Pollos
Siniestra noche informativa, la del martes. Hab¨ªa le¨ªdo en Internet que la cuarta parte de los mam¨ªferos mundiales se enfrenta a la extinci¨®n en un plazo de 30 a?os. Eso dec¨ªa el titular, al menos. Pero cuando, ilusionada, me lanc¨¦ a la lectura del texto, resulta que no se refer¨ªa a los seres b¨ªpedos y con tarjetas de cr¨¦dito, sino al tigre siberiano, el rinoceronte negro y la chinchilla suramericana de cola corta, entre otras especies. Malas noticias, y encima, en ingl¨¦s.
Mascull¨¦ un par de blasfemias y me puse a ver los informativos de la tele. Realmente, aqu¨¦lla no era mi noche. Cient¨ªficos de Israel acababan de descubrir la f¨®rmula para criar pollos sin plumas, y exhib¨ªan el resultado de su experimento ante las c¨¢maras. Francamente, queridos, la ¨²ltima vez que llor¨¦ por un pollo en bolas fue en un motel de carretera cercano a Belgrado, cuando Tito a¨²n estaba vivo. Ni siquiera un pollo vestido me conmueve hasta las l¨¢grimas, si exceptuamos a ese Pel¨¦ que viene anunciando problemas de erecci¨®n. Ah¨ª s¨ª que me derrumbo, si me permiten la digresi¨®n, porque recuerdo los tiempos en que pod¨ªa meterla hasta de espaldas.
Volviendo a los pollos primigenios, trat¨¦ de dominarme. ?nimo, me dije. Los han desnudado como a palestinos, pero no les han vendado los ojos. Es un peque?o paso para los suced¨¢neos de ave, pero una zancada gigantesca para la humanidad. El invento permitir¨¢ un ahorro acojonante en refrigeraci¨®n, ergo en energ¨ªa; y en espacio, porque donde ahora metemos a cuatro con sus plumas podremos meter, m¨ªnimo, cinco en pelotas, y los mam¨ªferos no s¨®lo no nos extinguiremos en las pr¨®ximas d¨¦cadas, sino que tocaremos a m¨¢s pechugas. Gracias, Mengele.
Abandon¨¦ el televisor para regresar a Internet y entonces sufr¨ª un cortocircuito salvaje, porque le¨ª que 17.000 pollos de la OTAN iban a reaccionar ante las agresiones de un pa¨ªs 'con un r¨¦gimen autocr¨¢tico y pretensiones territoriales'. ?Co?o, estamos en guerra con Estados Unidos! Pero se trata de maniobras que han empezado a realizarse en nuestro territorio, y el pa¨ªs, ficticio, figura que se extiende entre Castell¨®n y M¨¢laga. O sea, que, como mucho, invadir¨¢n Torrevieja.
Opt¨¦ por irme a la cama, a mirar un libro.
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