Italia y sus l¨ªos
Trapattoni, que debuta en un Mundial a los 63 a?os, dirige las pol¨¦micas
La eterna Italia. Montella y Totti; Trapattoni; Ulises de la Cruz; Cristiano Doni, Inzaghi y Del Piero. En Sendai (Jap¨®n), los nombres propios son la historia cotidiana. Las rivalidades, las personalidades fuertes, el enemigo temido. En Roma, en Mil¨¢n, en Tur¨ªn, en media Italia, el partido a las 13.30, f¨²tbol a la hora de la comida, revoluciona las costumbres, rompe el h¨¢bito de la reuni¨®n familiar nocturna en torno al televisor, acaba con las tertulias. Trabajadores y ejecutivos, empresarios benefactores, h¨¢biles empleados, aguzan el ingenio: se flexibilizan los turnos, se agotan en los comercios los minitelevisores, los que caben en la palma de la mano, hay empresas que pasar¨¢n las im¨¢genes del partido por la Intranet propia; otras colocan pantallas gigantes en las cantinas de f¨¢bricas y oficinas. El f¨²tbol, por primera vez, disfrutado en solitario, con un panino en la mano, o compartido con compa?eros de trabajo, colegas, no amigos.
El apasionado amor de los italianos La locura italiana por el Mundial es la emoci¨®n de Giovanni Trapattoni, el t¨¦cnico de 63 a?os que lo ha ganado todo como entrenador de club que debuta en un Mundial. Un entrenador que sigue la tradici¨®n, la escuela de la tradici¨®n, que se quiere seguidor de Bearzot, Vicini y Maldini. Un hombre que se declara m¨¢s conductor de hombres que t¨¦cnico de sistemas, pero que tambi¨¦n se maneja bien con los n¨²meros. Respeta la historia, el 3-4-1-2 que inventaron los italianos, y su evoluci¨®n hacia el 3-5-2, pero afinar¨¢ a¨²n m¨¢s y en el maravilloso Dome de Sapporo, el estadio en el que el c¨¦sped entra, conducido sobre colchones de aire, bajo la cubierta y se asienta bajo las gradas, dispondr¨¢ un 4-4-1-1, lo que nos conduce a los nombres y sus disputas. A las eternas pol¨¦micas
Montella y Totti juegan juntos en la delantera del Roma, pero no podr¨¢n hacerlo en la selecci¨®n. Montella se queda en la banda y se ha enfadado con Totti, que ayudar¨¢ a Vieri, el ¨²nico hombre en punta, desde atr¨¢s. Se ha enfadado porque Totti, el ¨²nico fantasista,ha dicho que en caso de necesidad querr¨ªa que a su lado estuviera Del Piero, e incluso Inzaghi, antes que su compa?ero.
Pero no estar¨¢ ninguno de los tres: el puesto de ayudante de fantasista se lo ha llevado el futbolista desconocido, Cristiano Doni, de 29 a?os, centrocampista de Atalanta de B¨¦rgamo que ha jugado toda su vida en Tercera y Segunda Divisi¨®n, y ha jugado de todo, de media punta, trescuartista, segunda punta, extremo retrasado. La elecci¨®n de Doni, a la izquierda de la segunda l¨ªnea de cuatro, llega determinada por el rival, porque Italia es la ¨²nica gran selecci¨®n que impone su estilo, pero que a la vez lo define pensando en el rival. Y el rival, que es Ecuador, se llama Ulises de la Cruz, un lateral derecho que juega en Escocia, donde le comparan con Roberto Carlos, y que asusta a todos por sus subidas, su regate y su remate. Y para parar al segundo Caf¨² de Quito sale Doni, que juega hacia arriba pero que tambi¨¦n se remanga y defiende. 'Y si se me escapa De la Cruz cojo la pistola y le disparo'.
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