20 a?os
Se cumplen 20 a?os de la aprobaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa, tras un convulso proceso pol¨ªtico que ha marcado, incluso traumatizado, a unas cuantas generaciones de valencianos que vivieron esos episodios con gran intensidad. Y no era para menos, puesto que la ca¨ªda en tobog¨¢n de la dictadura a la democracia lo propiciaba, y, dentro de lo permisible, estaba en juego el dise?o de la autonom¨ªa y los signos que hab¨ªan de identificarla. Contra ese muro aplastaron sus sesos no pocos idealistas que terminaron, en el mejor dc los casos, con la oreja colgando de un pendiente. Otros, en cambio, quedaron atrapados en la melancol¨ªa de lo que pudo haber sido y no fue. Y ah¨ª permanecen, de alg¨²n modo, mientras los m¨¢s avispados instauraron su industria en la gesti¨®n de ese recuerdo o, simplemente, se montaron en el carro. Incluso lo uno y lo otro. A menudo, para explicar las claves de ese tiempo en que las tesis de Joan Fuster demostraron su imposible encaje pol¨ªtico por escasa implantaci¨®n social, los cronistas oficiales practican un perverso juego de solemnizaci¨®n de lo obvio y simplificaci¨®n de lo complejo, apuntando hacia Fernando Abril Martorell, que sin duda desempe?¨® un papel notable en el asunto, como el ¨²nico responsable de aquel fracaso. Sin embargo, no desvelan por qu¨¦ aquel 30 de abril de 1982, cinco meses antes de la mayor¨ªa absoluta socialista -cuando hasta un ciego ve¨ªa que UCD se ca¨ªa a pedazos- el PSOE se lo regal¨® todo a este representante de la derecha: la bandera, el nombre de la lengua y hasta el del territorio. Puede que en esa materia, y en ese modo de concepci¨®n del Estado, entre UCD y el PSOE no hab¨ªa tantas diferencias como algunos pretend¨ªan. Cuando aquella madrugada Felipe Guardiola sali¨® de la Sala Calixto III del Palau de la Generalitat gritando fumata blanca, el pescado hac¨ªa tiempo que estaba vendido y las ganancias repartidas entre Alfonso Guerra y Abril Martorell. Como consecuencia, la cr¨®nica del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas es apabullante: la consciencia aut¨®ctona ha pasado del 25% de entonces al 9% actual. 20 a?os despu¨¦s, la sociedad se identifica m¨¢s con las alforjas (sobacos sudados) de Camacho que con lo propio. La vida.
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