Los 60 a?os de Ovidi
El pasado mes de marzo, el 4 del pasado mes de marzo, para ser exacto, Ovidi Montllor hubiese cumplido 60 a?os (y el 10 de aquel mismo mes se cumplieron siete a?os de su muerte). En el caso de haber sido yo un alto cargo de TV-3, pongamos el responsable de determinados programas, me las hubiese ingeniado para celebrar el cumplea?os de mi amigo por todo lo alto: teatro, cine, recitales, entrevistas con sus compa?eros... Pero yo no he sido, ni soy, ni ser¨¦ jam¨¢s un alto cargo de TV-3, ni responsable de ning¨²n programa de dicha cadena televisiva, la nostra. Entre TV-3 y un servidor, existe, para decirlo de una manera suave, una incompatibilidad de caracteres, incompatibilidad que se puso de manifiesto el mismo d¨ªa en que un grupo de amigos -Raimon, Pi de la Serra, Guillermina Motta, Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n y yo mismo- desped¨ªamos en el tanatorio de Les Corts el cuerpo sin vida de Ovidi, y TV-3, al dar cuenta del acto en su servicio informativo, no s¨®lo silenciaba mis palabras -en las que reprochaba a los pol¨ªticos all¨ª presentes el poco inter¨¦s que hab¨ªan demostrado en ayudar a Ovidi en su vida, cuando no ten¨ªa trabajo, a ¨¦l y a la can?¨® en general-, sino que ni me mencionaba entre los que tomamos la palabra.
El pasado 4 de marzo Ovidi hubiera cumplido 60 a?os. De hecho, los cumpli¨®. Ha salido un libro sobre su vida
El pasado 4 de marzo, Ovidi cumpli¨® 60 a?os. Y digo que los cumpli¨® porque, para m¨ª, y espero no ser el ¨²nico, Ovidi sigue vivo. T¨®menlo como quieran: digan que se ha ido 'de vacaciones', como ¨¦l suger¨ªa en una de sus canciones, o digan lo que m¨¢s les apetezca, pero lo cierto es que Ovidi sigue vivo: tenemos su imagen -sus gestos, su sonrisa-, tenemos su voz, recitando sus poetas, cantando sus canciones. Ovidi alive! Y si TV-3 se olvid¨® de celebrar el cumplea?os de nuestro amigo, lo cual tampoco es tan tr¨¢gico -m¨¢s bien resulta pat¨¦tico, como el tratamiento que la misma televisi¨®n suele dar a los poetas, al teatro y a las canciones, la can?¨®, a los que tanto quiso Ovidi-, siempre nos queda el recurso de celebrar el cumplea?os del alcoyano en nuestro propio domicilio.
Eso es ni m¨¢s ni menos lo que hice el pasado 4 de marzo. Me puse el v¨ªdeo de Furtivos, escuch¨¦ el disco del Coral romput, de Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s -aquel impresionante poema que Ovidi hab¨ªa estrenado en el Sal¨® del Tinell, en 1978-; y termin¨¦ cantando con ¨¦l, a d¨²o, el Homenatge a Teresa, y bebi¨¦ndome un plis-plai a su salud.
Como les dec¨ªa, Ovidi sigue vivo. Afortunadamente. Desde hace un par de a?os, se halla en el mercado su discograf¨ªa, pr¨¢cticamente completa, editada por Dahiz Produccions en 13 discos compactos, y quien m¨¢s quien menos puede hacerse con una selecci¨®n de su filmograf¨ªa (de 1975 a 1991). En cuanto a la bibliograf¨ªa, al margen de las antolog¨ªas y obras de consulta sobre la can?¨®, existe la edici¨®n (1978) de sus Poemes i can?ons, que sac¨® Galba Edicions SA, y que ignoro si ha sido reeditada. Tambi¨¦n existe, o exist¨ªa, el trabajo de Enrique Cerd¨¢n Tato, Ovidi Montllor (Ed. J¨²car. Colecci¨®n Los Juglares, 1980), y deber¨ªa existir el peque?o volumen de la colecci¨®n Di¨¤legs a Barcelona, en que se recoge una larga conversaci¨®n entre Ovidi y Francesc Pi de la Serra, transcrita por Xavier Febr¨¦s (Laia, 1986).
