De la arrogancia
JOSEPH NYE, en su ¨²ltimo libro (The paradox of american power), utiliza por lo menos cinco veces la palabra arrogancia, que incluso figura en el ¨ªndice anal¨ªtico. Es reconfortante que la ciencia pol¨ªtica -tan a menudo alejada de la realidad en su obsesi¨®n por buscar leyes a los comportamientos pol¨ªticos que nunca tienen en cuenta 'la nariz de Cleopatra'- apele a categor¨ªas ta?idas de miseria humana. La arrogancia le permite a Joseph Nye definir un modo de estar en el mundo de la pol¨ªtica americana y una percepci¨®n de la misma por parte de sus aliados y enemigos. Y advierte de los peligros que entra?a para la hegemon¨ªa de EE UU. La categor¨ªa viene oportuna porque la arrogancia ha estado germinando en el espacio pol¨ªtico europeo desde hace tiempo -Aznar y Berlusconi han trabajado activamente en su favor- y da la impresi¨®n de que algunos gobernantes han entendido que era el modo adecuado de reaccionar ante el malestar pol¨ªtico que han expresado ¨²ltimamente los ciudadanos en forma de tempestuosos votos extremistas.
El rostro aterrorizado del presidente de la Federaci¨®n Francesa de F¨²tbol ante la bronca que Chirac le solt¨® porque un sector de p¨²blico corso silb¨® La Marsellesa en los proleg¨®menos de la final de la Copa de Francia, puede ser un peque?o icono de este modo de ejercer el poder, que confunde la autoridad con la arrogancia. Chirac quer¨ªa demostrar al electorado lepenista que el Estado no es d¨¦bil, y lo hizo desplegando toda su demagogia en la primera oportunidad que tuvo. De paso dejaba el mensaje de que si antes no hab¨ªa habido mano dura era por culpa de la izquierda, ya que meses atr¨¢s Jospin se mostr¨® impasible en la tribuna, durante los incidentes de un partido Francia-Argelia.
La arrogancia cunde. Europa y Am¨¦rica Latina deb¨ªan haberse encontrado en Madrid, escenificando un cambio de tiempo y de relaciones. Los pesos pesados -empezando por Blair y Chirac- apenas tuvieron tiempo para la foto, no se curraron ni media reuni¨®n. Aznar centr¨® su discurso sobre la exigencia de que toda Latinoam¨¦rica colabore en la gran prioridad pol¨ªtica: el terrorismo. Lo que le mereci¨® una elegante pero dura r¨¦plica del presidente brasile?o, Cardoso, sobre los problemas reales de la vida cotidiana en Latinoam¨¦rica. De tanto mirar a Estados Unidos, algunos l¨ªderes europeos est¨¢n adquiriendo de buen grado el vicio mim¨¦tico de la arrogancia.
Aznar parece decidido a hacer de la arrogancia su estilo durante lo que deb¨ªa ser el camino triunfal hacia el final de su reinado. Pero Joseph Nye advierte que la arrogancia 'incentiva a los dem¨¢s a coordinarse para escapar de la hegemon¨ªa'. Con arrogancia ha planteado la ilegalizaci¨®n de Batasuna -v¨ªa ley de partidos-, que si era una cuesti¨®n de principios, como dice el presidente, no ten¨ªa por qu¨¦ esperar seis a?os. La convicci¨®n de que la opini¨®n p¨²blica est¨¢ a favor de esta medida ha sido el im¨¢n con el que Aznar ha arrastrado a los dem¨¢s al consenso. Con lo cual, nadie puede acusar al vecino de haber actuado por criterios electorales.
Con arrogancia anunci¨® la soluci¨®n del contencioso de Gibraltar, y ahora est¨¢ atrapado ante la cruda realidad -los brit¨¢nicos van a salvar las formas democr¨¢ticas, autodeterminaci¨®n incluida- y sus efectos colaterales. Si Gibraltar es de soberan¨ªa compartida, ?por qu¨¦ no Catalu?a?, ha preguntado Pujol. Si Gibraltar tiene derecho a la autodeterminaci¨®n, ?por qu¨¦ no Euskadi?, preguntan los nacionalistas vascos.
Con arrogancia descalifica a los progres trasnochados -patol¨®gica obsesi¨®n impropia de un triunfador como Aznar- que defienden algunos principios democr¨¢ticos contra el racismo y la xenofobia, acusando a la izquierda de ser culpable por ello de los conflictos actuales. Con lo cual, lo ¨²nico que hace es darse manos libres para asumir impunemente valores de la extrema derecha. La arrogancia, en vez de resolver los problemas, favorece la fractura, porque es comprensiva con los xen¨®fobos y despreciativa con todos los dem¨¢s.
Con arrogancia responde a la huelga general, con un argumento de patriotismo preconstitucional: hacer una huelga coincidiendo con la cumbre europea perjudica la imagen de Espa?a. Y por encima de todo, arrogancia es recortar el derecho al subsidio de paro en uno de los pa¨ªses europeos con m¨¢s paro y menos protecci¨®n social.
En fin, con arrogancia afronta la cuesti¨®n de la seguridad urbana. Cargando sobre la inmigraci¨®n el peso de la responsabilidad, para disimular el fracaso de su pol¨ªtica, que ha llevado a Espa?a a un r¨¦cord hist¨®rico en poblaci¨®n penitenciaria sin que por eso la seguridad haya mejorado. Tambi¨¦n en esto Aznar es fiel al modelo americano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.