Feito al completo
Feito. Obras: 1952-2002, es un t¨ªtulo que ya anuncia la revisi¨®n retrospectiva completa de este gran pintor espa?ol contempor¨¢neo, nacido en Madrid en 1929, miembro fundador del m¨ªtico grupo El Paso y uno de los artistas de nuestro pa¨ªs con mayor reconocimiento internacional. Antes de nada, advirtamos que esta muestra no s¨®lo es cronol¨®gicamente completa, al abarcar el medio siglo de producci¨®n continuada de Feito, sino que contiene, entre las casi doscientas obras seleccionadas, 96 pinturas y 98 dibujos, lo cual ha obligado a ubicarla en dos lugares diferentes del museo, cada una de cuyas parcelas tiene asimismo una fecha de terminaci¨®n distinta, ya que los dibujos estar¨¢n a la vista del p¨²blico hasta el 1 de julio, mientras las pinturas hasta el 26 de agosto.
FEITO. OBRAS: 1952-2002
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa
Santa Isabel, 52. Madrid
Hasta el 26 de agosto
Con lo dicho, se adivina que nos encontramos con la primera gran retrospectiva antol¨®gica que se ha hecho sobre Luis Feito, cuya visi¨®n no s¨®lo nos instruir¨¢ sobre su valor art¨ªstico, sino tambi¨¦n acerca de lo que ha sido la vanguardia de nuestro pa¨ªs durante la segunda mitad del siglo XX.
Largas temporadas residente
en ciudades como Par¨ªs, Montreal y Nueva York, pr¨¢cticamente de una manera continuada entre 1956 y 1984, el cosmopolitismo de Luis Feito ha sido de una militancia radical, pero no al precio de romper con sus ra¨ªces, ni de someter su trayectoria a la presi¨®n de tan dispares cincunstancias. Mantener esta independencia art¨ªstica contra viento y marea es algo que se pueden permitir quienes poseen un mundo propio de suficiente enjundia y, m¨¢s que aislarse del exterior, se ensimisman. Esto no significa que su obra se estanque o enquiste, sino que se somete a un ritmo muy personal de experimentaci¨®n y cambios, cuya din¨¢mica no coincide con los dictados de las sucesivas modas.
Formado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en la primera mitad de la d¨¦cada de 1950, el primer paso decisivo de Feito dentro del lenguaje vanguardista se produjo casi simult¨¢neamente con la terminaci¨®n de sus estudios y, como tantos otros artistas inquietos de aquel momento, consisti¨® en el salto entonces obligado desde el poscubismo hacia la abstracci¨®n informalista, interpretado de una u otra forma.
Por lo dem¨¢s, ¨¦sta fue la trayectoria inicial seguida por la mayor¨ªa de sus colegas de El Paso, con la ¨²nica variante de que, los m¨¢s expresionistas, apoyaron m¨¢s su salto en el surrealismo, mientras que, los m¨¢s anal¨ªticos, como Feito, lo hicieron en el cubismo.
De todas formas, lo que la gente interpreta como el estilo caracter¨ªstico de un artista, la, para entendernos, 'marca de f¨¢brica' de su quehacer, cuaj¨®, en el caso de Feito, a comienzos de la d¨¦cada de 1960, que es cuando madur¨® un lenguaje pict¨®rico de planos crom¨¢ticos uniformes, en los que insertaba c¨ªrculos monocromos, principalmente en rojo y negro.
La sobriedad casi zurbaranesca de esta composici¨®n, la riqueza del empaste y la textura pict¨®ricas, la intensidad muy dram¨¢tica de los contrastes y, en general, la refinada pulcritud del tratamiento produjeron un fuerte impacto, cuya original resoluci¨®n desprend¨ªa, no obstante, un aroma muy 'espa?ol', algo entonces muy apreciado por parte de quienes observaban la vanguardia de nuestro pa¨ªs desde una perspectiva for¨¢nea.
En todo caso, esta feliz imagen de lo que inmediatamente fue consagrado como el estilo de Feito, al convertirse en f¨®rmula, casi tap¨® no s¨®lo otros interesantes episodios de su trayectoria, sino hasta el esp¨ªritu que la hizo posible. Aunque la reintegraci¨®n de Feito en el panorama art¨ªstico de nuestro pa¨ªs durante los ¨²ltimos veinte a?os haya limado esta visi¨®n esquinada de su obra, porque, durante este ¨²ltimo periodo, de una u otra forma, ha estado mostrando los otros derroteros de su trabajo, s¨®lo mediante una revisi¨®n retrospectiva ambiciosa de toda su evoluci¨®n art¨ªstica, como la que ahora se exhibe en el Museo Reina Sof¨ªa, cabe comprender el sentido y el valor de la pintura de Luis Feito.
En efecto, s¨®lo de esta manera,
que nos permite abordar sus primeros tientos en la abstracci¨®n, marcados por lo gestual y caligr¨¢fico, podemos apreciar la tensi¨®n sostenida a lo largo de su evoluci¨®n entre impulsos subjetivos y objetivos, entre la efusi¨®n y la reflexi¨®n normativa, entre la expresividad y el orden.
Cuando se comprueba el funcionamiento de esta dial¨¦ctica creativa se penetra de verdad en el mecanismo que ha hecho posible cada una de sus etapas y, sobre todo, su ¨ªntima coherencia.
Por otra parte, ayuda sobremanera a ello la posibilidad de contemplar su important¨ªsima obra sobre papel, dotada con la frescura de un pintor-pintor, que se desenvuelve sin aspavientos sobre un mismo estrecho filo inagotable de lo pict¨®rico en s¨ª.
En este sentido, no dudo en calificar esta retrospectiva como la aut¨¦ntica revelaci¨®n de Feito, no s¨®lo porque completa de manera decisiva nuestra hasta ahora incompleta informaci¨®n, sino porque no hace penetrar en el secreto de su actitud creadora.
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