El s¨ªndrome Todol¨ª
Hay algunos espa?oles, como Vicente Todol¨ª, como Juan Cueto, que querr¨ªan viajar en aviones descubiertos, para que les entrara todo el aire del mundo. La aventura del segundo ha tenido consecuencias extraordinarias en el mundo audiovisual, en Espa?a, en Francia y en Italia, y el primero acaba de conocer, con su nombramiento como director de la Tate Modern londinense, el mayor ¨¦xito de su carrera como comisario libre del arte contempor¨¢neo.
La aportaci¨®n de Todol¨ª al IVAM valenciano de Carmen Alborch, en los ochenta, le situ¨® ya como un personaje clave en la organizaci¨®n racional y abierta de los museos; para hacerlo se apoy¨® en su sentido transversal de la cultura, en su pasi¨®n rabiosa por lo que estaba haciendo; y tuvo como aliado no s¨®lo a Carmen Alborch y a un equipo extraordinario, sino, sobre todo, a su propio esp¨ªritu contrario a cualquier tipo de afici¨®n funcionarial. Como este pa¨ªs no cumple con igual esp¨ªritu sus compromisos con la gente que prefiere la acci¨®n a los calendarios del escalaf¨®n, Todol¨ª se fue a dirigir un museo a Portugal y ahora ha sido requerido por el que quiz¨¢ es el museo m¨¢s moderno de los museos de arte contempor¨¢neo del mundo para que dirija sus destinos. Lo hace poco despu¨¦s de la muerte de su gran amigo el escultor Juan Mu?oz, otro de esos espa?oles que hubieran viajado en aviones descapotables y cuyo ¨²ltimo atrevimiento est¨¦tico tuvo efecto precisamente en esta Tate Modern que ahora cae en manos de Todol¨ª.
Que Todol¨ª haya tenido que salir de su pa¨ªs es un motivo de preocupaci¨®n sobre la gesti¨®n cultural en Espa?a
Su foto tan divulgada de estos d¨ªas -Todol¨ª de corbata, ante un pollock de 1948, con su sonrisa franca de hombre siempre a la expectativa- habr¨¢ sorprendido un poco a los que est¨¢n acostumbrados a verle en mangas de camisa, imparable, esperando que la noche se acorte para seguir sus viajes, en busca de cuadros o de libros, que subraya como si ¨¦l mismo los estuviera escribiendo de nuevo. ?l es un europeo absoluto, un hombre moderno, dotado del don de las lenguas, un ser de este tiempo al que se le atropellan las palabras porque est¨¢n llenas de ideas y, por tanto, de contradicciones. Es un gran conversador, un tipo que no ha perdido el aire de inocencia de los que lo preguntan todo para aprender o para tachar. Tiene en la memoria, porque lo cultiva, la visi¨®n del campo de su adolescencia, y en las largas tardes de los d¨ªas libres no s¨®lo se fija en el arte, sino que sobre todo mira al horizonte. Es un fil¨®sofo, siempre est¨¢ pensando, y habla al tiempo que piensa, quiz¨¢ por eso llega antes su mirada que sus palabras. En ese horizonte en el que se fija cuando est¨¢ en silencio ha hallado las mejores inspiraciones para desarrollar un trayecto que ahora conoce una de sus mejores paradas, aunque parada y Todol¨ª no son t¨¦rminos que se lleven bien.
?l dec¨ªa ayer en estas p¨¢ginas que una de sus cuentas pendientes es no haber podido instalar la colecci¨®n del IVAM en la que trabaj¨®; y a?adi¨® ah¨ª que la decisi¨®n, puesta en marcha esta misma semana, de cerrar la sala de El Carme, en el mismo museo, 'es una medida estalinista que persigue borrar el pasado de una sala espl¨¦ndida que a los artistas les encanta'. Esa experiencia que narra Todol¨ª es por desgracia demasiado abundante en el mundo oficial del arte y ¨¦l mismo lo indica en esas declaraciones: los cambios de Gobierno en Espa?a desatan una tormenta en todos los niveles administrativos de los museos y de otras instituciones culturales, as¨ª que un museo se acuesta moderno y se levanta cerrado, o reaccionario. Contagiados del ambiente funcionarial que impera en este pa¨ªs retenido, los museos viven muchas veces gracias a la iniciativa de los que los arrastran, en contra de la corriente de quienes dirigen la pol¨ªtica cultural del Estado de las Autonom¨ªas, que han convertido las artes en lo opuesto de lo que deben ser: p¨¢ramos aburrid¨ªsimos a los que se asiste con la quietud que se requiere en los funerales.
Que un hombre como Todol¨ª haya tenido que salir del espectro natural de su pa¨ªs, que su carrera haya sido desviada hacia otras zonas del universo europeo, es una honra para ¨¦l y un motivo de meditaci¨®n, y de preocupaci¨®n, sobre lo que es hoy el estado del mundo de la gesti¨®n cultural en Espa?a. Como dec¨ªa el propio Todol¨ª cuando le ficharon los portugueses, 'es como cuando el Bar?a ficha a Figo'. En los viejos tiempos, cuando los jugadores espa?oles eran fichados por equipos extranjeros -recuerden a Luis Su¨¢rez cuando se fue al Inter-, era porque el Bar?a, por ejemplo, no los pod¨ªa retener: el extranjero era m¨¢s atractivo, y adem¨¢s ten¨ªa m¨¢s posibilidades de contratar astros. Aqu¨ª es que no han sabido y no han querido que prosperen personajes a los que, como Todol¨ª, no se les puede borrar de las fotos.
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