'La vida contin¨²a incluso en la ladera de un volc¨¢n que est¨¢ en erupci¨®n'
Desde hace m¨¢s de 15 a?os, Amos Oz reside en Arad, un peque?o pueblo situado en el desierto del N¨¦guev. Los Oz llegaron aqu¨ª a mitad de los ochenta. Su hijo padec¨ªa asma y los m¨¦dicos le recomendaron un clima seco. El hijo ya es mayor y ahora vive en Tel Aviv, pero el escritor ha decidido quedarse en Arad. Reside en una casa de dos plantas con un jard¨ªn. Hablamos en su despacho, cuyas paredes est¨¢n cubiertas por libros.
PREGUNTA. El mismo mar tiene algunas semejanzas con el nouveau roman, y es inquietante observar que la vida de todos los personajes carece de esperanza.
RESPUESTA. El mismo mar no es una novela posmoderna, sino prearcaica. Se parece un poco a las obras de los trovadores, en las que no hay una l¨ªnea estricta de separaci¨®n entre prosa y poes¨ªa, entre ficci¨®n y confesi¨®n, incluso entre literatura y m¨²sica. He pretendido que esta novela cante y baile y no se limite a contar una historia. Respecto a la esperanza, me parece que aunque la vida de los personajes se cuentan de distintas maneras, obtienen una especie de comuni¨®n m¨ªstica, y se convierten en uno. No es como en una familia incestuosa en la que cada miembro se lleva a otro a la cama, sino que se fusionan uno en otro. Se penetran entre s¨ª de todas las maneras posibles, sexual, emocional, etc¨¦tera. Cada personaje sabe lo que pasa en la mente de los dem¨¢s en tiempo real. El hijo, Rico, se lleva a una prostituta portuguesa a la cama en Nepal y el padre lo sabe al mismo tiempo, aunque est¨¢ en Bat Yam (un suburbio de Tel Aviv). Existe una comuni¨®n m¨ªstica entre todos los personajes.
'La gente ha escrito poes¨ªa en los campos de concentraci¨®n. Si se deja de lado la poes¨ªa triunfar¨¢ el mal'
'El pa¨ªs de mi novela es el que nunca sale en las noticias: hedonista y mediterr¨¢neo, como N¨¢poles o Barcelona'
'Haber vivido 63 a?os aqu¨ª equivale a 200 en cualquier otro lugar. Soy m¨¢s viejo que este Estado'
P. La novela es pesimista. Nadie es feliz.
R. No es una novela sobre la felicidad, sino sobre la intensidad del amor. En las telenovelas nos ense?an que amor y felicidad es lo mismo, y no es necesariamente as¨ª. Los personajes de El mismo mar encuentran amor, tanto los que viven en Bat Yam como los que viven lejos, pero no felicidad.
P. Los personajes buscan constantemente, aunque no siempre sabemos qu¨¦ persiguen.
R. Es una novela en la que se busca, pero tambi¨¦n en la que se halla. Toda esa gente, incluido el narrador, que es muy personal, se encuentran entre s¨ª. Hay una escena en la que yo estoy en Arad, en esta misma sala en la que ahora hablamos, y Bettine Carmel me telefonea desde Bat Yam con algunas ideas sobre lo que yo estoy escribiendo. ?C¨®mo es posible que sepa desde Bat Yam, a 180 kil¨®metros, lo que yo estoy escribiendo en Arad en tiempo real? Los personajes se penetran entre s¨ª y se convierten en algo parecido a una ¨²nica persona. Es una novela sobre b¨²squeda pero tambi¨¦n es una novela sobre encuentro. Algunos personajes est¨¢n vivos y otros muertos, algunos pertenecen a la misma familia y otros son extra?os, pero es como si todos ellos quisieran ser uno. Incluso en la ¨²ltima escena, Gigy, el empresario inteligente cuyo pensamiento est¨¢ siempre fijo en los negocios, en la compraventa y en llevarse a la cama a tantas mujeres como pueda, descubre algo que lo convierte en una parte de la familia.
P. El erotismo es un elemento importante en la novela, especialmente el que hay entre un hombre sesent¨®n y una mujer veintea?era.
R. S¨ª. El hombre sesent¨®n desea fervientemente a una joven maravillosa. Es un sentimiento complejo porque no es ¨²nicamente deseo, tambi¨¦n son emociones paternales y fraternales. Tenemos todo el repertorio: quiere ser su padre, su amante, su hermano y su mejor amigo. Y ella quiere ser su hija, pero tambi¨¦n su madre, su hermana, su mantenida, su amante y su mejor amiga. Y existe tambi¨¦n el tema del incesto puesto que ella es la novia de su hijo.
