Terrorismo en Colombia
Llega la magna feria taurina de San Isidro, y con ella, la acostumbrada diatriba antitaurina de Manuel Vicent. En esta ocasi¨®n quiere suprimir el espect¨¢culo para complacer a 'chicas gal¨¢cticas, ejecutivos globalizados y marcianos con crestas de gallo'. ?Y encima, alemanes!
Vicent tergiversa la visi¨®n goyesca de la fiesta y hasta pide que el peri¨®dico suprima su secci¨®n taurina. Si de verdad el se?or Vicent quiere una Espa?a moderna y digna, que arremeta contra pol¨ªticos demagogos, banqueros corruptos y una televisi¨®n ramplona. ?O es que s¨®lo quiere llamar la atenci¨®n en plan Eugenio Noel, pero sin su convicci¨®n ni gracia?- William Lyon. Madrid.
No s¨¦ qu¨¦ significar¨¢ para la Uni¨®n Europea la palabra Colombia, tal vez signifique un paisillo lejano en medio de las selvas suramericanas, o tal vez un nido de narcotraficantes, o tal vez nada.
Eso no nos extra?a, y cuando digo 'nos' me refiero a los hombres comunes de Colombia, los que no pertenecemos a organizaciones, a los hombres comunes, a los que no somos narcotraficantes, ni guerrilleros, paramilitares; s¨®lo hombres de la calle; los que esperamos que nos maten o maten a nuestros hijos, los que inermes esperamos que organizaciones genocidas como las FARC comprendan alg¨²n d¨ªa el significado del respeto por la vida humana.
Para la Uni¨®n Europea estos asesinos no son terroristas; para nosotros, esa palabra (FARC) significa secuestro, muerte, narcotr¨¢fico. Tan s¨®lo hace dos d¨ªas asesinaron a 104 personas en un pueblecito inaccesible, una comunidad que vive en la pobreza absoluta, gente qu¨ªmicamente buena y pac¨ªfica como nadie; claro, que s¨®lo murieron 40 ni?os... Pero eso no es terrorismo... ?Qu¨¦ ser¨¢ terrorismo?
Mire, se?or, es muy sencillo, preg¨²ntele a los sesenta millones de colombianos comunes qu¨¦ es el terror; las definiciones no cabr¨ªan en ning¨²n disco duro. El mundo quiere ignorar esta horrible matanza; ?ser¨¢ que est¨¢n esperando que no quede nadie por estos lares, ser¨¢ que no se ven a¨²n millones de buitres rondando el norte de Suram¨¦rica?
Por el momento seguiremos administrando nuestro miedo. No importa, s¨®lo es el miedo de 60 millones de despreciables 'sudacas'. No le guardamos rencor a los europeos, el rencor lo mat¨® el miedo... S¨®lo nos da tristeza.
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