'?Por fin!'

'Se levanta el tel¨®n, juega Espa?a y no gana...' Maldita la gracia que le hac¨ªa a Jos¨¦ Antonio Camacho el acertijo cuya respuesta obvia era 'el primer partido del Mundial'. Hasta ayer, claro. Por eso, el seleccionador espa?ol sabore¨® el triunfo sobre Eslovenia poco menos que como si de una final se tratase. As¨ª lo parec¨ªa cuando se levant¨® del banquillo del estadio de Gwangju, disparado como un ca?¨®n, y agit¨® los brazos con vehemencia para celebrar el primer gol obtenido por Ra¨²l. '?Por fin!', exclam¨® tras el partido. 'Hemos roto el gafe despu¨¦s de haber estado 52 a?os sin ganar el primer partido'.

Desde que el combinado de Zarra, Ga¨ªnza y Basora, entre otros, gan¨® a Estados Unidos por 3-1 en el inicio de lo que fue la m¨¢s brillante singladura de Espa?a en un Mundial -cuarta en Brasil 50 gracias al recordado gol de Zarra que dio el triunfo ante Inglaterra-, la selecci¨®n espa?ola no era capaz de vencer en ninguno de sus estrenos mundialistas.

Cinco derrotas y tres empates era el balance desde el ¨²ltimo ¨¦xito inicial, en Brasil'50

Espa?a, desde aquella cita de 1950, hab¨ªa disputado hasta ayer ocho Mundiales y el balance de sus primeros partidos en cada uno de ellos era desolador: cinco derrotas y tres empates. En los otro cuatro (1954, 1958, 1970 y 1974) no pudo clasificarse. La racha estaba empezando a convertirse ya en un drama psicol¨®gico para los jugadores y para los seleccionadores. ?stos, muchas veces, hab¨ªan aprovechado el dato para alertar sobre lo que consideraban un exceso de euforia o confianza en el entorno del equipo.

As¨ª lo entendi¨® Javier Clemente hace cuatro a?os cuando la selecci¨®n que entonces dirig¨ªa se dio un tremendo batacazo ante Nigeria, en su primer partido en el Mundial de Francia. Perdi¨® Espa?a por 3-2, con un segundo tanto en el que fall¨® estrepitosamente Zubizarreta. A continuaci¨®n, la selecci¨®n ya no fue capaz de rehacerse. Qued¨® eliminada en la primera fase tras empatar a cero ante Paraguay -su rival, de nuevo, el pr¨®ximo viernes- y obtener su mayor goleada en un Mundial: 6-1 ante Bulgaria.

Se trataba de una historia ya conocida. Cuatro a?os antes, en Estados Unidos y tambi¨¦n con Clemente como seleccionador, Espa?a no pudo pasar del empate ante Corea del Sur y ello a pesar de que se adelant¨® en el marcador con dos goles de Julio Salinas y Goikoetxea. 'Con el calor que hac¨ªa en Dallas, nos quedamos fundidos mientras que los coreanos, que no parec¨ªan cansarse nunca, corr¨ªan como balas', explica uno de los integrantes de aquel combinado para explicar, que no justificar, que el equipo coreano anotara los dos tantos que le valieron el empate en los cinco ¨²ltimos minutos. De todas maneras el equipo espa?ol se reh¨ªzo tras aquel primer partido y lleg¨® a los cuartos de final.

En 1990, en Italia, el debut de Espa?a fue contra Uruguay y el resultado, un empate a cero que pudo haber sido peor si el uruguayo Rub¨¦n Sosa no hubiera fallado un penalti. La sucesi¨®n de malos resultados es extensa: derrota por 1-0 ante Brasil en M¨¦xico 86, aunque el ¨¢rbitro anul¨® de manera injusta un gol obtenido por Michel, empate a uno ante la endeble Honduras en el Mundial de Espa?a 82 y derrotas por 2-1 ante Argentina en Inglaterra 66 y por 1-0 ante Checoslovaquia en Chile 62. Ayer, por fin, cambi¨® la historia y Camacho no pudo contenerse y expresar un deseo: 'Ojal¨¢ ahora estemos 52 a?os sin perder'.