Papa Bouba Diop
El pasado 23 de abril, D¨ªa del Libro y partido de ida de la Champions se fundieron reuniendo en una casa de Barcelona a una infame turba o tumulto notable de gente de letras, casi todos barcelonistas y casi todos hundidos cuando ?lvaro Pombo celebraba los goles del Madrid.
Para que el tumulto entre literatos y futboleros siga, la Feria del Libro de Madrid ha comenzado el mismo d¨ªa que el Mundial y el s¨¢bado yo no encontr¨¦ en el Retiro ni un solo escritor que no pronunciara la palabra m¨¢gica: Papa Bouba Diop. El nombre del futbolista que marc¨® el gol a Francia parece el t¨ªtulo de una novela vanguardista, me dec¨ªa Ednodio Quintero, escritor y futbolista venezolano.
Papa Bouba Diop celebr¨® su gol como nunca se hab¨ªa celebrado uno hasta ahora. Se quit¨® la camiseta, la coloc¨® con cuidado sobre el cesped, al lado del bander¨ªn de c¨®rner, y comenz¨® a dar pasos de la danza de su tribu hasta que llegaron sus compa?eros y le secundaron en el baile. Qu¨¦ lejos quedan los tiempos de la celebraci¨®n sobria, a lo Pel¨¦; la celebraci¨®n cl¨¢sica: carrera veloz de 15 metros, salto y agitaci¨®n del pu?o derecho en el aire en forma de sacudida para despues fundirse en el abrazo colectivo. O bien la aterradora celebraci¨®n cocain¨®mana, al estilo Maradona.
Cre¨ªa que ya lo sab¨ªa todo sobre los modos de celebrar los goles despu¨¦s de haber le¨ªdo Cosas del f¨²tbol, del chileno Francisco Mouat, que describe las diferentes variantes de la celebraci¨®n: la religiosa, por ejemplo (arrodillarse, persignarse, rezar, a lo Jairzinho), amorosa (f¨¦rreo y caluroso abrazo, azotarse las nalgas y besuqueos), viril (cultivada por t¨ªmidos o poco expresivos que van al centro del campo con la cabeza baja en se?al de humildad), gimn¨¢stica (V¨ªctor Pititore Cabrera la invent¨®: era un doble salto mortal atr¨¢s en plancha y pirueta exigente, muy mal imitado por Hugo S¨¢nchez, al que apenas le daba para una sola y hortera voltereta), hist¨¦rica (el goleador corre solitario hacias las gradas mientras se saca la camiseta y se cuelga de lo primero que encuentra: s¨®lo puede hacerse esto en un partido muy importante, de lo contrario el jugador hist¨¦rico es considerado un merluzo), aplastante (el autor del gol es aplastado en el suelo por lo menos por cinco compa?eros y corre el riesgo de asfixia y muerte).
Cre¨ªamos saberlo todo sobre celebraciones de goles, pero est¨¢ claro que hay que a?adir a partir de ahora una nueva forma: la danza tribal. A priori, no hay equipos europeos que puedan practicarla, pero, como el f¨²tbol es un pozo de sorpresas, nada extra?o ser¨ªa que los franceses, por ejemplo, la incorporaran pronto. Despu¨¦s de todo, no hay equipo m¨¢s parecido a Senegal que Francia. Yo creo que, si Senegal gana el Mundial, los franceses dir¨¢n que lo ha ganado Francia. Y Zinedine Zidane bailar¨¢ una danza tribal. Despu¨¦s de todo, el futbol es puro mundo tribal. Y, asociado con las letras, un mundo nada trivial.
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