Cr¨®nica del exterminio de Srebrenica
Ocurri¨® tal y como lo narra esta actriz magn¨ªfica, Roberta Biagiarelli. En la primavera de 1992, un coche atraviesa a toda velocidad las calles de Bratunac, pueblo pr¨®ximo a Srebrenica, y derrapa al entrar en la plaza. Sus ocupantes sacan a empujones a un hombre, ensangrentado de arriba abajo: da dos pasos, se tambalea, y lo ametrallan antes de que caiga. Los agresores eran serbiobosnios de Bratunac. ?l, bosnio musulm¨¢n. Pronto casos como ¨¦ste se multiplican en la regi¨®n. A algunos hombres los secuestran y trasladan a pocos kil¨®metros, a la Serbia de Milosevic. Otros huyen con sus familias a las monta?as ('ni?os, vamos de acampada', dice un padre a sus hijos). El que se queda ve c¨®mo ciertos vecinos llaman a su puerta, entran sin dar los buenos d¨ªas, le vac¨ªan la nevera, ponen una conferencia de hora y media a una prima que vive en Australia... Y si los echa, regresan acompa?ados de paramilitares (los tigres de Arkan, los ¨¢guilas blancas de Vojslav Seselj) que dan la raz¨®n a los invasores, secuestran al propietario y lo matan.
Todo esto lo cuenta la actriz en A de Srebrenica sin dramatizar; con humor si cabe. Con aliento ¨¦pico, el episodio en el que las 40.000 personas que desde hace un mes han sido empujadas al monte en Bosnia oriental, muertas de hambre, se reagrupan, asaltan Srebrenica y hacen de ¨¦sta una isla en medio del mar serbio. En once meses de asedio no entra all¨ª un periodista, nadie de la Cruz Roja ni de la ONU... Cuando en junio de 1993 llega el general franc¨¦s Philippe Morillon con un m¨ªnimo grupo de cascos azules, las mujeres bosnias no le dejan salir. El general iza en la plaza la bandera de las Naciones Unidas y declara la ciudad enclave protegido. Casi todo el mundo sabe lo que ocurri¨® despu¨¦s, pero Biagiarelli recuerda lo esencial, lo que ocupa p¨¢ginas centrales en la historia universal de la infamia: c¨®mo la ONU desarm¨® a los sitiados y dej¨® armados a los sitiadores, c¨®mo los cascos azules se inhibieron cuando Ratko Mladic orden¨® el asalto, c¨®mo se crearon campos de exterminio y se caz¨® a los que hu¨ªan a trav¨¦s del bosque.
La historiadora Giovanna Giovanozzi, la actriz, que dice el texto en un castellano muy preciso, y Simona Gonella, su directora, lo escribieron a partir de entrevistas con refugiados, de una importante labor documental y de visitas al lugar de los hechos, donde hasta hoy s¨®lo han regresado cuatro bosnios. Este montaje se encuadra en un movimiento teatral italiano denominado narraci¨®n civil, que lleva a escena problemas pol¨ªticos y sociales pendientes de resoluci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.