El campe¨®n defiende el t¨ªtulo
El Francia-Senegal estrena el campeonato - Un f¨²tbol emergente como el africano medir¨¢ la influencia de la baja de Zidane en el rival
La Copa del Mundo arranca hoy con Francia en la defensa del t¨ªtulo que gan¨® hace cuatro a?os. Eso convierte a su selecci¨®n en leg¨ªtima favorita, s¨®lo sea por el respeto que se ha ganado durante este tiempo. El f¨²tbol franc¨¦s, que ha tenido periodos de brillantes arrebatos y fases desoladoras, tiene el prestigio de las cosas bien hechas.
Es una imagen de marca que se ha creado en los ¨²ltimos a?os: Francia como hacedora de futbolistas excepcionales, una especie de Brasil o Argentina europea que exporta jugadores que inevitablemente triunfan en las mejores ligas del continente. ?Qu¨¦ ha sucedido para que se produzca semejante profusi¨®n? Lo m¨¢s probable es que ning¨²n otro pa¨ªs haya dedicado mejor los esfuerzos a crear escuelas de f¨²tbol. Buenas escuelas de f¨²tbol. Eficaces. Bien organizadas.
La mestiza selecci¨®n que venci¨® hace cuatro a?os vuelve con un equipo de primer orden. A la cabeza contin¨²a Zidane, h¨¦roe en el Mundial de 1998 y respetad¨ªsimo jerarca del f¨²tbol durante los ¨²ltimos cuatro a?os. Las lesiones de Ronaldo han favorecido su autoridad, pero el historial del franc¨¦s no se discute: campe¨®n del Mundo, de Europa y de la Liga de Campeones, en todos los casos con un protagonismo que s¨®lo les est¨¢ reservado a los tocados por un don especial. Zidane lo tiene.
El astro franc¨¦s no jugar¨¢ hoy frente a Senegal por un tir¨®n muscular. En ning¨²n equipo tiene tanta importancia Zidane como en la selecci¨®n francesa, donde todo el juego termina desembocando en el futbolista que pone luz en medio de unos centrocampistas de choque. Ser¨¢ interesante ver la respuesta francesa a la ausencia de su estrella, y lo ser¨¢ mucho m¨¢s en un duelo de connotaciones que superan al propio f¨²tbol. Potencia y antigua colonia se enfrentan en Se¨²l. Francia sabe lo que es aprovecharse de los jugadores procedentes del continente africano, de pa¨ªses como Senegal. De esos lugares ha extra¨ªdo futbolistas con un categ¨®rico plus de poder¨ªo f¨ªsico. Pero en esos pa¨ªses comienza a crecer una semilla propia. Son selecciones que han superado los prejuicios contra su presunta ingenuidad. Si alguna vez fue verdad, ocurri¨® hace bastante tiempo. Con Camer¨²n y Nigeria como banderas, el f¨²tbol africano ofrece un potencial ilimitado. Francia lo sabe mejor que ning¨²n otro pa¨ªs europeo. Su equipo est¨¢ trufado de jugadores cuyo origen est¨¢ en ?frica.
Ser¨¢ un partido atractivo para un mundial que confirma la globalizaci¨®n del f¨²tbol. Apenas quedan territorios hostiles a un juego de orden planetario. Nada mejor para confirmarlo que este Mundial en el Extremo Oriente, en dos pa¨ªses -Corea del Sur y Jap¨®n- que representan otro tipo de salida que la africana. Mientras en ?frica domina la generaci¨®n espont¨¢nea de jugadores, en el Oriente crece el f¨²tbol a trav¨¦s del comercio y de la fascinaci¨®n que all¨ª producen las grandes estrellas occidentales. Por primera vez, la confluencia de estilos, naciones y continentes se producir¨¢ en Asia. Con todos sus problemas, la onda expansiva del f¨²tbol no se detiene.
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