La mujer de Paul Newman
Estoy convencido de que mi vecina es Joanne Woodward, la mujer de Paul Newman. Al principio s¨®lo sab¨ªa que me sonaba su cara, que sus gestos me resultaban familiares, pero un d¨ªa, despu¨¦s de ver El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas, comprend¨ª que era ella. Aunque, si he de ser sincero, esta convicci¨®n no ha calmado mi curiosidad. Todo lo contrario, ahora son muchas las preguntas que bullen en mi mente: ?por qu¨¦ la mujer de Paul Newman vive de inc¨®gnito en un piso modesto del extrarradio de una gran urbe? ?Por qu¨¦ lleva esa peluca negra, esas lentes de contacto que oscurecen sus ojos, esa ropa tan desgastada, impropia de una estrella? ?Por qu¨¦ ha engordado tanto, y por qu¨¦ una mujer de su categor¨ªa no se arregla la dentadura? No s¨¦, a veces, vi¨¦ndola tan dejada, casi dudar¨ªa que sea ella, pero entonces un movimiento de la mano, una mirada, y recobro plenamente la confianza. Hace ya tiempo que sue?o con hablarle, con explicarle c¨®mo la admiro, c¨®mo me gusta, con preguntarle por qu¨¦ tanto disfraz y anonimato. Sin embargo no me atrevo, tengo miedo, no por ella, claro, s¨¦ que es un encanto, es que he observado que un hombre la ronda d¨ªa y noche. Le odio. Temo que la emprenda conmigo si me acerco a ella. Veo a ese sujeto en la calle, desde la ventana del cuarto que empapel¨¦ con las fotos de Joanne, oigo sus pasos en el rellano y a trav¨¦s de la mirilla compruebo que es ¨¦l. Quisiera estrangularlo. ?ltimamente he pensado que es Paul Newman, tengo que ver La leyenda del indomable para estar seguro, y otra vez me consumen las dudas: ?Qu¨¦ hace Paul Newman rondando a su esposa en mi barrio? ?Y por qu¨¦ le han crecido tanto las orejas? ?Y para qu¨¦ lleva una guitarra y un sombrero cordob¨¦s? Me da igual. No tiene derecho a quitarme a su mujer.
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