El ¨²ltimo reto de 'La Serpiente'

Djorkaeff pasaba ya de puntillas cuando, de repente se ha tenido que cargar las pilas de nuevo para suplir ni m¨¢s ni menos que a Zidane. A sus 34 a?os, anunci¨® hace unos meses que, tras el Mundial, cerrar¨ªa su carrera internacional. De hecho, su presencia en ¨¦l no estuvo asegurada hasta el ¨²ltimo instante.

Tras un err¨¢tico paso por el Kaiserslautern, alem¨¢n, en el que la ¨²nica portada que se gan¨® fue por una orden de arresto al darse a la fuga tras un accidente de tr¨¢fico, Djorkaeff decidi¨® cambiar de aires en el ¨²ltimo mercado de invierno. Harto de su suplencia en la Bundesliga, decidi¨® firmar con el Bolton, ingl¨¦s. Su ¨²nico objetivo era rodarse a la vista de Roger Lemerre, el seleccionador franc¨¦s,quien le incluy¨® en la lista con calzador, por razones de peso hist¨®rico -es el m¨¢ximo goleador en activo de Francia: 28 tantos en 80 partidos- y, sobre todo, tras la grave lesi¨®n de Pires, el m¨¢s imaginativo, Zidane aparte.

Hijo de un defensa internacional franc¨¦s, Djorkaeff, de origen armenio -en 2000 no pudo ir a Turqu¨ªa al recibir amenazas relacionadas con sus ra¨ªces-, nunca encontr¨® demasiadas facilidades en el f¨²tbol. A los 15 a?os fue rechazado por el Sochaux y se vio enroscado en el Estrasburgo, en el que jug¨® en Tercera con 20 a?os. La cosa no se enderez¨® hasta que se encontr¨® con Ars¨¨ne Wenger en el M¨®naco. Wenger decidi¨® que la mejor cualidad de Djorkaeff, hasta entonces delantero, era su visi¨®n del juego. Tres temporadas despu¨¦s de haber llegado al Principado, no s¨®lo se convirti¨® en el mejor asistente de Francia, sino que fue pichichi con 20 goles. Por aquellos tiempos, ya maduro, 26 a?os, consigui¨® ser titular en la selecci¨®n. Aim¨¨ Jacquet le dio el testigo en un amistoso frente a Italia en N¨¢poles.

Djorkaeff, al que apodan La Serpiente por el culebreo de su cintura en los mano a mano con los porteros, ha tenido que vivir tras los focos de Zidane. En Francia 98 muchas voces se alzaron en torno a su incompatibilidad. Y ahora, en el partido inaugural del Mundial de su retirada, tendr¨¢ que tirar ¨¦l solo del carro. Porque si algo le falta a Francia es creatividad, luces, en el centro del campo. 'Un jugador como Zidane no puede ser reemplazado. Me da rabia perder al mejor jugador. Ahora todos tendremos que multiplicarnos y ser m¨¢s solidarios', sostiene Djorkaeff.

En la concentraci¨®n francesa todos gritan que la baja de Zidane no es el fin del mundo, pero nadie quiere escuchar los precedentes: en los dos ¨²ltimos amistosos, derrota (1-2) ante B¨¦lgica y apurada victoria (3-2) sobre Corea del Sur.