Si exceptuamos estas obras, nos encontramos con que a los siete a?os de su muerte aparente, todav¨ªa no se hab¨ªa publicado una biograf¨ªa sobre los 53 a?os de vida terrestre, emocional, afectiva y creativa de Ovidi Montllor. Pues bien, ese vac¨ªo ha sido cubierto con la aparici¨®n de l'Ovidi, de N¨²ria Cadenas (Tres i Quatre, Valencia, 2002), un volumen de cerca de 300 p¨¢ginas, con ilustraciones in¨¦ditas, con poemas y canciones in¨¦ditos de Ovidi, que se vende al precio de 25 euros.
No se trata, ni tampoco lo pretende, de una biograf¨ªa definitiva de Ovidi Montllor, pero s¨ª que es la primera que recoge de una manera ¨¢gil y honesta, y cari?osa -sin caer en ning¨²n momento en la hagiograf¨ªa-, toda la vida, los 53 a?os de Ovidi. Un trabajo serio, que se sostiene en la propia obra de Ovidi y en los testimonios de los que compartieron esa obra o estuvieron pr¨®ximos a ella.
Desde mi punto de vista, la parte m¨¢s interesante del libro es la dedicada a la infancia, la adolescencia y la juventud alcoyana de Ovidi. Porque es la que m¨¢s desconozco, aparte de lo que nos cont¨® ¨¦l de la misma, y aparte, claro est¨¢, de esas dos canciones inmortales -y s¨¦ lo que me digo- que son Homenatge a Teresa y El meu poble, Alcoi, por no citar L'escola de Ribera. Jam¨¢s tuve la suerte de visitar Alcoi en compa?¨ªa de Ovidi. Cu¨¢nto me hubiese gustado que fuese ¨¦l quien me mostrase su ciudad, como una noche del mes de septiembre de 1971 le mostr¨¦ yo las calas que rodean El Port de la Selva, y nos ba?amos en una de ellas a la luz de la luna. Estuve en Alcoi har¨¢ un par de a?os, en junio de 2000, cuando en el teatro Principal homenajearon a Ovidi. Antes de que empezase el homenaje me sent¨¦ en una terraza de la plaza de Dins a tomar una ca?a, en la terraza del Daily Caff¨¦, y me puse a mirar a las xiquetes que paseaban por la plaza. Mozas de 20 a?os escasos, guapas mozas. Y pensaba en sus madres. ?Jug¨® Ovidi con ellas al escondite, les toc¨® el culo, siendo un cr¨ªo, como le agradaba contarme? Pero Ovidi no estaba ah¨ª para corrobor¨¢rmelo.
Ahora, gracias al libro de N¨²ria Cadenas puedo reconstruir esa infancia y adolescencia alcoyanas de Ovidi, que son la fuente de su obra futura, como lo son la figura de los padres, del padre y de la madre, esa mujer fuerte, a la que recuerdo poco horas antes de que falleciese mi amigo Ovidi, una mujer que en un a?o hab¨ªa perdido al marido y a dos de sus hijos.
El otro Ovidi, el barcelon¨¦s, lo tengo mucho m¨¢s cerca, tan cerca que muchas ma?anas cantamos juntos en mi casa, como en la noche del pasado 4 de marzo. Y a eso del mediod¨ªa, cuando me voy al Bauma a leer los peri¨®dicos y a tomarme el aperitivo, al pasar por el restaurante Can Pere (el restaurante de Pepe Morata, otro gran amigo de Ovidi, en el n¨²mero 266 de la calle de Rossell¨®), meto la cabeza por el portal y all¨ª, al final de la barra, junto a la cocina, veo la gran foto de Ovidi, con su cari?osa dedicatoria, de su pu?o y letra, que termina con un 'Visca el Bar?a!'. Con Pepe Morata hablamos el martes del libro de Cadenas y coincidimos en que era un buen libro, un buen regalo para Ovidi en su 60? aniversario y un buen regalo tambi¨¦n para todos sus amigos. Tan s¨®lo le pondr¨¦ un pero: la espl¨¦ndida foto de Ovidi que figura en la portada no lleva firma, cuando la tiene, y no es precisamente una firma cualquiera: Pilar Aymerich le hizo esa foto a Ovidi en Castelldefels, poco despu¨¦s de un incendio que hubo all¨ª.
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