El lepenismo echa el resto
Un ¨¢rabe, muchas mujeres y Sixto de Borb¨®n, en la 'alineaci¨®n' del FN
Frente a la casa de Par¨ªs en que vive el ex primer ministro Edouard Balladur, una pareja de ancianos se detiene junto a la bater¨ªa de carteles electorales. '?F¨ªjate, el candidato del Frente Nacional es un ¨¢rabe!', advierte el marido a su octogenaria compa?era que, encorvada y agarrada al brazo de aqu¨¦l, tiembla a causa del ataque de risa que al hombre le produce el descubrimiento.
Sobre el fondo azul de los carteles del Frente Nacional aparece el rostro de un sonriente Farid Smahi, candidato a diputado en un distrito chic de Par¨ªs. Nacido de padre argelino, antiguo jugador de waterpolo y actual entrenador, este hombre de 49 a?os representa la diferencia con los hijos de la inmigraci¨®n que abuchean La Marsellesa. 'Nada de ser argelino y franc¨¦s, o marroqu¨ª y franc¨¦s: en Francia s¨®lo pueden quedarse los franceses', martillea el candidato beur (¨¢rabe, en jerga). '?Yo?, ?por supuesto que soy franc¨¦s!'.
Este deportista resulta ser un hombre de amplias amistades. 'He sido invitado al castillo de Sixto Enrique de Borb¨®n, un descendiente de Luix XIV', explica con cierto orgullo. Se refiere -sin saberlo- al pr¨ªncipe que encabez¨® la partida de ultraderechistas que provocaron la matanza de Montejurra, en 1976, cuando aqu¨¦l disputaba a su hermano Carlos Hugo la legitimidad de la aspiraci¨®n carlista a la Corona espa?ola. A¨²n subsiste la duda de si aquellos acontecimientos, en los que una multitud de carlistas fueron atacados a tiros y murieron dos de ellos, fueron responsabilidad de Sixto de Borb¨®n o del servicio secreto del Gobierno de Carlos Arias, entonces en el poder.
Pero ha pasado mucho tiempo. Sixto de Borb¨®n participa en el comit¨¦ de personalidades que apoya a Le Pen. A veces ha acompa?ado a Jany -la mujer con la que Le Pen se cas¨® en 1991- en sus viajes a Bagdad como presidenta de SOS-Enfants d'Irak. Un arist¨®crata en el lepenismo y un candidato de origen ¨¢rabe en el partido al que se tiene por racista y xen¨®fobo: dos ejemplos de los progresos de la ultraderecha en su avance por la sociedad francesa. Una pl¨¦yade de asociaciones vinculadas al partido completan la red de contactos de los ultras.
El Frente Nacional aprovecha todas las palancas de la democracia: la paridad, por ejemplo. Mientras el partido presidencial UMP s¨®lo presenta a un 20% de candidatas femeninas y el Partido Socialista a un 36% -ambos en flagrante violaci¨®n de la ley-, las listas de Le Pen incluyen un 48% de mujeres; casi el r¨¦cord de la paridad, que le arrebata por poco la trotskista Liga Comunista Revolucionaria (LCR) de Olivier Besancenot. 'Las mujeres contribuyen a alejar el fantasma de que somos el demonio', explica Carl Lang, secretario general del Frente Nacional. Por ejemplo, Marine Le Pen, la hija menor del l¨ªder, abogada y casi tan buena oradora como ¨¦l, fue admitida esta semana en un debate de la televisi¨®n p¨²blica con la gente 'del sistema'.
Burla burlando, el Frente Nacional se prepara para enredar a fondo el juego pol¨ªtico. Si el 9 de junio lograra movilizar a tantos electores como en abril, podr¨ªa disputar la segunda vuelta de las legislativas en m¨¢s de 200 circunscripciones; un avance enorme sobre las de 1997, en que s¨®lo pas¨® a la segunda vuelta en 78. De ah¨ª la pol¨¦mica que opone a las dos grandes fuerzas, la Uni¨®n por la Mayor¨ªa Presidencial (UMP) y la 'izquierda unida', sobre si debe formarse un 'frente republicano' all¨ª donde los ultras pueden sacar un diputado, como el que cerr¨® el paso a Le Pen en sus aspiraciones presidenciales, el 5 de mayo.
Personas destacadas de la UMP se han esforzado en desactivar la pol¨¦mica provocada por uno de ellos, Serge Lepeltier, cuando dijo que los candidatos de la UMP se mantendr¨¢n en la segunda vuelta, incluso donde pueda ganar la ultraderecha. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha advertido que 'militar¨¢' para que eso no ocurra, pero Chirac guarda silencio.
Los chispazos de la pol¨¦mica siguen apareciendo aqu¨ª y all¨¢. Georges Ginesta, responsable neogaullista en el departamento de Var (sureste de Francia), es hostil a la idea de crear un 'frente republicano' contra la ultraderecha. 'No llamaremos a votar por el Frente Nacional (en la segunda vuelta), pero no pediremos tampoco a nuestros electores que voten a la izquierda', sostiene este dirigente, candidato del partido presidencial en una circunscripci¨®n en la que Le Pen sac¨® el 30,3% de los votos el 5 de mayo. A su juicio, la UMP est¨¢ de acuerdo en que 'no se debe presentar una oferta reductora a los electores y retirar a nuestros candidatos cuando est¨¢n en posici¨®n de presentarse'.
Y en otra circunscripci¨®n de la regi¨®n del R¨®dano, el candidato del partido presidencial es Charles Millon, un ex ministro que en 1998 se ali¨® con el Frente Nacional en las elecciones regionales.
A por el Parlamento
El Frente Nacional no ha tenido representaci¨®n parlamentaria en la ¨²ltima legislatura. S¨®lo en 1986 alcanz¨® 35 diputados, gracias a la proporcionalidad introducida en la elecci¨®n. El regreso al escrutinio mayoritario a dos vueltas redujo su representaci¨®n a un solo diputado en elecciones posteriores. Ahora, si al efecto del sistema mayoritario se a?adiera un acuerdo entre las dos fuerzas principales para cerrar el paso a la ultraderecha, es muy posible que volviera a quedarse sin representaci¨®n. 'Esto ser¨ªa un esc¨¢ndalo may¨²sculo', advierte Carl Lang, secretario general del Frente Nacional. En caso de que los resultados de la primera vuelta de las presidenciales se repitieran el 9 de junio, los candidatos del Frente Nacional quedar¨ªan en cabeza en cinco circunscripciones. Cuatro de ellas est¨¢n situadas en los departamentos de Gard, H¨¦rault y Vauclause, en la franja mediterr¨¢nea de Francia, que aportaron al lepenismo votaciones de entre el 28% y el 30% en las presidenciales. Al este de Francia, el Frente Nacional podr¨ªa ganar esca?os en los departamentos de Mosela y Ardenas con una votaci¨®n algo superior a la que tuvo en abril, lo mismo que en Marsella y en el norte del pa¨ªs.
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