Una pica en la red
El senador Esteban Gonz¨¢lez Pons impulsa una campa?a para lograr un dominio valenciano en Internet
Las dimensiones de la realidad virtual cobran espesor. Hoy es posible hacer la declaraci¨®n de la renta a trav¨¦s de Internet, reservar un billete de avi¨®n o encargar la compra semanal para llenar la nevera. La red es un nuevo espacio p¨²blico al que se puede acceder desde cualquier punto del planeta, el foro global por excelencia del siglo XXI.
El tr¨¢fico a trav¨¦s de Internet lo regula una gran organizaci¨®n no gubernamental que aglutina a comerciantes, empresas y estados. La Internet Society fue constituida para 'asegurar el desarrollo abierto, la evoluci¨®n y el uso de internet para todos en todo el mundo', seg¨²n reza su objeto fundacional accesible, como no, a trav¨¦s de la red.
La Internet Society asigna los dominios a cuantos cuelgan sus p¨¢ginas en la red. Los comerciantes se desenvuelven en el territorio com, las organizaciones, en la zona org, los estados en sus claves respectivas. Para Espa?a, el dominio es es; para Italia, it; para Portugal, pt. Cada gobierno gestiona los accesos y controla los contenidos dentro de su ¨¢mbito de acci¨®n. Palestina ha sido objeto de una excepci¨®n en aras de lo pol¨ªticamente correcto y dispone de un dominio propio sin ser un Estado reconocido.
Esteban Gonz¨¢lez Pons, senador por Valencia y portavoz del PP en la C¨¢mara Alta, se ha distinguido como un adalid de las nuevas tecnolog¨ªas. Ahora se ha embarcado en una campa?a para reclamar el reconocimiento de un domino espec¨ªfico para la Comunidad Valenciana, cva, e invita a los ayuntamientos valencianos a aprobar mociones para exigir un ¨¢mbito netamente valenciano en la red. 'En el territorio global, sin fronteras, que ha generado internet tiene que haber un espacio para nuestra cultura', explica Gonz¨¢lez Pons, 'los valores, creencias y tradiciones que compartimos los valencianos deben convertirse en una pieza m¨¢s del gran mosaico cultural generado por las nuevas tecnolog¨ªas'.
El senador llega a sugerir la necesidad de que se reconozcan ciertos caracteres valencianos como la ? en los protocolos de acceso a la red. Tal posibilidad resulta casi imposible. Internet fue dise?ada por militares de Estados Unidos para evitar los riesgos que entra?aba la concentraci¨®n de informaci¨®n vital para la defensa en un solo punto. La red permite el acceso a toda la informaci¨®n desde cualquier enlace. Obviamente, los protocolos de acceso se dise?aron en ingl¨¦s. Los caracteres de la lengua fueron identificados con ciertos c¨®digos alfanum¨¦ricos. Introducir una nueva letra entra?a gran complejidad t¨¦cnica, pues multiplica geom¨¦tricamente los c¨®digos relativos a cada car¨¢cter. S¨ª se ha logrado enmascarar ciertos c¨®digos de acceso para reconocer, por ejemplo, la letra ?, ajena al alfabeto brit¨¢nico.
La posibilidad de reconocer un dominio netamente valenciano tambi¨¦n es compleja. Gonz¨¢lez Pons comenta que comunidades pr¨®ximas 'est¨¢n haciendo' gestiones para lograrlo. Se refiere a Catalu?a, cuyo Parlament aprob¨® en 1996 una iniciativa que instaba al Govern de la Generalitat a la creaci¨®n de un dominio propio para los usuarios de Internet residentes en Catalu?a, diferente al del resto de Espa?a. La proposici¨®n fue formulada por Esquerra Republicana de Catalunya y suger¨ªa crear el dominio ct, en paralelo a otra iniciativa para colgar en los veh¨ªculos el distintivo cat -por Catalu?a- en lugar de la E de Espa?a.
El ponente de la proposici¨®n no de ley, el republicano Jordi Portabella, se mostr¨® convencido de que Catalu?a conseguir¨ªa su nueva direcci¨®n porque otros lugares, como Gibraltar o las islas francesas, ya tienen dominios propios. Portabella rechaz¨® que el hecho de reclamar un dominio para Catalu?a pudiera convertirse en un asunto de enfrentamiento con otras comunidades espa?olas. 'Internet no tiene fronteras y s¨®lo le corresponde al consorcio que otorga las direcciones en la red determinar que las procedentes de Catalu?a incluyan las siglas ct', defendi¨®.
Gonz¨¢lez Pons asume ahora el relevo de aquella iniciativa. Pero para plantar una pica en la red conviene armarse de paciencia. Catalu?a, con seis a?os de ventaja, ha logrado establecer un punto neutro de acceso a la red, un servidor que acelera las conexiones, pero a¨²n no tiene dominio propio. En ese plazo, en paralelo, las matr¨ªculas espa?olas se han modificado. Ahora ni siquiera se identifica la provincia donde fue registrado el veh¨ªculo.
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