El PP revoluciona las auditoras
Las firmas se rebelan contra su propuesta de rotaci¨®n y reprochan la falta de debate
El Partido Popular ha aprovechado el tr¨¢mite de enmiendas del la ley financiera para darle una vuelta a la ley de auditor¨ªa. De las propuestas presentadas, que a¨²n deben ser discutidas, una levanta ampollas en el sector: la obligaci¨®n de las auditoras de renunciar a los clientes cotizados cada 12 a?os. Ni Estados Unidos ni Europa han ido tan lejos.
El terremoto Enron no s¨®lo se ha llevado a Andersen por delante. Adem¨¢s ha puesto a los Gobiernos a trabajar, casi a marchas forzadas, para mejorar la independencia de los auditores de sus clientes.
El coste de una auditor¨ªa se incrementa entre un 15% y un 50% durante los primeros a?os, aseguran fuentes del sector
De las 35 empresas del Ibex, al menos 16 superan el l¨ªmite m¨¢ximo propuesto para trabajar con el mismo auditor
El Ejecutivo espa?ol no es una excepci¨®n. Aunque la reforma de la ley de auditor¨ªa (1988) estaba pendiente desde la legislatura pasada, el Partido Popular (PP) ha decidido aprovechar el debate parlamentario de la ley financiera para dar un repaso a la actividad. Y no s¨®lo para afinar los mecanismos que garantizan la independencia y transparencia del auditor -rotaci¨®n, obligaci¨®n de hacer p¨²blicos sus ingresos por otros servicios e incompatibilidades m¨¢s estrictas-, sino tambi¨¦n el r¨¦gimen sancionador, el acceso a la profesi¨®n y hasta la formaci¨®n.
Entre la decena de enmiendas presentadas por el PP, la ¨²nica que provoca quejas en el sector es la de limitar a 12 a?os el tiempo que una firma puede revisar las cuentas del mismo cliente si ¨¦ste est¨¢ en Bolsa. Tal vez por el efecto sorpresa. El l¨ªmite legal para la revisi¨®n obligatoria de cuentas en Espa?a es de nueve a?os, si bien ¨¦ste puede superarse firmando un nuevo contrato cada a?o. La propuesta de la Comisi¨®n Europea, que esta semana ha aprobado una recomendaci¨®n al respecto, acorta el plazo hasta los siete a?os y s¨®lo habla de cambiar el equipo que realiza la auditor¨ªa y no de firma.
'Si lo que se busca es aislar al auditor de la influencia de sus clientes, esta medida [del PP] es buena, aunque tiene que ser debatida', subraya Jos¨¦ Luis L¨®pez Combarros, presidente del Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas (ICAC).
A pesar de ello, todos los auditores consultados consideran la propuesta 'descabellada', tanto por la forma elegida, a trav¨¦s de una enmienda y, seg¨²n ellos, sin avisar a la profesi¨®n, como por el impacto. El propio L¨®pez Combarros, que ha pasado 35 a?os en Andersen, reconoce que la propuesta tiene 'un coste elevado para las firmas, ya que el mercado se repartir¨ªa en funci¨®n de una ley'.
Periodo de adaptaci¨®n
Basta con echar un vistazo a la lista de empresas del Ibex 35 para entender el baile de auditores que la medida tendr¨ªa hoy entre las grandes firmas, que son las que han sabido amarrar a sus clientes: al menos 11 de los 23 clientes de Andersen, entre ellos el SCH, BBVA, Repsol YPF o Endesa; 4 de los 7 de PricewaterhouseCoopers, incluido Gas Natural, y Red El¨¦ctrica de Espa?a entre los 3 de KPMG, 16 en total, estar¨ªan obligados hoy a buscar nuevo auditor si la ley estuviera en vigor, seg¨²n los datos de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Y no podr¨ªan recuperalos en los tres a?os siguientes.
Cada a?o se realizan unas 25.000 auditor¨ªas obligatorias, entre las que est¨¢n las de las empresas que acuden a los mercados en busca de financiaci¨®n, lo que supone el 68,7% del total, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales.
A pesar del revuelo, el impacto de la propuesta, que estar¨ªa aprobada como pronto en octubre, no ser¨ªa inmediato, ya que el PP ha previsto un plazo de adaptaci¨®n de cinco a?os. 'No queremos que un auditor que lleva 12 a?os se vaya ma?ana', explica su portavoz, Vicente Mart¨ªnez-Pujalte.
Algunos ya han empezado, sin embargo, a echar n¨²meros. Distintas fuentes de las cinco grandes aseguran que el coste de la auditor¨ªa se incrementa entre un 15% y un 50% durante los primeros a?os, dependiendo del conocimiento del sector; que se podr¨ªa desatar un baile de profesionales de una firma a otra para seguir con la misma cuenta; y que la calidad de los trabajos se resentir¨ªa. Incluso echan mano del ¨²nico ejemplo europeo, el italiano, donde se ha producido 'un cambio de cromos' entre las cinco grandes, seg¨²n un auditor.
Lo que est¨¢ claro es que la propuesta del PP es s¨®lo el ¨²ltimo disgusto en unos meses de infarto para el sector. La profesi¨®n no s¨®lo vive una crisis de credibilidad por los casos Enron y Gescartera, sino que tiene en el horizonte una nueva fusi¨®n entre grandes -Andersen y Deloitte- y, ahora, nuevas normas. Y no ha conseguido unirse en una sola corporaci¨®n -son tres-, aunque los censores han anunciado esta semana su refundaci¨®n para dar cabida a todas los auditores, lo que facilitar¨ªa su capacidad de di¨¢logo con el Gobierno. Adem¨¢s, el negocio lleva un par de a?os moderando su crecimiento en Espa?a: en 2001 factur¨® 712 millones de euros, un 15% m¨¢s que el anterior, y la previsi¨®n para ¨¦ste es del 8%, seg¨²n un estudio de la consultora DBK.
Con este panorama s¨®lo les queda confiar en convencer al Gobierno de que cambie de opini¨®n. O esperar a que, como en 1988, CiU saque adelante una propuesta menos dolorosa. Entonces esta fuerza consigui¨® volver inservible el l¨ªmite de nueve a?os. Ahora propone calcar la recomendaci¨®n de Bruselas y que ¨¦ste s¨®lo afecte al auditor, no a su empresa.
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