Magn¨ªfico, feo, duro asunto

Matthieu, un obrero del norte industrial franc¨¦s, se subleva ¨ªntimamente al ver caer abatido a su padre, de 53 a?os, que, tras d¨¦cadas de trabajo en una empresa, es despedido por fumar un cigarrillo. Pero la sublevaci¨®n ¨ªntima abre paso a una forma m¨¢s grave de respuesta cuando el padre muere, v¨ªctima de su abatimiento.

No son estos tiempos en que un crimen social obtiene respuesta colectiva. Las luchas de clases han sido atomizadas, pero est¨¢n ah¨ª, laten, existen y adquieren formas individuales de rara dureza y virulencia. La respuesta a su herida es buscada por Matthieu en los viejos e inagotables territorios del desquite y la venganza, y organiza y desencadena el destrozo de la vida ¨ªntima del patr¨®n de su padre muerto con una fr¨ªa y feroz estrategia de seducci¨®n de su mujer.

Hay mucha verdad en este retrato de la condici¨®n obrera bajo las nuevas, oscuras y despiadadas formas de la explotaci¨®n del capital. El filme est¨¢ dirigido por Xavier Beauvois con magn¨ªfica intensidad y notable precisi¨®n. Su desarrollo responde, y no decepciona, a la expectativa que genera su doloroso planteamiento. Tiene fuerza de arrastre y la crueldad que escapa de ¨¦l no tiene sabor a gratuita, porque el d¨²o interpretativo entre Nathalie Baye (una de las grandes del cine franc¨¦s) y Beno?t Magimel (actor muy joven y m¨¢s que prometedor, pues obtuvo el premio de interpretaci¨®n en el Festival de Cannes de 2001 con su gran r¨¦plica a la inmensa Isabelle Huppert de La pianista) bordan este terrible y (porque va a la ra¨ªz de un feo asunto escondido, que sigue aqu¨ª, y crece y se multiplica) radical filme.