P. No est¨¢ claro si el incesto se consuma.
R. Es una cuesti¨®n vaga que queda en el aire. No es importante. En un sentido ellos consuman el incesto ya que tienen voluntad de consumarlo. Si se van o no a la cama es un punto irrelevante. Aqu¨ª volvemos a tener aquella comuni¨®n. Cuando est¨¢n en el cuarto de aseo y ¨¦l toma su cuerpo desnudo, su hijo, que est¨¢ ahora en la India, sabe exactamente en el mismo momento lo que est¨¢ ocurriendo. Y sin embargo, es algo que no le preocupa, y le dice a su padre: 'No te preocupes, padre. Cuando yo era ni?o, tu mujer me cobij¨® en su pecho. Ahora que t¨² eres una especie de ni?o es justo que mi mujer te cobije en su pecho'. La intesidad de las relaciones en la novela es algo metarreal¨ªstico.
P. El mismo mar es una novela plural, con voces muy distintas. ?Se trata de una novela polif¨®nica?
R. En efecto, yo quise que fuera una novela polif¨®nica. Y le contar¨¦ un secreto: cuando la escrib¨ª quise que tuviera la forma musical espec¨ªfica de un madrigal. Es decir, un conjunto de voces distintas que poco a poco se van entramando y armonizando.
P. El narrador, Amos Oz, es un personaje que se relaciona con los dem¨¢s pero nunca se entromete para modificar su destino.
R. Por supuesto, yo s¨¦ que en teor¨ªa deber¨ªa haber una clara l¨ªnea de separaci¨®n entre el autor, el escritor autobiogr¨¢fico y el narrador. Conozco el juego, pero en esta novela soy yo quien forma parte de las vidas de los dem¨¢s personajes y ellos forman parte de mi vida. No los controlo. Me limito a entrar y a salir de sus vidas como un personaje secundario. En el cap¨ªtulo de la novela titulado Magnificat los personajes vienen a trabajar a mi jard¨ªn, los vivos y los muertos, los reales y los ficticios.
P. La novela est¨¢ llena de poes¨ªa. ?Resulta dif¨ªcil escribir poes¨ªa con la terrible situaci¨®n pol¨ªtica que vive esta zona del mundo?
R. Si se deja de lado la poes¨ªa triunfar¨¢ el mal. La gente ha escrito poes¨ªa en los gulagui y en los campos de concentraci¨®n, en la c¨¢rcel y en todas las situaciones dif¨ªciles. Si lo que nos rodea consigue que yo o cualquier otro dejemos de escribir poes¨ªa, habr¨¢n ganado los malos, y no debemos dejarles ganar. Y quiero a?adir algo m¨¢s sobre la dimensi¨®n pol¨ªtica de El mismo mar. Seguramente habr¨¢ quien piense que se trata de un libro escapista porque no trata de la realidad que aparece en los medios de comunicaci¨®n. El Israel que aparece en los medios de comunicaci¨®n es en un 80% soldados y colonos, en un 20% jud¨ªos ultraortodoxos y en un 1% intelectuales maravillosos que critican al pa¨ªs. El Israel de El mismo mar -que creo que es verdadero- es el Israel de la llanura costera, el de Tel Aviv, Haifa, Ashdod, Ashkelon, que nunca sale en las noticias, excepto cuando hay alg¨²n atentado suicida. Se trata de un pa¨ªs muy hedonista y materialista, muy mediterr¨¢neo, como Par¨ªs, N¨¢poles o Barcelona. Es donde viven cuatro de cada cinco israel¨ªes. Jerusal¨¦n y los asentamientos (de los territorios ocupados) son s¨®lo una minor¨ªa. En este sentido puede decirse que El mismo mar contiene una declaraci¨®n pol¨ªtica: la vida contin¨²a incluso en la ladera de un volc¨¢n que est¨¢ en erupci¨®n. La gente todav¨ªa tiene fantas¨ªas sexuales, ambiciones, quieren el ¨²ltimo modelo de coche y tienen que pagar la hipoteca. He querido decir que hay vida m¨¢s all¨¢ de la CNN.
P. ?Cree que el proceso de paz con los palestinos est¨¢ muerto?
R. Voy a decir algo que no es convencional. Creo que el conflicto est¨¢ casi exhausto. Me parece que lo que est¨¢ exhausto no es el proceso de paz, sino el conflicto, y voy a decirle por qu¨¦. Creo que estamos asistiendo al espasmo final de este conflicto. Todo el mundo conoce la soluci¨®n, en Israel y en Palestina. Y ahora voy a darles a los lectores de EL PA?S una buena noticia. Ustedes, que siempre ven las malas noticias, perm¨ªtanme que les d¨¦ una buena noticia. Si ma?ana se convocara un refer¨¦ndum entre el Mediterr¨¢no y el r¨ªo Jord¨¢n y se le preguntara a cada individuo -jud¨ªos y palestinos- '?qu¨¦ va a ocurrir al final?' y no '?qu¨¦ le gustar¨ªa ver?' o '?qu¨¦ ser¨ªa lo justo?', creo que el 80% en las dos partes responder¨ªan: 'Una partici¨®n en dos Estados'. Muchos a?adir¨ªan: 'Esto ser¨¢ un desastre. Esto no es justo. Esto significa el fin del mundo', pero la mayor¨ªa de la gente sabe que dos naciones -la israel¨ª y la palestina- es la ¨²nica soluci¨®n.
