Vandell¨°s I, el principio del fin
Enresa encara la ¨²ltima fase del desmantelamiento de la central nuclear, clausurada tras un incendio en 1989
La central nuclear de Vandell¨°s I era una enorme estructura cuadrada que emerg¨ªa imponente sobre el horizonte. Rojo y blanco, el caj¨®n del reactor irrump¨ªa de repente en el paisaje de calas y playas semiv¨ªrgenes de la zona. A finales de este a?o, el paisaje habr¨¢ cambiado definitivamente: una torre octogonal, pintada de azul y verde, alertar¨¢ a los vecinos de que todo aquello- pol¨¦micas, a?os de producci¨®n energ¨¦tica, alarma, accidente- ya pas¨®. No quedar¨¢ m¨¢s que un caparaz¨®n met¨¢lico de reducidas dimensiones que proteger¨¢ al reactor nuclear, ya improductivo, de las inclemencias del tiempo.
Ese caparaz¨®n estar¨¢ ah¨ª los 25 a?os siguientes. Es el periodo de latencia necesario para que la radiactividad existente en el reactor se reduzca a la m¨ªnima expresi¨®n posible. En todo caso, la m¨ªnima imprescindible para poder dar por finalizada la existencia de un n¨²cleo de producci¨®n de energ¨ªa at¨®mica.
Ha comenzado pues, el principio del fin. Un total de 14.800 millones de pesetas, cantidad que se corregir¨¢ con el IPC de los ¨²ltimos a?os, es el presupuesto de Enresa para finiquitar Vandell¨°s I, una central que se construy¨® en los a?os sesenta, que empez¨® su producci¨®n en los setenta y que en octubre de 1989 registr¨® un incendio incontrolado cuyas consecuencias derivaron en cierre y clausura por orden ministerial.
Se trata de una de las primeras centrales at¨®micas que se desmantelan en el mundo, un campo de investigaci¨®n abierto para todos los pa¨ªses que explotan energ¨ªa nuclear, un experimento en tiempo real que ha generado expectaci¨®n internacional.
Enresa sostiene que se trata de una operaci¨®n limpia: cuarteamiento de la nuclear y clasificaci¨®n de lugares y materiales con la etiqueta de contaminados o no contaminados. Los no contaminados son reciclados en chatarra para fundici¨®n o materiales aprovechables para rellenar los huecos del propio terreno de la nuclear. Los contaminados son clasificados y transportados al centro de almacenamiento de productos radiactivos de baja y media intensidad de El Cabril.
El caj¨®n del reactor desaparecer¨¢ en los pr¨®ximos meses. Como una mu?eca rusa, la cubierta del caj¨®n dejar¨¢ paso a una construcci¨®n octogonal dise?ada para protegerlo de las inclemencias del tiempo. Y poco m¨¢s. Apenas quedar¨¢n algunos edificios para administraci¨®n, mantenimiento, jardiner¨ªa y an¨¢lisis (temperatura, estanqueidad, radiactividad, mediciones ambientales). Se calcula que con 20 personas la organizaci¨®n del periodo de latencia est¨¢ cubierta.
En el desmantelamiento se han movido 6.800 toneladas de material convencional (no radiactivo) y 7.928 toneladas de material radiactivo. De estas ¨²ltimas, tan s¨®lo 917 toneladas han sido trasladadas al cementerio de residuos de El Cabril. El resto ha sido tratado para poder ser utilizado como material convencional. La contaminaci¨®n se ha minimizado mediante procedimientos como el raspado de superficies y la limpieza con detergentes.
Las obras han requerido la presencia de una gr¨²a espectacular, la ¨²nica existente en Espa?a con capacidad para elevar m¨¢s de 800 toneladas de una vez. Alcanza una altura de 143 metros y su gancho tiene un contrapeso de 14 toneladas. Alquilarla cuesta tres millones de pesetas diarios.
Cuando el proceso est¨¦ finalizado, el emplazamiento at¨®mico restringido supondr¨¢ el 40% de las 13 hect¨¢reas de que la sociedad Hispano-Francesa de Energ¨ªa Nuclear, SA (Hifrensa) dispon¨ªa al iniciar la explotaci¨®n. Los terrenos sobrantes pueden ser objeto de negocio. Enresa hace una evaluaci¨®n positiva de la operaci¨®n de desmantelamiento y asegura que cumple el programa previsto. A finales de a?o se iniciar¨¢, seg¨²n el calendario, el nivel 3 de latencia. Destaca el esfuerzo realizado en tratamiento y reciclaje de materiales; de hecho, el 96% ha podido destinarse a otros usos o derivarse a centros de reproducci¨®n.
La el¨¦ctrica espera ahora que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) apruebe el programa previsto para el periodo de latencia y el de liberaci¨®n de los terrenos.
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