?Ya era hora!
La obtenci¨®n de mayor¨ªa absoluta ha descubierto descarnadamente la naturaleza neoliberal de las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales del PP. En materia fiscal acent¨²a el injusto tratamiento a las rentas de los segmentos menos favorecidos de la sociedad que aportan m¨¢s, al contrario de aquellos otros que se encuentran en mejor situaci¨®n y lo hace -junto a diversas medidas favorecedoras de las rentas del capital- a trav¨¦s del aumento e impuestos indirectos y la disminuci¨®n de los directos.
Junto a estas pol¨ªticas que condicionan la calidad de vida y la capacidad de consumo de millones de espa?oles, el PP impuso unilateralmente la Reforma Laboral del 2001 que desregul¨® a¨²n m¨¢s las modalidades de contrataci¨®n y la Ley de Acompa?amiento de los PGE de 2002, que redujo los derechos de los trabajadores en relaci¨®n con la incapacidad temporal. Mantiene las amenazas de reformar la negociaci¨®n colectiva rest¨¢ndole peso a los convenios, as¨ª como ampliar a toda la vida laboral el periodo para obtener la base reguladora de las pensiones y modificar la Ley Concursal que sacar¨ªa a los trabajadores del ¨¢mbito del derecho laboral para llevarlos al derecho mercantil en el supuesto del cierre de la empresa, perdiendo as¨ª buena parte de los derechos hoy reconocidos.
Unido a lo anterior est¨¢ empe?ado en hacer regresar el modelo educativo al ¨¢mbito de lo privado (LOU y Ley de Calidad de la Ense?anza), igual que el sistema sanitario p¨²blico (fundaciones, pol¨ªticas de conciertos, gesti¨®n privada) y quiebra el modelo negocial para los empleados p¨²blicos imponiendo las condiciones salariales y de trabajo a m¨¢s de dos millones de trabajadores, consolidando una escandalosa p¨¦rdida de poder adquisitivo. Lo uno y lo otro producir¨¢n -de hecho existen indicadores que lo confirman- efectos perniciosos para el llamado y d¨¦bil -con relaci¨®n a la UE- Estado de Bienestar.
Los objetivos de esta pol¨ªtica agresiva e injusta son claros: garantizar los excedentes del capital en la fase recesiva del ciclo econ¨®mico; desregular a¨²n m¨¢s el mercado de trabajo para facilitar reducciones de salario y, de paso, dificultar la capacidad organizativa del movimiento obrero y sindical; privatizar sectores estrat¨¦gicos y arrumbar el sistema p¨²blico de protecci¨®n social, reconvirti¨¦ndolo en un modelo de beneficencia. Es decir, el PP -al igual que sus correligionarios daneses, italianos o portugueses que gobiernan sus respectivos pa¨ªses- se instala sin tapujos en la estrategia neoliberal de recortar derechos, reducir salarios, y menos Estado y m¨¢s mercado.
Cada una de estas pol¨ªticas y, desde luego, en su conjunto hace tiempo que hubieran requerido desde el movimiento sindical una contundente respuesta movilizadora y unitaria, tanto para denunciarlas como para hacer valer las propuestas alternativas que vienen plante¨¢ndose. Sin embargo, ?por ingenuidad?, no ha sido as¨ª, se han utilizado t¨¢cticas negociadoras que han obtenido parcos resultados sociales, de tal manera que el modelo negocial basado en pactar retrocesos con el fin de que estos no fuesen mayores, se ha demostrado poco ¨²til en t¨¦rminos de avances sociales y de derechos. En presencia del actual escenario y desenmascarada la naturaleza pol¨ªtica del Gobierno del PP en materia econ¨®mico-social, que es la que nos ocupa, cabe afirmar que ante la imposibilidad de consolidar derechos y, menos a¨²n, propiciar avances para los trabajadores (activos, precarios y desempleados) hubiera sido m¨¢s conveniente tanto para acumular fuerzas como mayor legitimidad y desde la pedagog¨ªa pol¨ªtica que es atribuible al conflicto social, enfrent¨¢ndose desde la denuncia y la capacidad positiva a dicha pol¨ªtica.
Siendo rigurosos, pues una de las consecuencias sindicales de este proceso es la constataci¨®n el que el modelo sustentado hegem¨®nicamente en el concierto y di¨¢logo social se ha mostrado claramente insuficiente y por ello se hace necesario explorar otro modelo de mayor equilibrio entre la capacidad de presi¨®n y la de negociaci¨®n, tal como se ha decidido a ra¨ªz de la ¨²ltima agresi¨®n del Gobierno en materia de protecci¨®n al desempleo, por CC OO y UGT.
Bienvenida sea la convocatoria de huelga general, ?ya era hora! Bienvenida la constataci¨®n de que la reforma de la protecci¨®n al desempleo es a¨²n m¨¢s perniciosa para los trabajadores andaluces.
Ambas cosas anuncian un giro sindical hacia la izquierda que esperemos no sea tacticista sino estrat¨¦gico y que debe consolidarse en el seno del movimiento sindical, tanto cara al 20-J -en un marco de respuesta global a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno y de una amplia alianza en el terreno social, pol¨ªtico, cultural y ciudadano- como al d¨ªa despu¨¦s, donde la gesti¨®n del resultado de la huelga general debe administrarse desde la continua movilizaci¨®n social, entendida ¨¦sta como la acumulaci¨®n de fuerzas alrededor de las propuestas sindicales, hasta conseguir que se abran camino.
Antonio Rodrigo Torrijos es miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva Confederal de CC OO y dirigente del sector cr¨ªtico del sindicato.
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