Melancol¨ªa
Los cuarenta minutos de duraci¨®n de The Sinking of the Titanic, cumplimentados con repeticiones levemente alteradas de una secuencia de cinco notas, s¨®lo sorprendieron a los asistentes que no estaban al tanto de la trayectoria inicial de Gavin Bryars: la obra del compositor brit¨¢nico, que trata de homenajear a los m¨²sicos del Titanic hundidos mientras interpretaban un himno, parece indudablemente adscrita a la est¨¦tica minimalista. La reiteraci¨®n de los sonidos se convirti¨® aqu¨ª en un logrado recurso para evocar el lento -lent¨ªsimo- transcurrir del tiempo bajo el agua, con una m¨²sica y unos m¨²sicos po¨¦ticamente condenados a repetirse, casi hasta el infinito, dentro de un ambiente l¨ªquido muy bien sugerido por el grupo de c¨¢mara y los sonidos pregrabados. Cosa muy distinta es que el minimalismo, como concepci¨®n musical, resulte irritante para muchos oyentes. En algunos casos, por la negativa a considerar el peque?o detalle como ¨²nica fuente de placer en la escucha. En otros, por incapacidad para caer en esa suerte de hipnosis que esas m¨²sicas generan. En bastantes -no hay que negarlo-, por simple rechazo a las novedades, aunque de hecho no sean tan nuevas. El minimalismo, en concreto, ronda ya los treinta a?os. Este ¨²ltimo grupo de objetores cuenta, no obstante, con su contrapunto dial¨¦ctico: los adoradores de cualquier credo alternativo. Pero eso ya es otra historia.
Ensems 2002
Gavin Bryars Ensemble. Obras de Gavin Bryars. Universidad de Valencia. Viernes, 17 de mayo de 2002.
La segunda de las obras que se ejecutaron el viernes, A man in a room, Gambling, interpretada como homenaje a Juan Mu?oz, premio nacional de Artes Pl¨¢sticas en el 2000 y fallecido prematuramente el pasado verano, enlaz¨® en el tono melanc¨®lico con la dedicada al Titanic. Este a?o, los Ensems se centran en la m¨²sica inglesa y en 'la melancol¨ªa', definida en el programa por Alfredo Aracil como una posible v¨ªa rompedora del binomio tradici¨®n-innovaci¨®n. A man in a room, originalmente escrita para una retransmisi¨®n radiof¨®nica, permiti¨® al p¨²blico apreciar la habilidad de Bryars en la escritura para peque?o conjunto de cuerda. En el mismo registro expresivo se movi¨® Adnan Songbook, sobre ocho poemas de amor de la escritora libanesa Etel Adnan. Anna Maria Friman los cant¨® con voz joven y grata, impostaci¨®n levemente ronca y encantador fraseo, que subrayaba el car¨¢cter est¨¢tico. No debe extra?arnos si, casual o premeditamente, hallamos en estas canciones ciertas resonancias de la melodie francesa.
El hermoso sonido de la viola se hizo muy patente en la n¨²m. 3. Tambi¨¦n tuvo una destacada intervenci¨®n en Epilogue from Wonderlawn, ¨²ltima de las obras interpretadas, que abund¨® todav¨ªa m¨¢s en el tono melanc¨®lico -utilizando ahora la palabra en un sentido menos metaf¨®rico y m¨¢s realista que el de Aracil-. De breve duraci¨®n e intensa delicadeza, quiz¨¢s fuera lo m¨¢s seductor de la velada.
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