Un deseo llamado tranv¨ªa
Hace tres d¨¦cadas desapareci¨® esta forma de transporte colectivo con 150 a?os de vida y a¨²n anhelado por ciudadanos y mun¨ªcipes
El 1 de junio pr¨®ximo, s¨¢bado, se cumplen 30 a?os del ¨²ltimo viaje de un tranv¨ªa por las calles de Madrid. Enlazaba la plaza de Castilla y San Blas. Pertenec¨ªa a la l¨ªnea 70. Era un coche alargado, con forma tubular y de colores azul y crema. Se trataba de un Fiat, modelo PCC 1001, para 70 viajeros. Gobernaba entonces el municipio Carlos Arias Navarro, que posteriormente fue nombrado presidente del Gobierno por Francisco Franco. Todo un recuerdo.
Pedro Pav¨®n Delgado, hoy con 50 a?os reci¨¦n cumplidos, ten¨ªa entonces veinte primaveras. Viv¨ªa en Manoteras. 'Aquel d¨ªa, despu¨¦s de medianoche, tom¨¦ el tranv¨ªa en el que regresaba de acompa?ar a Isabel, mi novia, hasta su casa en Ascao. Lo hab¨ªamos tomado en el Cruce, nombre que d¨¢bamos a la Cuesta del Sagrado Coraz¨®n, en Arturo Soria. Cuando regresaba', comenta Pedro, 'me dieron un ticket muy grande, con una raya roja que lo cruzaba en diagonal. Me cost¨® 4 pesetas (0,02 euros). Desconoc¨ªa que se trataba del ¨²ltimo viaje de aquella l¨ªnea y de todas las de los tranv¨ªas de Madrid', afirma con una sonrisa'. Pedro, que a?os despu¨¦s se cas¨® con Isabel y tuvo con ella cinco hijos, atesora desde entonces aquel billete, que exhibe con orgullo.
Los tranv¨ªas de tracci¨®n animal hab¨ªan sido instalados por primera vez en Madrid el 31 de mayo de 1871. Tiraban de ¨¦l mulas y caballos. Su velocidad no sobrepasaba los cuatro kil¨®metros a la hora. Cinco c¨¦ntimos costaba el billete. Cada d¨ªa viajaban en ellos hasta 6.000 personas. En 1899 el Ayuntamiento de Madrid decidi¨® electrificar algunas l¨ªneas de tranv¨ªa. El primero de los coches el¨¦ctricos entr¨® en funcionamiento el 1 de mayo de 1902, hace ahora un siglo. Fueron llamados canarios, por su color amarillo pollito. Con el tiempo tendr¨ªan otros colores y llevar¨ªan vistosos anuncios pintados a pincel con esmerados dibujos.
La capacidad de aquellos coches, en el caso de las unidades m¨¢s grandes, llegaba a admitir hasta 60 personas, aunque los hab¨ªa de menor tama?o. Generalmente, los tranv¨ªas iban interiormente revestidos de madera bru?ida, con ventanas provistas de vidrios abatibles mediante manivelas y decorados con cartelas en las que se le¨ªan consejas punitivas para usuarios ineducados. Viajar en tranv¨ªa acarreaba algunos aprietos, pero permit¨ªa a sus usuarios conversar, 'o establecer complicidades por frotamiento, eso s¨ª, consentido', explica con una mirada p¨ªcara ?ngel, un jubilado de 85 a?os. Los m¨¢s arriesgados consegu¨ªan experimentar una sensaci¨®n de libertad plena tras encaramarse en las plataformas laterales o en los estribos del tranv¨ªa, bajo las catenarias.
'La desaparici¨®n de los tranv¨ªas de Madrid y de toda Espa?a fue como una riada', explica H¨¦ctor Poderoso, gallego de 29 a?os, estudioso y apasionado de este medio de transporte. 'Se produjo bajo el r¨¦gimen franquista, por lo cual resultaba una decisi¨®n dif¨ªcilmente reversible ya que se adopt¨® poco antes de la llegada de los Ayuntamientos democr¨¢ticos, en la primavera de 1979', dice. 'La ¨²nica ciudad de Espa?a que cuenta hoy con tranv¨ªas es Valencia; son unidades fabricadas con aire acondicionado y calefacci¨®n; no hacen nada de ruido, ni contaminan y adquieren velocidad. Esos tranv¨ªas y los del puerto de A Coru?a son los ¨²nicos que funcionan ahora en Espa?a', se lamenta. Probablemente la ciudad de Bilbao, pionera en 1891 en el empleo de tranv¨ªas el¨¦ctricos, los reintroduzca a finales del presente a?o.
'En todo el mundo hay hasta 320 ciudades que cuentan a¨²n con tranv¨ªas. Se?aladamente se hallan en Europa occidental; el caso de la capital portuguesa, Lisboa es el m¨¢s relevante; en Francia, hasta diez ciudades los poseen; en Centroeuropa, sobre todo en Alemania, Hungr¨ªa y Austria, tambi¨¦n funcionan, as¨ª como en Rusia y en distintos pa¨ªses de Asia. En Estados Unidos, por ejemplo, no s¨®lo San Francisco posee red de tranv¨ªas: tambi¨¦n la tienen San Diego, Nueva Orleans, Cleveland, Memphis y B¨²falo, entre otras ciudades, que miman este medio de transporte colectivo de gran atractivo tur¨ªstico', a?ade Poderoso.
Los trolebuses, autocares provistos de un trole o conexi¨®n el¨¦ctrica a un cable, llegaron a Madrid en 1950. El gallego Anesio V¨¢zquez, ex-aviador republicano durante la guerra civil, fue uno de sus conductores pioneros. La primera l¨ªnea uni¨® la Puerta del Sol y el barrio de El Viso, calle de Serrano arriba. Los ¨²ltimos trolebuses cubr¨ªan trayectos entre Tirso de Molina y Vallecas, as¨ª como entre Atocha y Carabanchel. Apenas duraron 16 a?os por la complejidad de su tr¨¢fico. Sin embargo, tanto los tranv¨ªas como los trolebuses han sido anhelados por sucesivos equipos municipales de gobierno, con el prop¨®sito de restablecer algunas l¨ªneas. As¨ª, en 1994, el PP proyect¨® un tendido en la avenida de C¨®rdoba, precisamente donde qued¨® instalado el coche n¨²mero 477, utilizado en el rodaje de la c¨¦lebre escena final de la pel¨ªcula Doctor Zivago, de David Lean.
Antes, en 1985, bajo el mandato de Enrique Tierno, su equipo plane¨® tender dos l¨ªneas de tranv¨ªa; la primera unir¨ªa Bat¨¢n hasta el Parque de Atracciones, a trav¨¦s del zool¨®gico de la Casa de Campo; la otra, Cuatro Caminos, Moncloa y la Ciudad Universitaria.
Entre Moncloa y el Paraninfo de la Complutense funcion¨® durante a?os una l¨ªnea de tranv¨ªa a la que los estudiantes llamaban Pepe. 'Le llam¨¢bamos as¨ª porque, cuando cruz¨¢bamos el puente sobre la avenida de los Reyes Cat¨®licos hacia el hoy faro de Moncloa, por donde discurr¨ªa, salt¨¢bamos de izquierda a derecha gritando ?Pe-pe! ?Pe-pe!, lo que hac¨ªa oscilar muy peligrosamente al tranv¨ªa sobre el puente', cuenta Carmelo, entonces estudiante de Medicina. Todo un recuerdo te?ido de deseo.
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