Once contra uno
En la misma l¨ªnea y con menos novedades. ?sa podr¨ªa ser la interpretaci¨®n de la nueva reforma del impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF) que aprob¨® el Gobierno el viernes. A grandes rasgos, el nuevo IRPF reduce el tipo m¨¢ximo desde el 48% actual hasta el 45% y el tipo m¨ªnimo desde el 18% actual al 15%; entrar¨¢ en vigor en el a?o pr¨®ximo, en la declaraci¨®n que se presente en 2004, e introduce la novedad de que Hacienda obligar¨¢ a que los bancos informen de los titulares y beneficiarios de las cuentas aunque no tengan rentabilidad. Estamos, pues, ante unas modificaciones de car¨¢cter marcadamente continuista que en poco var¨ªan la progresividad actual del impuesto, aunque, eso s¨ª, permitir¨¢n a los contribuyentes por renta pagar menos dinero. Exactamente, el 11,1% como media, seg¨²n los c¨¢lculos del Ministerio de Hacienda, con un coste global para el Estado de 3.600 millones de euros.
La evidencia de que los contribuyentes van a pagar menos se sustenta en que el tipo m¨ªnimo y el m¨¢ximo se han bajado en tres puntos, en que aumentan las deducciones a las familias y en que se pagar¨¢n mensualmente 100 euros a las mujeres con hijos menores de tres a?os que trabajen fuera de casa. Pero m¨¢s all¨¢ de estos datos, el an¨¢lisis comparado de este nuevo IRPF con el anterior o con otros modelos -como el que acaba de presentar, aunque con car¨¢cter muy preliminar, el PSOE- se convierte en un art¨ªculo de fe.
El Gobierno mantiene la pol¨ªtica de que la mejor forma de evitar la cr¨ªtica es suspender la informaci¨®n p¨²blica, de forma que no ha facilitado cuentas tan elementales como la medida de los efectos de la reforma del IRPF de 1999, ni la distribuci¨®n de la carga fiscal que soportan los espa?oles por impuestos ni otros datos imprescindibles para confirmar los c¨¢lculos oficiales. Por ejemplo, deber¨ªa ser posible comprobar cu¨¢nto se ahorran con la nueva rebaja las rentas superiores a los 30.050 euros (cinco millones de pesetas) y si ese ahorro es m¨¢s ventajoso que el que obtendr¨¢n las rentas m¨¢s bajas, las inferiores a 12.020 euros (dos millones de pesetas).
La falta de informaci¨®n es una objeci¨®n grave que socava la confianza en el nuevo dise?o fiscal. Cabe la sospecha fundada de que parte del beneficio que obtendr¨¢n los ciudadanos por la rebaja de las tarifas quedar¨¢ neutralizado por la negativa de Hacienda a actualizar las tarifas para corregir el efecto de la inflaci¨®n. El ministerio no ha explicado esta negativa de forma convincente. Tampoco ha considerado conveniente evaluar la oportunidad presupuestaria de esta segunda rebaja, aprobada en un momento de incertidumbre econ¨®mica y con pocas esperanzas de una reactivaci¨®n pr¨®xima.
En otras ocasiones se ha insistido en que la reducci¨®n del IRPF debe ser expuesta en t¨¦rminos globales para que sea comprendida en todas sus consecuencias. El Gobierno deber¨ªa explicar tambi¨¦n que, al mismo tiempo que reduce las tarifas del IRPF, ha subido otros 11 impuestos -gasolina, tabaco, alcohol- que tienen efectos sobre los bolsillos de todos los contribuyentes de forma indiscriminada y regresiva. No es cierto, pues, el mensaje interesado de que la Administraci¨®n de Aznar ha conseguido reducir el d¨¦ficit al mismo tiempo que baja los impuestos; hasta el momento, el resultado es que baja uno y sube 11.
Frente a la propuesta del Gobierno, que ha entrado ya en tr¨¢mite parlamentario, el primer partido de la oposici¨®n deber¨ªa activar su oferta fiscal, que, por el momento, y en lo que se refiere al IRPF, es imprecisa y vacilante. El dise?o del PSOE de un impuesto con una sola tarifa se enreda despu¨¦s con recargos poco definidos y de coste dif¨ªcil de evaluar. Est¨¢ clara, por el contrario, su pretensi¨®n de gravar con la misma intensidad las rentas de trabajo y las de capital. En ese caso, la objeci¨®n posible ser¨ªa aclarar si el ahorro no est¨¢ gravado en origen, cuando todav¨ªa es renta de trabajo. El problema es que todav¨ªa escasea la informaci¨®n de detalle que permitir¨ªa articular un debate. Da la impresi¨®n de que el Ejecutivo ha corrido mucho mientras el PSOE se est¨¢ quedando peligrosamente rezagado.
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