Brasil busca, Italia encuentra

Italia y Brasil han ganado siete Mundiales entre los dos. Italia y Brasil representan por tradici¨®n los dos extremos del arco del f¨²tbol. Italia es de naturaleza especuladora, funciona con pragmatismo y se enorgullece de recibir en su prestigiosa Liga a los mejores futbolistas. El ideal colectivo de Brasil es la exuberancia, el lugar donde el juego se asocia a su naturaleza m¨¢s creativa, el pa¨ªs que no cesa de exportar defensas, medios y delanteros. Porteros exporta pocos porque eso no va con el rasgo de sus futbolistas. Italia y Brasil se han enfrentado en partidos memorables, como la final de M¨¦xico 70 y el c¨¦lebre duelo de Sarri¨¤ en Espa?a 82.

Italia y Brasil, dos favoritos perennes, salieron a escena y ganaron sus partidos. Lo hicieron en versiones diferentes. Con Vieri desatado, los italianos tumbaron a Ecuador, que represent¨® fielmente el papel de primerizo. Brasil sud¨® sangre para imponerse a Turqu¨ªa, equipo vitalista que no siente complejos. Luch¨® por cada metro del campo y, aunque su inferioridad era evidente, puso a los brasile?os en una situaci¨®n l¨ªmite. Tuvo que marcar Ronaldo el gol del empate en el segundo tiempo y necesit¨® un penalti a ¨²ltima hora para ganar. Ese penalti tuvo miga. Luizao fue agarrado por un defensa turco fuera del ¨¢rea, pero el ¨¢rbitro lo vio a su manera. A los turcos les dio un ataque de nervios y terminaron con nueve jugadores. A la escabechina contribuy¨® Rivaldo con una parodia que le dej¨® en muy mal lugar. Recibi¨® un pelotazo en la cadera y se tir¨® al suelo entre grandes convulsiones agarr¨¢ndose la cabeza. Pic¨® el ¨¢rbitro, que siempre pareci¨® superado por los acontecimientos, y expuls¨® al turco Unsal.

Brasil siempre juega dos partidos. Uno, contra su rival de turno; otro, contra la memoria de sus grandes equipos. Por eso el nivel de exigencia es superior al de cualquier otra selecci¨®n. Bien mirado, frente a Turqu¨ªa tuvo un protagonismo constante en el juego y un buen n¨²mero de oportunidades. Pero eso no es suficiente. La historia demanda a los brasile?os algo parecido a la perfecci¨®n. Y por ahora es un equipo que trata de buscar un camino. Ha abandonado su tradicional defensa de cuatro y sus dos pivotes por un dibujo similar al de Argentina: dos centrales y un libre, dos laterales muy adelantados, un medio centro, dos extremos y Ronaldo. En Brasil es una idea contracultural, o un acto contra natura, que remite a la pol¨¦mica que se gener¨® en Italia 90, cuando Sebasti¨¢n Lazaroni fue masacrado por utilizar un libero en lugar de la sagrada defensa zonal.

Italia debut¨® con buen ojo y con el mejor Vieri, que destruy¨® a la defensa ecuatoriana con su enorme potencia. Parec¨ªa el chico de Preu contra los ni?os de preescolar. Si Brasil busca nuevas f¨®rmulas, Italia no tiene dudas con la suya. Hizo punto por punto lo que se espera de un equipo con grandes defensas y fenomenales delanteros. Domin¨® las dos ¨¢reas y no se entretuvo en el medio campo. Ni tampoco pod¨ªa hacerlo. Hubo un momento en el que jugaron Gattuso y Di Livio, nada m¨¢s y nada menos. Eso s¨ª que es una declaraci¨®n de intenciones.