La fiscal¨ªa de Guinea pide 18 penas de muerte en el juicio a los opositores
El domingo habr¨¢ sentencia de un proceso plagado de irregularidades
Diez d¨ªas de proceso oral, en los que no se ha presentado prueba material alguna, han servido al ministerio fiscal para corregir al alza las condenas solicitadas y el n¨²mero de personas afectadas en sus conclusiones provisionales. ?ste pide ahora 18 penas de muerte -y no ocho, como al comienzo del macrojuicio- para los que considera autores de la asonada; 27 de 30 a?os para los c¨®mplices, entre los que ha incluido a Pl¨¢cido Mic¨®.
Mic¨® es secretario general del principal partido opositor, Convergencia para la Democracia Social (CPDS). La fiscal¨ªa tambi¨¦n pide 51 penas de 26 a?os y 8 meses para los encubridores, y ha retirado los cargos contra otros 40, entre ellos Jes¨²s Ndong Mb¨¢, secretario de la Conferencia Episcopal Guineana.
Los fiscales, que han necesitado dos d¨ªas extra para redactar estas conclusiones definitivas, dan por probados los hechos descritos en el sumario. Para ellos, la conspiraci¨®n contra el r¨¦gimen arranca en Douala (Camer¨²n), en una fecha indeterminada de 1997. En aquella cita, Severo Moto (para el que tambi¨¦n se solicita la pena capital) y Felipe Ond¨® trataron del derrocamiento del Gobierno. Y la vincula con otra en Oyem (Gab¨®n) ese mismo a?o, del que el Gobierno de Malabo tuvo noticia inmediata por parte de las autoridades locales, pero que ahora se presenta como novedad. En Oyem, seg¨²n los asistentes, se trat¨® de la posibilidad de dar un golpe, pero qued¨® descartado. La fiscal¨ªa, no obstante, la une con las dos reuniones de 2002 en Bata, que ten¨ªan por objetivo impulsar la legalizaci¨®n del Fuerza Democr¨¢tica Republicana (FDR). La acusaci¨®n lo presenta como una conspiraci¨®n continua de tentativa de rebeli¨®n.
Malos tratos
Para sostener ese argumento, el ministerio p¨²blico se aferra a las declaraciones de los detenidos ante la polic¨ªa, obviando que fueron arrancadas mediante tortura. En ese asunto se limita a solicitar una investigaci¨®n sobre los malos tratos. Para la fiscal¨ªa, en su informe, todo es hecho probado: el croquis para asaltar un cuartel, las armas (una pistola, en realidad, y que nunca se mostr¨® a la sala), las dos pegatinas del FDR, las cartas de un amigo prometiendo ayuda para un negocio (transformado aqu¨ª en proyecto)..., sin atender al detalle de que ni dibujos ni armas fueron presentados ante el tribunal.
Los defensores solicitaron, uno tras otro, la libertad de sus clientes. Fernando Mic¨® se declar¨® 'avergonzado por la torpeza de los tres fiscales', quienes, al sustentar sus peticiones en los art¨ªculos 142 y 143 del vigente C¨®digo Penal, incurrieron en un error, pues se trata de delitos (tentativa de golpe) castigados con penas de reclusi¨®n mayor y no de muerte. Este abogado, como otros, insistieron en la invalidez de las pruebas obtenidas ilegalmente y de declaraciones arrancadas a golpes, que deben de provocar la nulidad del proceso y la libre absoluci¨®n de todos los detenidos.
La mayor¨ªa de los defensores pormenorizaron las irregularidades procesales cometidas: detenciones sin mandamiento judicial, falta de asistencia letrada, instrucci¨®n por un juez militar lego en derecho penal, toma de declaraciones en la prisi¨®n y no en establecimiento judicial, violaci¨®n del principio de presunci¨®n de inocencia, ausencia de pruebas y testigos...
Fernando Mic¨® se declar¨® 'escandalizado' por la pasividad de los fiscales ante las vejaciones f¨ªsicas y por su impericia al trasladar el sumario sin depurarlo antes. Pl¨¢cido Mic¨®, para el que ahora piden 30 a?os en vez de 20, dijo que esa actuaci¨®n del ministerio de la ley podr¨ªa ser constitutiva de delito, ya que Guinea tiene recogida en su Constituci¨®n la prohibici¨®n de los malos tratos. Mic¨® calific¨® su caso de 'pol¨ªtico'; otros, hablaron de 'caza de brujas'.
Fueron tambi¨¦n varios los letrados que, de forma velada, advirtieron a los jueces, fiscales y ministros presentes en la sala, de que estas cosas en Guinea son muy cambiantes: 'Hoy para m¨ª, ma?ana para ti', dijo el abogado Ponciano. M¨¢s claro fue Placido Mic¨®: 'Se?ores fiscales, ustedes no pueden vulnerar la ley y renunciar a aplicarla de este modo, porque un d¨ªa pueden sentarse en el banquillo de los acusados, y ese d¨ªa no habr¨¢ ley que les defienda'. Los cinco miembros del tribunal, que escuchaban las intervenciones en silencio, apesadumbrados por la responsabilidad y las presiones del r¨¦gimen, anunciaron que la sentencia ser¨¢ p¨²blica el domingo a las diez de la ma?ana. Como dijo Fernando Mic¨®, no se trata s¨®lo de vidas, sino de sentar las bases del Estado de derecho con una sentencia valiente o plegarse a los que torturan o mandan torturar.
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