Un pacto breve y sin mecanismos de control
El Tratado sobre Reducciones Ofensivas Estrat¨¦gicas ha sido calificado de hist¨®rico, pese a ser muy breve: sus cinco art¨ªculos con el pre¨¢mbulo caben en s¨®lo dos p¨¢ginas. El primer art¨ªculo, el m¨¢s importante, fija el acuerdo de disminuir las cabezas nucleares a un m¨¢ximo que no debe superar las 1.700-2.200 a finales de 2012, mientras que el segundo estipula que el Tratado sobre Reducci¨®n y Limitaci¨®n de Armamentos Ofensivos Estrat¨¦gicos, firmado en julio de 1991 y conocido como START-1, contin¨²a en vigor.
El documento no detalla c¨®mo se har¨¢ esa reducci¨®n (dos tercios del arsenal estrat¨¦gico actual), pero se sabe que ha ganado la posici¨®n esdounidense: las cabezas, portadores y silos no necesariamente ser¨¢n destruidos. Para cumplir con el tratado bastar¨¢ con desmontar las ojivas del misil portador y almacenarlas. Los rusos quer¨ªan que hubiera una destrucci¨®n real de las armas y silos, pero no lo consiguieron. Tambi¨¦n pensaban que bastaba un techo menor, de 1.500 cargas nucleares por lado.
En cualquier caso, como bien dijo ayer el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, todos saben que es mucho menos peligroso tener una pistola descargada que una cargada.
Lo que los rusos s¨ª consiguieron fue que se reiterara el compromiso con el START-1, lo cual es importante, porque as¨ª quedan vigentes los mecanismos de control que contemplaba ese acuerdo. Adem¨¢s, mantienen abierto un canal de di¨¢logo y consultas peri¨®dicas, ya que el art¨ªculo tercero prev¨¦ la creaci¨®n de una comisi¨®n bilateral de implementaci¨®n que deber¨¢ reunirse dos veces al a?o.
El tratado deber¨¢ ser ratificado por los parlamentos de ambos pa¨ªses (art¨ªculo IV.1) e inscrito ante la ONU (art¨ªculo V), lo que significa que ser¨¢ vinculante como quer¨ªa Rusia.
De no haber logrado que se firmara el acuerdo -y hace unos meses la Administraci¨®n de Bush estaba en contra de hacerlo-, Rusia, de todas maneras, por razones econ¨®micas, hubiera tenido que reducir su potencial nuclear, pero no hubiera contado, como ahora, con un mecanismo para verificar la situaci¨®n en EE UU. El START, mientras tanto, permite hacer inspecciones a los lugares donde se guardan las ojivas.
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