El Padrino se port¨®

?Una hora y treinta y seis minutos pisando las tablas del escenario! El Soul Brother Number One, el Padrino del Soul, el Hombre que Trabaja m¨¢s Duro en el Show Business, Mr. Dinamita, o, lo que es lo mismo, James Brown, cumpli¨® con creces en su nueva visita a Espa?a desafiando las leyes de la geriatr¨ªa con una profesionalidad encomiable.

Con la sala llena de gente de todo pelaje, pero unidos en su veneraci¨®n al m¨¢s famoso vecino de Macon (Georgia, EE UU), James Brown y su numerosa banda ofrecieron lo que se esperaba de ellos: un tremendo espect¨¢culo de soul salvaje, incitaci¨®n al baile y al hedonismo y celebraci¨®n de las ganas de vivir.

Con una banda que era como las familias bien, con dos de cada cosa -dos bater¨ªas, dos bajistas, tres guitarristas, cuatro chicas de coro, cuatro m¨²sicos de viento, dos espectaculares bailarinas, m¨¢s dos cantantes y su sempiterno maestro de ceremonias vestido de impoluto- y tras la introducci¨®n instrumental de rigor, que recordaba cortos pasajes de los temas m¨¢s famosos de Brown, James Brown irrumpi¨® en escena como el genio que es.

Vestido con un traje rojo de brillos con las solapas plateadas y ese peinado imposible que supone todo un monumento a la laca, el cantante realiz¨® una primera exhibici¨®n de sus habilidades de baile y grititos, mientras la banda le arropaba de modo contundente provocando el delirio de los asistentes.

Hay que decir que ya no se mueve a la velocidad de anta?o y sus coreograf¨ªas son m¨¢s cortas, pero la planta la da y el esfuerzo que supone atreverse con sus a?os ya lo exonera de consideraciones acerca de la edad.

Sonaron en este concierto varias de las mejores composiciones de este guerrero del baile e incluso otras ajenas, como Soul man, del d¨²o Sam&Dave, y Respect, de Otis Redding, que cant¨® de modo excepcional una de las coristas. Tambi¨¦n invit¨® a una rappera espa?ola, a la que tuvo la cortes¨ªa de cederle ?su propio micr¨®fono! Ah¨ª es nada.

?xtasis

Perro viejo de la escena, se guard¨® lo mejor de su repertorio para un final, que iniciaba con It's a man's man's man's world -'la del anuncio', chillaban algunos-, para poner enseguida la maquinaria a todo funcionamiento con I got you (I feel good), Please, please, please, que es el tema con el que siempre amenaza irse y hace el numerito del albornoz y las falsas retiradas, y termin¨® con el cl¨¢sico Sex machine, provocando el ¨¦xtasis del respetable, que no par¨® de moverse al ritmo en toda la actuaci¨®n a pesar de las apreturas.