El derecho a volver a ser espa?ol
Nietos de exiliados explican por qu¨¦ quieren recuperar la nacionalidad
'En el hombre es un timbre de gloria el nacer y sentirse espa?ol...'. Alvar Acevedo se emocionaba cada lunes al cantar en el patio del Colegio Madrid, de M¨¦xico, esta estrofa de una de las versiones del Himno de Riego, himno de la II Rep¨²blica Espa?ola. Se acordaba de su abuela, Mar¨ªa Caridad Mart¨ªn, nacida en Palacios de Goda (?vila) y que fue trabajadora del Ministerio de Defensa de la Rep¨²blica. Se acordaba de su abuelo, Juan L¨®pez Dur¨¢n, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo y amigo de Castelao. Y como ellos dos, exiliados tras la guerra civil, como su madre, Alba Florencia L¨®pez, Alvar quiere ser espa?ol, porque espa?ol se siente sin dejar de ser mexicano.
Una de las fundadoras de ese Colegio Madrid del DF, que recordaba su origen a los hijos de los exiliados, fue la abuela de Iv¨¢n Trueta Segovia, hoy mexicano de 24 a?os que querr¨ªa recuperar la nacionalidad espa?ola. La reforma del C¨®digo Civil que aprob¨® el jueves el Congreso le permitir¨¢ la opci¨®n de ser espa?ol si antes reside legalmente en Espa?a por un a?o. Aunque la Ley de Extranjer¨ªa da m¨¢s facilidades para obtener la residencia a los hijos y nietos de espa?oles, Iv¨¢n Trueta ve 'injusto' tener que venir a Espa?a como inmigrante cuando ¨¦l lo que quiere es ser espa?ol por sangre.
M¨¢s de 3.500 hijos y nietos de emigrantes y exiliados han pedido al Rey que les ayude a volver a ser espa?oles
Su amigo I?aki Astigarraga Serra est¨¢ en esa misma situaci¨®n. Su madre, Juana Serra Altamira, hija de espa?oles que emigraron a M¨¦xico, no se acogi¨® en su d¨ªa a la posibilidad de recuperar la espa?olidad que dio la reforma del C¨®digo Civil de 1995. Ella, gracias al cambio que ya tramita el Senado, podr¨¢ ser espa?ola con s¨®lo pedirlo; ¨¦l tendr¨¢ que vivir aqu¨ª un a?o, lo mismo que Mart¨ªn Soto Clement. Su madre, Herminia Clement, era hija de exiliados que renunciaron a su nacionalidad por la mexicana, pues ¨¦sa era la v¨ªa para lograr all¨ª trabajo.
La situaci¨®n que m¨¢s incomoda a los hijos y nietos de emigrantes y exiliados es la que ha padecido, como otros muchos, Guillermina Manau Estruch, de 52 a?os, quien recuper¨® la nacionalidad en 1997. Pero en aquel a?o, s¨®lo uno de sus tres hijos era menor de edad y, por tanto, s¨®lo ¨¦l pudo volver a ser espa?ol. Las dos hijas mayores de Manau desear¨ªan serlo tambi¨¦n, pero no al coste de dejar M¨¦xico como emigrantes. Es exactamente lo mismo que dice Alvar Acevedo: ¨¦l es el ¨²nico de su familia que no es espa?ol porque la reforma de 1995 le agarr¨® cuando ya era mayor de edad.
Todos ellos esperan 'persuadir' al PP para que atienda en el Senado sus reivindicaciones, recogidas en las enmiendas presentadas por la oposici¨®n. 'Nos mantienen en el exilio obligatorio', se quejan. M¨¢s de 3.500 hijos y nietos de republicanos han escrito al Rey para que les ayude en su empe?o. Entre ellos est¨¢ Arturo Janovitz Klapp, nieto de republicano y jud¨ªo.
Jos¨¦ Manuel Castelao, presidente del Consejo General de la Emigraci¨®n, que esta semana viajar¨¢ de Buenos Aires a Madrid para preparar la reuni¨®n semestral que ese ¨®rgano celebrar¨¢ a finales de junio, admite que a los emigrantes, 'por norma, todo les cuesta siempre mucho'. No obstante, admite que la reforma reci¨¦n aprobada ha supuesto una sustancial mejora. Hasta ahora, las hijas de espa?oles en la emigraci¨®n perd¨ªan su nacionalidad al casarse. Ahora pueden recuperarla y d¨¢rsela a sus hijos. 'Esta equiparaci¨®n es el principal avance de esta reforma', seg¨²n Castelao.
La colonia de espa?oles en Argentina ve la reforma como la salida de un pa¨ªs en crisis. Alfonso Canosa, de 35 a?os, es hijo de padre y madre espa?oles. Sus hermanos mayores nacieron en Espa?a y son espa?oles. ?l naci¨® en Argentina y no pudo recuperar la nacionalidad de su madre en 1995, pues ya era mayor de edad. Ahora podr¨¢ hacerlo. Pero Alicia Liliana Santoro, bonaerense de 45 a?os, tendr¨¢ que ser inmigrante por un a?o, ya que su madre muri¨® antes de poder recuperar la nacionalidad. El mismo camino tendr¨¢n que emprender los hijos de Marta Veleiro Conde, de 54 a?os, hija de emigrantes, que s¨ª podr¨¢ optar a la nacionalidad de sus ancestros. La conclusi¨®n un¨¢nime de los nietos del exilio es ¨¦sta: 'Nos han dejado colgados'.
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