P. Su respuesta no parece muy realista a la vista de lo que ocurre cotidianamente.
R. Por primera vez la gente est¨¢ un paso por delante de sus l¨ªderes. El paciente est¨¢ preparado para la cirug¨ªa pero los doctores son unos cobardes. ?sta es la buena noticia. Puede ser que el proceso de paz que comenz¨® en Oslo se haya muerto en los dos ¨²ltimos a?os, pero no es relevante. La soluci¨®n de los dos Estados revolotea en el aire y ya est¨¢ metida en la cabeza de la gente. El pa¨ªs est¨¢ dividido en dos y lo que hemos de hacer es aplicar una realidad que ya existe en el terreno. La gente incluso conoce d¨®nde estar¨¢n las fronteras. La frontera respetar¨¢ las realidades demogr¨¢ficas. La mayor¨ªa de los asentamientos (que hay en los territorios ocupados) ser¨¢n desmantelados, no habr¨¢ derecho de retorno de los palestinos, Cisjordania y Gaza ser¨¢n Palestina, el resto ser¨¢ Israel, habr¨¢ algunas modificaciones de unos pocos kil¨®metros aqu¨ª o all¨¢ y en Jerusal¨¦n habr¨¢ dos capitales.
P. Su ¨²ltima obra acaba de aparecer en hebreo. Una historia de amor y oscuridad es un libro autobiogr¨¢fico que gira en torno al suicidio de su madre cuando usted era un ni?o.
R. Es una mezcla de autobiograf¨ªa e invenci¨®n, una saga familiar. Estuve tentado de titularlo Cien a?os de soledad, pero ese t¨ªtulo ya existe. No es ¨²nicamente la historia del suicidio de mi madre o de mi infancia, sino tambi¨¦n la historia de la generaci¨®n de padres y madres que fundaron Israel. Por qu¨¦ vinieron aqu¨ª, qu¨¦ esperaban encontrar, qu¨¦ motivos les impulsaron a venir. Es una historia ¨¦pica en cuyo centro est¨¢ el desastre de una familia.
P. Usted tiene 63 a?os. ?No es demasiado pronto para ponerse a escribir un libro autobiogr¨¢fico?
R. Haber vivido 63 a?os en este pa¨ªs equivale a haber vivido 200 a?os en cualquier otro lugar. Soy m¨¢s viejo que este Estado. Nac¨ª bajo el Mandato Brit¨¢nico. Las primeras palabras en ingl¨¦s que aprend¨ª fueron 'British go home', que era lo que los ni?os entonces grit¨¢bamos a los soldados brit¨¢nicos mientras les tir¨¢bamos piedras, en 1946 y 1947. Soy un hijo de la Intifada jud¨ªa, no soy un joven.
Rebelde con causa
CON 21 LIBROS publicados en hebreo, Amos Oz no es ¨²nicamente un escritor de ¨¦xito, sino tambi¨¦n un s¨ªmbolo pol¨ªtico que en Occidente se identifica con las posiciones pacifistas.
Oz naci¨® en 1939 en Jerusal¨¦n, cuando Palestina se encontraba todav¨ªa bajo el Mandato Brit¨¢nico y faltaban nueve a?os para el establecimiento del Estado de Israel. En su familia hab¨ªa bastantes profesores. Sus padres emigraron a Palestina a principios de los a?os treinta, procedentes de Lituania y Ucrania. El hecho que marc¨® el final de su ni?ez fue el suicidio de su madre cuando ¨¦l contaba s¨®lo 12 a?os.
En 1954, a los 15 a?os, Oz se rebel¨® contra su familia, donde predominaba un ambiente de la derecha sionista -y adem¨¢s revisionista, es decir, del sector m¨¢s reaccionario-, cambi¨® de apellido y se fue a vivir a un kibutz. La mayor¨ªa de los kibutzim se identificaban entonces con el partido laborista, por lo que su decisi¨®n ha de interpretarse como un acto de reivindicaci¨®n personal y pol¨ªtica. En el kibutz compagin¨® el trabajo en el campo con la ense?anza en un colegio. Eran tiempos en los que los israel¨ªes todav¨ªa trabajaban en la agricultura siguiendo unas directrices de la ideolog¨ªa sionista que con el tiempo han ca¨ªdo en desuso.
Sus primeras publicaciones -relatos cortos- se remontan a estos a?os. En esta misma ¨¦poca recibi¨® la autorizaci¨®n del kibutz para estudiar filosof¨ªa y literatura en la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n.
Como soldado, Oz combati¨® en las guerras de 1967 y 1973. Durante un a?o residi¨® en Oxford y en Estados Unidos, y en 1986 decidi¨® abandonar el kibutz despu¨¦s de m¨¢s de treinta. Pas¨® a residir en Arad, en pleno desierto del N¨¦guev. En la actualidad ense?a literatura en la Universidad de Bersheva y con frecuencia participa en las concentraciones pacifistas que se celebran en Israel.
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