Entre juzgados y rodajes

Woody Allen recibi¨® ayer la noticia del Pr¨ªncipe de Asturias en pleno ajetreo de juzgados y rodajes. Desde principios de esta semana, el director debe compaginar la realizaci¨®n de su nueva pel¨ªcula, Anything else, que rueda en las calles de Nueva York, y sus comparecencias ante un tribunal de Manhattan donde ha denunciado a su antigua socia y amiga Jean Doumanian por haberle robado parte de los beneficios (12 millones de d¨®lares) de sus m¨¢s famosos largometrajes de la ¨²ltima d¨¦cada.

Parece inevitable que cualquier aparici¨®n de Allen se convierta en una escena de sus pel¨ªculas, m¨¢s a¨²n cuando el juez que se ocupa del caso es un fan. Los tabloides de Nueva York se cebaron ayer en el primer testimonio del director. En una mezcla de seriedad y absurdo, el juez Ira Gammerman interrumpi¨® el interrogatorio con espont¨¢neos brotes de humor en dos ocasiones: para intercalar que la primera pel¨ªcula de Allen deb¨ªa de ser sin duda Toma el dinero y corre (en referencia a las indemnizaciones) y para recordarle que en la sala del juzgado s¨®lo hab¨ªa un director, ¨¦l. Allen denunci¨® el a?o pasado a Jean Doumanian y a su compa?ero, Jacqui Safra, por haber ocultado los beneficios de filmes como Poderosa Afrodita o Todos dicen I love you. Doumanian y Safra se convirtieron en los principales productores de Allen en 1993, cuando la compa?¨ªa TriStar Pictures se retir¨® tras el esc¨¢ndalo del divorcio con Mia Farrow.

Ahora Allen trabaja con Dreamworks, la productora de la que es socio Steven Spielberg. Con ella empez¨® el lunes a rodar su ¨²ltimo proyecto, Anything else, del que s¨®lo se sabe que ser¨¢ una 'comedia m¨¢s seria' y que cuenta con las interpretaciones de Glenn Close, Danny DeVito, Christina Ricci y el propio Allen.

Pese a sus recientes e inesperadas apariciones p¨²blicas, en los Oscar y en Cannes, Allen sigue llevando una vida muy discreta en Nueva York. Ya casi nada le inmuta, ni siquiera la renovada atenci¨®n de los paparazzi a ra¨ªz de la denuncia millonaria. 'Ya estoy acostumbrado', murmuraba a uno de sus socios al salir de los juzgados.