¡®Soy un hombre solo¡¯, de Joan Vinyoli: poemas de una cercan¨ªa poderosa y extraordinaria
La excelente edici¨®n de esta antolog¨ªa acerca al lector la ¡°santa locura del c¨¢ntico¡± con la que el poeta catal¨¢n afront¨® el reto de las palabras
La obra de Joan Vinyoli (1914-1984), uno de los mejores poetas catalanes del siglo XX, son 14 libros que van desde el primero, Primer desenlace (1937) hasta Paseo de aniversario (1983), que fue el que le dio a conocer a los castellanohablantes de mi quinta porque, por ese libro, le dieron el Premio Nacional de Poes¨ªa. Ca¨ªmos rendidos ¡ªyo al menos¡ª ante su categor¨ªa, todo meditaci¨®n serena y clara aunque, a la vez, profunda, como quer¨ªa Nietzsche que fueran las aguas (y los estilos, tambi¨¦n los filos¨®ficos, como el suyo). Por tanto, 46 a?os de entrega a una causa, que es ¡°la santa locura del c¨¢ntico¡±, como dice Vinyoli, pero sin ¨ªnfula altanera, con una naturalidad conmovedora, como todo lo que escribi¨®, siempre verdadero y aut¨¦ntico.
Aunque los m¨¢s expertos nos avisan de dos ¨¦pocas en toda su trayectoria, el lector sin mayor bagaje que su entrega como tal a esa causa percibe unas constantes ya desde el comienzo que aparecen una y otra vez y conforman lo m¨¢s parecido a una visi¨®n del mundo y del hombre que surge de una experiencia que los poemas desgranan con un lenguaje de latidos c¨¢lidos, acogedores, sugeridores de cercan¨ªa poderosa y extraordinaria. Estamos hablando de un poeta de verdad, ¨ªntegro, que escarba en s¨ª mismo sin contemplaciones, a veces con toda la dureza que sea necesaria, a veces con simbolog¨ªas inevitables ¡ªnunca gratuitas¡ª, pero con esa calidez que le es propia y que nos acerca a su universo con una sensaci¨®n de compa?¨ªa total (queremos vivir all¨ª, en la casa de ese hombre y de ese esp¨ªritu).
Esta lectura panor¨¢mica ¡ªpuesto que la antolog¨ªa que comentamos la propicia y hasta la exige¡ª percibe esas constantes que he mencionado antes, y que proporcionan ese retrato de la existencia que inspira una simpat¨ªa profunda. ¡°Soy un hombre solo, abandonado¡±, es una de las claves de su autorretrato, como la cercan¨ªa de la muerte, o cualquiera de sus representantes (la nada misma), con ecos quevedescos evidentes: ¡°Lo que era concluye, el ya-no-ser comienza¡±, o ¡°Todo es presente y nada¡±. En este contexto, a pesar de momentos celebrativos culminantes ¡ª¡±la ascensi¨®n de las cosas/a clara altura del c¨¢ntico¡±¡ª, la vida carece de valor en numerosas ocasiones: ¡°La vida, poco m¨¢s:/ cien brazadas¡/ hasta la boya y luego hacerse el muerto,/ sin poder nunca volver a la playa¡±. Ahora bien, no por ello se deja de perseguir lo inalcanzable, una y mil veces, con su s¨ªmbolo favorito: la sed que nunca termina, esa ¡°sed de querer m¨¢s sin saber por qu¨¦¡±.
Ante este panorama, la mirada acude en auxilio, como un remanso de plenitud, como una afirmaci¨®n plet¨®rica: ¡°¡Todo/ surg¨ªa transformado por la mirada limpia/ que nos colmaba¡±. Pero sobre todo, acude la poes¨ªa, el canto, esa locura, y de ah¨ª la tenacidad con que Vinyoli hace frente a su quehacer como poeta y al reto de las palabras, las ¨²nicas salvadoras de verdad, las que purifican y enaltecen las cosas y las hacen durar, como dec¨ªa H?rderlin, citado expresamente por Vinyoli: ¡°Aquello que perdura/ lo fundan los poetas¡±. Pero incluso llega un momento en que hay que trascender a esas palabras, y llegar a lo que ocultan, y a¨²n m¨¢s, al silencio que se esconde tras ellas, una meta serena y austera en donde est¨¢ lo esencial (¡°lo hallado¡±). Pero esto no es f¨¢cil, y de ah¨ª la permanente lucha, el forcejeo, la veracidad de la b¨²squeda, y la configuraci¨®n de una ¨¦tica, fracase o no el empe?o en llegar lejos, m¨¢s all¨¢ de la muerte. ¡°Si fuiste/ fracaso, anhelo, soledad¡/ y no solo/ proyecto avaricioso de ganancias/ de hip¨®crita dominio,/ sobre todo, si fuiste/ puro en la integridad, dir¨¦ que diste/ la medida de un hombre¡±. ?Cabe m¨¢s emoci¨®n que esta? Que quede eso, al menos, si hemos de fracasar del todo.
Excelente edici¨®n, con un pr¨®logo magn¨ªfico de Josep M. Sala-Valldura, y dos logradas traducciones de Jose ?ngel Cilleruelo y Vicente Valero.
Soy un hombre solo
Edici¨®n biling¨¹e de Josep M. Sala-Valldaura
Traducci¨®n de Jos¨¦ ?ngel Cilleruelo y Vicente Valero
Galaxia Gutenberg, 2024
488 p¨¢ginas. 29 euros
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