Estudiantes despide al Madrid

Estudiantes dio ayer un vuelco a la historia, ¨¦sa que le imped¨ªa vencer en la cancha del Madrid en una fase final, y se meti¨® en las semifinales de la Liga agarrado a un baloncesto extraordinario con el que demoli¨® a su encopetado rival. El cuadro colegial ha conseguido sobrevivir, al menos, hasta el pen¨²ltimo escal¨®n del torneo por una raz¨®n aplastante: en este deporte, como en todos, lo habitual es que gane el mejor. Y no s¨®lo fue el mejor, sino que, de paso, abri¨® una crisis de consecuencias imprevisibles en un Madrid hecho a?icos.

Ser¨¢ cuesti¨®n de que Scariolo, Valdano o quien sea revise este proyecto. Porque su resultado ha sido ruinoso. Ni Copa, ni Euroliga, ni Liga... El Madrid cierra la temporada m¨¢s oscura de su vida no ya sin un t¨ªtulo que llevarse a la boca, con lo que ello tiene de grave, sino sin siquiera haber amenazado con conseguirlo, con asomarse de lejos al ¨¦xito. Seguro que preguntarse a estas alturas qu¨¦ pintan en este equipo Tarlac o Vukcevic es jugar con ventaja porque los n¨²meros cantan, pero s¨ª conviene reflexionar sobre el papel desarrollado por un conjunto que se supon¨ªa de altos vuelos y que ha sufrido un desmoronamiento sin parang¨®n.

A los 15 segundos, el Madrid ya hab¨ªa perdido el primer bal¨®n. En la jugada posterior, Struelens coloc¨® un colosal tap¨®n a Felipe Reyes. Una de arena y una de cal. A la postre, como en toda la eliminatoria, como en buena parte de la Liga, como en la Euroliga, como en la Copa, fueron demasiadas de arena.

Estudiantes supo dominar mejor la tensi¨®n, la ansiedad, los nervios, todas aquellas circunstancias que convierten un partido en una cuesti¨®n psicol¨®gica y que ayer acabaron inmisericordes con el Madrid. Al dictado de Azofra, que se llev¨® de calle el simb¨®lico t¨ªtulo de mejor jugador de la eliminatoria, Estudiantes supo siempre c¨®mo navegar. Nunca acumul¨® ventajas escandalosas, pero encontr¨® la manera de frenar cualquier conato de reacci¨®n de un Madrid que, como de costumbre, volvi¨® a moverse a impulsos y en el que la contribuci¨®n de algunos jugadores fue fam¨¦lica. V¨¦ase a Tarlac, un tipo capaz de cometer tres personales en un minuto y medio. De Guiness fue lo suyo.

Pero no s¨®lo fall¨® ¨¦l. Por una vez, Herreros (0 de 6 en tiros de campo) result¨® da?ino para su equipo. S¨®lo Djordjevic, que pas¨® mucho rato en el banco lesionado; Alberto Angulo y Tabak estuvieron a la altura. En el otro bando, Estudiantes, con una defensa fabulosa, se dej¨® llevar por el acierto de Garnett (cinco triples) para dibujar un triunfo tan hist¨®rico como incontestable ante un Madrid que amenaza con el siniestro total.