'Lo importante es analizar el significado del espacio'
Al arquitecto Juan Cuenca (Puente Genil, C¨®rdoba, 1934) no le parece bien que se diga que se especializa en la recuperaci¨®n de espacios hist¨®ricos; 'tambi¨¦n hago viviendas, como todo el mundo', sonr¨ªe. Pero ahora que cumple 40 a?os de profesi¨®n destaca como autor de la rehabilitaci¨®n de las joyas de la corona de C¨®rdoba; primero, la Plaza de la Corredera; luego, los molinos del Guadalquivir; ahora, el Puente Romano.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su proyecto para el entorno del Puente Romano?
Respuesta. Es una zona vulnerable, muy transformada a lo largo de la historia. Por las crecidas constantes, porque era el vado principal del r¨ªo y porque, como puerta de la ciudad, ten¨ªa un papel defensivo clave y una gran carga simb¨®lica. Pens¨¦ que hab¨ªa que intervenir haciendo una nueva transformaci¨®n, la ¨²ltima: un cambio relativamente radical en la disposici¨®n de los elementos y de los niveles. El puente es muy claro. S¨®lo hay que restaurarlo, quitarle aditamentos, sobre todo los que est¨¢n cerca de la Torre de la Calahorra, que datan de los a?os sesenta, y as¨ª se ver¨¢ la torre en toda su integridad. Podremos entrar por el trasd¨®s de la torre y pasear, y habr¨¢ una plaza ante el museo, separada de la de Santa Teresa por un lienzo de muralla almohade, como si fuera un biombo.
P. ?Y al otro lado del r¨ªo?
R. En el otro extremo, en lo que seguimos llamando la Puerta del Puente, reconozco tres fragmentos urbanos que proceden de una progresiva limpieza de las construcciones medievales. Est¨¢ la Plaza del Triunfo (ah¨ª, tras la muralla, a la entrada de la ciudad, siempre hubo una plaza, desde tiempos de los romanos), el Arco del Triunfo y un residuo medieval de edificaci¨®n, frente a la Mezquita. Lo que tengo que introducir es un cuarto elemento que hilvane estos fragmentos deslavazados: una pieza que los coordine, que les d¨¦ sentido. Por eso coloco otra plaza elevada, a semejanza de la del Triunfo, y aprovecho el hueco que deja para un sal¨®n que servir¨¢ como introducci¨®n a la ciudad.
P. ?C¨®mo entiende las intervenciones en el patrimonio hist¨®rico?
R. Somos un elemento m¨¢s en el devenir de la historia, y vamos superponiendo elementos urbanos, con nuestro lenguaje, pero sin borrar los anteriores. Porque los monumentos son objetos de investigaci¨®n, y no se puede actuar sobre ellos haciendo desaparecer las huellas de la historia, que deben seguir ah¨ª para el futuro. Este modo de entender los monumentos supera otras teor¨ªas de los a?os setenta y ochenta que defend¨ªan la intervenci¨®n con arquitecturas contempor¨¢neas, y que ahora no tienen sentido; no se trata de conservadurismo, sino de respeto por la memoria hist¨®rica.
P. La gente no suele aceptar bien los cambios en los lugares emblem¨¢ticos de la ciudad.
R. Bueno, hay que evitar la tentaci¨®n del exhibicionismo y rehuir las disonancias, adecuando las formas y los materiales; es un problema de sensibilidad, de lenguaje m¨¢s o menos afortunado. Pero la clave est¨¢ en la cuesti¨®n espacial. La gente tiene que acostumbrarse a que esas piezas desordenadas se ordenen, a no ver tanto la epidermis de las cosas como su esencia. Y, parafraseando a Picasso, si ahora no les gusta, ya les gustar¨¢.
P. Para usted, ?la arqueolog¨ªa es una ventaja o un obst¨¢culo?
R. Es una realidad f¨ªsica de la ciudad. La tomo como otro material del proyecto, como la necesidad de hacer una calle para que pasen coches. No me produce ning¨²n quebranto porque ya cuento con ¨¦l y lo utilizo en positivo. Y, por ejemplo, la muralla almohade me ha venido muy bien, como separador de dos plazas contiguas.
P. ?Pens¨® en los mismos t¨¦rminos en el caso de la Corredera?
R. S¨ª, lo importante era analizar el significado del espacio. Fuimos fieles a su sentido originario, de lugar vac¨ªo, libre para toda clase de celebraciones. De hecho los usos antiguos coinciden bastante con los actuales; teatro, mercado, lugar de encuentro... S¨®lo dejamos dos elementos: uno, la bajada al s¨®tano, al subsuelo moderno, y dos, un pil¨®n, como recuerdo del que mencionan los historiadores. La clave en la Corredera no es la edificaci¨®n, que es mon¨®tona, sino el vac¨ªo urbano. Por eso no pusimos puntos de luz dentro de la plaza, sino una iluminaci¨®n tenue, lateral, que se refleja en el pavimento claro y da una luz suave a las fachadas. Porque lo importante es el espacio interior, contenido en la edificaci¨®n, como un patio de la ciudad.
P. ?Se esfuerza igual para concebir un bloque de viviendas?
R. S¨ª. No es cuesti¨®n de cambiarse la camisa para unas cosas u otras. Se trata de tener una actitud abierta y reflexiva; antes de tomar cualquier decisi¨®n hay que fundamentarla.
P. ?Qu¨¦ le queda del Equipo 57, del que fue miembro fundador?
R. El pensamiento riguroso y racional, da igual que se trate de pintura, escultura o arquitectura. Aunque la arquitectura, que es un arte con carga t¨¦cnica, tiene que ser vivible, ¨²til y duradera.
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