraci¨®n de un marat¨®n, m¨¢s o menos, y en ellas el coraz¨®n de los corredores no baja nunca del 90% de su capacidad de latir. Son pruebas, carreras, sin descanso, en las que los bikers no tienen la ventaja de los ciclistas de carretera, que pueden ir a rueda y ahorrarse esfuerzo. En el mountain bike, cada ciclista es una unidad, ¨¦l solo y su bicicleta. Y nunca puede dejar de dar pedales: la bici bota, las manos sufren para agarrar los frenos, el estr¨¦s es m¨¢ximo, el coraz¨®n no para.
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